Violeta Parra nació en San Carlos, en la Región de Chillán, al sur de Chile. Su padre era profesor de música, su madre una campesina guitarrera y cantora. Fueron nueve hermanos que vivieron su infancia en el campo.
A los nueve años se inició en la guitarra y el canto; a los doce compuso sus primeras canciones. Tiene una formación de profesora en la Escuela Normal de Santiago. En esa época ya compone boleros, corridos, y tonadas. Trabaja en circos, bares, quintas de recreo, y pequeñas salas de barrio.
En 1952 se casa con Luis Cereceda. De este matrimonio nacen Isabel y Angel, con los cuales más tarde realizará gran parte de su trabajo musical.
A partir de 1952, Violeta, impulsada por su hermano Nicanor Parra, empieza a recorrer zonas rurales grabando y recopilando música folklórico. Esta investigación la hace descubrir la poesía y el canto popular de los más variados rincones de Chile. Elabora así una síntesis cultural chilena y hace emerger una tradición de inmensa riqueza hasta ese momento escondida. Es aquí donde empieza su lucha contra las visiones estereotipadas de América Latina y se transforma en recuperadora y creadora de la auténtica cultura popular.
Compone canciones, décimas, música instrumental. Es pintora, escultora, bordadora, ceramista, con "lo que hay" , pasando a la medida de su humor de una técnica o género creativo otro.
En 1954 Violeta Parra viaja invitada a Polonia, recorre la Unión Soviética y Europa permaneciendo dos años en Francia. Graba aquí sus primeros LP con cantos folklóricos y originales. Tiene contactos con artistas e intelectuales europeos, regresando a Chile para continuar su labor creadora. En 1958 incursiona en la cerámica y comienza a bordar arpilleras. Viaja al norte invitada por la universidad donde organiza recitales, cursos de folklore, escribe y pinta. De regreso a Santiago Violeta expone sus sus óleos en la Feria de Artes Plásticas al aire libre. Durante los arlos siguientes Violeta continúa en su trayectoria, incansable.
En 1961 Violeta inicia una gira con sus hijos invitada al Festival de la Juventudes en Finlandia. viajan por la URSS, Alemania, Italia y Francia donde permanecen en Paris por tres años. Actúan en boítes del barrio latino y programas para radio y televisión. ofrecen recitales en UNESCO, Teatro de las Naciones Unidas. Realizando una serie de conciertos en Ginebra y exposiciones de su obra plástica. En 1964 expone las arpilleras, óleos, en el Pavillon de Marsan, logrando así ser la primera artista latinoamericana que exhibe individualmente.
En 1965 viaja a Suiza donde filma un documental que la muestra en toda su magnitud. Retorna a Chile y canta con sus hijos en la Peña de Los Parras, en la calle Carmen 340 en Santiago, Inaugura el Centro de Arte en una carpa; graba discos de música instrumental. Viaja a Bolivia en 1966, ofrece conciertos en regiones del sur de Chile, continúa grabando acompañada de sus hijos. Regresa a Santiago para continuar su trabajo en La Carpa, escribiendo allí sus últimas canciones...
Referente a la obra plástica de Violeta:
Está principalmente formada por Arpilleras y Oleos realizados sobre tela, madera, y cartón. Los temas son cotidianos: familia, recuerdos de infancia, pasajes de la historia. Fueron creadas por Violeta entre los años 1954 y 1965 en Santiago, Buenos Aires, Paris, y Ginebra y han sido expuestas en varios museos del mundo.
Hoy día todas ellas son patrimonio de La Fundación Violeta Parra, creada por sus herederos para rescatar, preservar, y de esta artista universal.
lunes, 23 de mayo de 2011
domingo, 22 de mayo de 2011
La catedral de Santiago de chile!!!
Arquitectura
Iglesia Catedral de Santiago, Chile, con su iluminación nocturna.
En primer plano la Parroquia del Sagrario y contiguo al lado izquierdo el Palacio Arzobispal de Santiago.
El templo principal está compuesto por una nave central, una izquierda y una derecha. En la nave central destacaba en su fondo hasta 2006 el altar mayor, construido en Múnich en 1912 y un frontón de plata de 3 m de largo. Este altar fue remodelado y modificado entre 2005 y 2006 en una obra que supuso la renovación del altar y la refacción total de la cripta arzobispal. Se reemplazó el antiguo altar por uno de granito y se realizaron mejoras estructurales. Preceden el altar los magníficos asientos de madera tallada, donde se ubican los sacerdotes que componen el Cabildo Metropolitano. Bajo esta explanada está la cripta arzobispal, donde comúnmente se sepultan a los Arzobispos de Santiago, y las criptas civiles de don Diego Portales y José Tomás Ovalle. En esta nave destacan también los púlpitos de madera tallada del siglo XIX y el órgano fabricado en los talleres de Calera de Tango hacia 1756.
En la nave derecha, sobresalen los sepulcros de grandes personalidades de la Historia de Chile. Cercano a la puerta principal está el sepulcro donde se conservan los corazones de los jóvenes héroes de la Combate de La Concepción como Ignacio Carrera Pinto. Además descansan los restos de sus hermanos. La nave izquierda se caracteriza por una sucesión de pequeños altares, como del Patrono de la Ciudad, el Apóstol Santiago, de San Miguel Arcángel, con su bella estatua y el Monumento Sepulcral del Arzobispo Rafael Valentín Valdivieso. Por una puerta cercana a la entrada principal se accede a la hermosa Parroquia del Sagrario, donde se encuentra la imagen de la Virgen del Carmen.
Bajo el del Templo Catedral existe una cripta que guarda los restos mortales de los Obispos y Arzobispos que ha tenido la Iglesia de Santiago. Además de los Obispos y Arzobispos diocesanos descansan otros prelados y nuncios apostólicos como el Nuncio Laghi. Antes la cripta era un lugar oscuro y maltrecho pero, por iniciativa del Cardenal Carlos Oviedo Cavada se elaboró un proyecto para construir una nueva bajo el altar mayor que sea digna de conservar los restos de los pastores. Durante los trabajos de remodelación del Altar Mayor en 2005-2006 se construyó la nueva cripta y una pequeña capilla. La segunda etapa de la restauración de la Catedral Metropolitana de Santiago, será restaurar su fachada y el sector donde se ubica el público durante las diferentes Celebraciones Litúrgicas a efectuarse durante el año. Un Convenio con la Pontificia Universidad Católica de Chile, firmado con el Arzobispado de Santiago, logrará que en el año 2010, este Monumento Nacional quede completamente restaurado para la Oración Ecuménica por Chile y su Nuevo Gobierno del 12 de marzo del 2010 y el Tedeum del Bicentenario a efectuarse el 18 de septiembre del 2010, respectivamente. Sin embargo, el Terremoto del 27 de febrero de 2010, la Catedral Metropolitana quedó con leves daños y la Oración Ecuménica por Chile y su Nuevo Gobierno debió celebrarse en la Plaza de Armas de Santiago. Meses después, el Ministro de Obras Públicas, Hernán de Solminhiac, anunció que debería restaurarse tanto en interior como en exteriores el Templo.
[editar]Conjunto arquitectónico
Componen el conjunto arquitectónico de la Catedral Metropolitana de Santiago, además del Templo Catedral, El Palacio Arzobispal que se encuentra contiguo a la calle Compañía y la Parroquia del Sagrario, templo que se encuentra entre el Palacio y el Templo Mayor. El conjunto en su totalidad ha sido declarado Monumento Nacional.
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Iglesia Catedral de Santiago, Chile, con su iluminación nocturna.
En primer plano la Parroquia del Sagrario y contiguo al lado izquierdo el Palacio Arzobispal de Santiago.
El templo principal está compuesto por una nave central, una izquierda y una derecha. En la nave central destacaba en su fondo hasta 2006 el altar mayor, construido en Múnich en 1912 y un frontón de plata de 3 m de largo. Este altar fue remodelado y modificado entre 2005 y 2006 en una obra que supuso la renovación del altar y la refacción total de la cripta arzobispal. Se reemplazó el antiguo altar por uno de granito y se realizaron mejoras estructurales. Preceden el altar los magníficos asientos de madera tallada, donde se ubican los sacerdotes que componen el Cabildo Metropolitano. Bajo esta explanada está la cripta arzobispal, donde comúnmente se sepultan a los Arzobispos de Santiago, y las criptas civiles de don Diego Portales y José Tomás Ovalle. En esta nave destacan también los púlpitos de madera tallada del siglo XIX y el órgano fabricado en los talleres de Calera de Tango hacia 1756.
En la nave derecha, sobresalen los sepulcros de grandes personalidades de la Historia de Chile. Cercano a la puerta principal está el sepulcro donde se conservan los corazones de los jóvenes héroes de la Combate de La Concepción como Ignacio Carrera Pinto. Además descansan los restos de sus hermanos. La nave izquierda se caracteriza por una sucesión de pequeños altares, como del Patrono de la Ciudad, el Apóstol Santiago, de San Miguel Arcángel, con su bella estatua y el Monumento Sepulcral del Arzobispo Rafael Valentín Valdivieso. Por una puerta cercana a la entrada principal se accede a la hermosa Parroquia del Sagrario, donde se encuentra la imagen de la Virgen del Carmen.
Bajo el del Templo Catedral existe una cripta que guarda los restos mortales de los Obispos y Arzobispos que ha tenido la Iglesia de Santiago. Además de los Obispos y Arzobispos diocesanos descansan otros prelados y nuncios apostólicos como el Nuncio Laghi. Antes la cripta era un lugar oscuro y maltrecho pero, por iniciativa del Cardenal Carlos Oviedo Cavada se elaboró un proyecto para construir una nueva bajo el altar mayor que sea digna de conservar los restos de los pastores. Durante los trabajos de remodelación del Altar Mayor en 2005-2006 se construyó la nueva cripta y una pequeña capilla. La segunda etapa de la restauración de la Catedral Metropolitana de Santiago, será restaurar su fachada y el sector donde se ubica el público durante las diferentes Celebraciones Litúrgicas a efectuarse durante el año. Un Convenio con la Pontificia Universidad Católica de Chile, firmado con el Arzobispado de Santiago, logrará que en el año 2010, este Monumento Nacional quede completamente restaurado para la Oración Ecuménica por Chile y su Nuevo Gobierno del 12 de marzo del 2010 y el Tedeum del Bicentenario a efectuarse el 18 de septiembre del 2010, respectivamente. Sin embargo, el Terremoto del 27 de febrero de 2010, la Catedral Metropolitana quedó con leves daños y la Oración Ecuménica por Chile y su Nuevo Gobierno debió celebrarse en la Plaza de Armas de Santiago. Meses después, el Ministro de Obras Públicas, Hernán de Solminhiac, anunció que debería restaurarse tanto en interior como en exteriores el Templo.
[editar]Conjunto arquitectónico
Componen el conjunto arquitectónico de la Catedral Metropolitana de Santiago, además del Templo Catedral, El Palacio Arzobispal que se encuentra contiguo a la calle Compañía y la Parroquia del Sagrario, templo que se encuentra entre el Palacio y el Templo Mayor. El conjunto en su totalidad ha sido declarado Monumento Nacional.
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sábado, 21 de mayo de 2011
Durante los dos últimos años de su vida, el escritor uruguayo Mario Benedetti corrigió, reescribió y ordenó sesenta y dos poemas. Es su «Biografía para encontrarme» (Alfaguara), donde conjura el poder de un mar sobrecogedor, evoca la tímida luz de la madrugada o dibuja el mapa de la melancolía universal. Soledad, nostalgia, muerte, amor, belleza, desarraigo, esencial Benedetti. Como esculpió el maestro, vivimos en «un mundo que es una colección de erratas».
Mario Benedetti creó sus primeros poemas en alemán. A los once años hizo una novela de tomo y lomo y capa y espada al más puro estilo Dumas. Fue taquígrafo, cajero, contable, funcionario público y periodista no por estricto orden pasional sino por exigencias del guión de la superviviencia.
Harto de la hartura
Mario Benedetti no pretendía que nadie le encuardenara, quería pensar en «rústica, con las pupilas verdes de la memoria franca en el breviario de la noche en vilo». Su abecedario de los sentimientos sabía posarse entre sus queridos nombres, él se sentía cómodo entre las hojas de sus libros «con adverbios que son revelaciones / sílabas que me piden un socorro / adjetivos que parecen juguetes». Quería quedarse en medio de sus libros porque en ellos aprendió a dar sus primeros pasos. Quería vibrar Benedetti con Roque Dalton con Vallejo y Quiroga «ser una de sus páginas / la más inolvidable y desde allí juzgar al pobre mundo».
En los últimos momentos de su vida, Mario Benedetti denunciaba que parecía como si se tuviera ahora vergüenza de sentir: «Yo trato de que la gente sienta, como siento yo frente a determinadas circunstancias que da o quita la vida. En mis cuentos hay como un aprendizaje del sentir», señalaba. A veces estaba harto de su hartura, tal vez porque no podía emanciparse de todos los olvidos que regresan cada uno con su melancolía: «La esperanza desnuda es un engaño, hay que vestirla con presentimientos / con el dolor tranquilo de los hombres / y cierta desazón de las muchachas».
El fútbol (él era hincha de la selección «celeste» uruguaya, la del «Maracanazo» -derrotó a Brasil en la Final de la Copa del Mundo en Río de Janeiro, año 1950-) lo acariciaba como «una forma de cultura». Pero el fútbol le apetecía como «juego».
La droga del amor
Nostalgia del amor destila su «Biografía para encontrarme»; un amor que, para Mario Benedetti, es la cumbre de las relaciones humanas y volcán de los otoños. La poesía era su género preferido, pero el cuento es más difícil y riguroso. «La droga del amor tiene sobre las otras la ventaja de que con ella es mágico enviciarse además en su rumbo todo a todo se acerca los ojos a los ojos las manos a las manos el tiempo de vivir a la supuesta vida una hoguera se enciende sin pasarnos aviso». Sostenía Benedetti que en los primeros besos no se piensa «como serán allá los besos últimos / los sentimientos lo dominan todo / o nos hacen creer que lo dominan». Mantenía que la droga del amor se evade y vuelve «y una vez que nos cerca es más difícil quedarnos sin la droga del amor si ésta concurre con el desconsuelo vale la pena armarnos de bastiones porque con la tristeza no se juega».
A su juicio, la ironía era una de las pocas buenas herencias que nos dejaron los ingleses: «El humor rioplatense procedía un poco del británico. Es más recóndito, más escondido, más suave, pero no tan brutal. Ahora está cambiando porque cambia ese humor de los ingleses». El siglo que vivimos peligrosamente no nos deja una lección de esperanza o paz, sospechaba: «Estamos encharcados en no sé cuántas guerras y conflictos. Yo creo que se han descubierto cosas importantes, pero más hansido las nocivas».
Después de desfilar por el mundo, sus pies se reconciliaron con su Montevideo del alma: «Mi ciudad me ha sitio me acoge en los zaguanes y nos reconocemos este aroma proviene de las moradas quietas de las veredas lisas y de los adoquines». Él transitaba por las calles «con el pulso jocundo y el fiel de la memoria que es todo remembranza». La desdicha, escribe, se vuelve un estilo de vida «si uno se aferra a ella mirándose las manos mientras el tiempo sigue sigue sigue». Alegría y tristeza se asomaban y se miraban «conscientes de que son en la mansa leyenda dos de las viejas maquinarias del mundo». La felicidad pasaba como un sueño «con su poco de colmo y disparate es cuando la desdicha finalmente se arruga pero no se hagan falsas ilusiones».
Una vez estuvo de luto una semana. Se le murió una idea en el papel. Buscó una que la sustituyera, pero nadie respondía/eran de otros: «Mi pobrecita idea / la finada iba armando una historia de mí mismo ahora ha quedado en blanco / casi en gris». «Transito en el olvido / sin perdones y el olvido también está de luto».
La valentía no era, para él, un «ganapán de los intrépidos»; también podría «esgrimirla un perengano». Y la muerte: «El problema es la importancia o no que se le puede dar. No me resigno a aceptar la muerte de la Humanidad, pero creo que la Humanidad camina hacia el suicidio desde el momento que una sola potencia domina todo el mundo. Y desde el momento en que se frena la voluntad de cambio de los jóvenes».
Proponía Benedetti que no se tuviera vergüenza de la muerte ya que ella no la tiene de nosotros, y así «los que se fueron volverán / pétalo a pétalo digamos que en un ramo de cautelas».
Y tras la muerte, Solo en el universo: «Quiero encerrarme en mi insignificancia / en la cueva de mi único ser / yo minúsculo el breve / solo en el universo / rodeado del todo o de la nada / sin saberme si soy o como soy / ese todo virtual que me rodea / no es de nadie ni nadie lo reclama / soy un presagio tan pequeño / que yo mismo me asusto me doy miedo / soy un caminante de pies cansados / y sin embargo sigo caminando / voy recogiendo el sabor del paisaje / que siempre es novedad y lo disfruto / vivo en la cárcel de mi ruta...».
Mario Benedetti creó sus primeros poemas en alemán. A los once años hizo una novela de tomo y lomo y capa y espada al más puro estilo Dumas. Fue taquígrafo, cajero, contable, funcionario público y periodista no por estricto orden pasional sino por exigencias del guión de la superviviencia.
Harto de la hartura
Mario Benedetti no pretendía que nadie le encuardenara, quería pensar en «rústica, con las pupilas verdes de la memoria franca en el breviario de la noche en vilo». Su abecedario de los sentimientos sabía posarse entre sus queridos nombres, él se sentía cómodo entre las hojas de sus libros «con adverbios que son revelaciones / sílabas que me piden un socorro / adjetivos que parecen juguetes». Quería quedarse en medio de sus libros porque en ellos aprendió a dar sus primeros pasos. Quería vibrar Benedetti con Roque Dalton con Vallejo y Quiroga «ser una de sus páginas / la más inolvidable y desde allí juzgar al pobre mundo».
En los últimos momentos de su vida, Mario Benedetti denunciaba que parecía como si se tuviera ahora vergüenza de sentir: «Yo trato de que la gente sienta, como siento yo frente a determinadas circunstancias que da o quita la vida. En mis cuentos hay como un aprendizaje del sentir», señalaba. A veces estaba harto de su hartura, tal vez porque no podía emanciparse de todos los olvidos que regresan cada uno con su melancolía: «La esperanza desnuda es un engaño, hay que vestirla con presentimientos / con el dolor tranquilo de los hombres / y cierta desazón de las muchachas».
El fútbol (él era hincha de la selección «celeste» uruguaya, la del «Maracanazo» -derrotó a Brasil en la Final de la Copa del Mundo en Río de Janeiro, año 1950-) lo acariciaba como «una forma de cultura». Pero el fútbol le apetecía como «juego».
La droga del amor
Nostalgia del amor destila su «Biografía para encontrarme»; un amor que, para Mario Benedetti, es la cumbre de las relaciones humanas y volcán de los otoños. La poesía era su género preferido, pero el cuento es más difícil y riguroso. «La droga del amor tiene sobre las otras la ventaja de que con ella es mágico enviciarse además en su rumbo todo a todo se acerca los ojos a los ojos las manos a las manos el tiempo de vivir a la supuesta vida una hoguera se enciende sin pasarnos aviso». Sostenía Benedetti que en los primeros besos no se piensa «como serán allá los besos últimos / los sentimientos lo dominan todo / o nos hacen creer que lo dominan». Mantenía que la droga del amor se evade y vuelve «y una vez que nos cerca es más difícil quedarnos sin la droga del amor si ésta concurre con el desconsuelo vale la pena armarnos de bastiones porque con la tristeza no se juega».
A su juicio, la ironía era una de las pocas buenas herencias que nos dejaron los ingleses: «El humor rioplatense procedía un poco del británico. Es más recóndito, más escondido, más suave, pero no tan brutal. Ahora está cambiando porque cambia ese humor de los ingleses». El siglo que vivimos peligrosamente no nos deja una lección de esperanza o paz, sospechaba: «Estamos encharcados en no sé cuántas guerras y conflictos. Yo creo que se han descubierto cosas importantes, pero más hansido las nocivas».
Después de desfilar por el mundo, sus pies se reconciliaron con su Montevideo del alma: «Mi ciudad me ha sitio me acoge en los zaguanes y nos reconocemos este aroma proviene de las moradas quietas de las veredas lisas y de los adoquines». Él transitaba por las calles «con el pulso jocundo y el fiel de la memoria que es todo remembranza». La desdicha, escribe, se vuelve un estilo de vida «si uno se aferra a ella mirándose las manos mientras el tiempo sigue sigue sigue». Alegría y tristeza se asomaban y se miraban «conscientes de que son en la mansa leyenda dos de las viejas maquinarias del mundo». La felicidad pasaba como un sueño «con su poco de colmo y disparate es cuando la desdicha finalmente se arruga pero no se hagan falsas ilusiones».
Una vez estuvo de luto una semana. Se le murió una idea en el papel. Buscó una que la sustituyera, pero nadie respondía/eran de otros: «Mi pobrecita idea / la finada iba armando una historia de mí mismo ahora ha quedado en blanco / casi en gris». «Transito en el olvido / sin perdones y el olvido también está de luto».
La valentía no era, para él, un «ganapán de los intrépidos»; también podría «esgrimirla un perengano». Y la muerte: «El problema es la importancia o no que se le puede dar. No me resigno a aceptar la muerte de la Humanidad, pero creo que la Humanidad camina hacia el suicidio desde el momento que una sola potencia domina todo el mundo. Y desde el momento en que se frena la voluntad de cambio de los jóvenes».
Proponía Benedetti que no se tuviera vergüenza de la muerte ya que ella no la tiene de nosotros, y así «los que se fueron volverán / pétalo a pétalo digamos que en un ramo de cautelas».
Y tras la muerte, Solo en el universo: «Quiero encerrarme en mi insignificancia / en la cueva de mi único ser / yo minúsculo el breve / solo en el universo / rodeado del todo o de la nada / sin saberme si soy o como soy / ese todo virtual que me rodea / no es de nadie ni nadie lo reclama / soy un presagio tan pequeño / que yo mismo me asusto me doy miedo / soy un caminante de pies cansados / y sin embargo sigo caminando / voy recogiendo el sabor del paisaje / que siempre es novedad y lo disfruto / vivo en la cárcel de mi ruta...».
Confieso que He Vivido de Pablo Neruda
EL BOSQUE CHILENO ...Bajo los volcanes, junto a los ventisqueros, entre los grandes lagos, el fragante, el silencioso, el enmarañado bosque chileno... Se hunden los pies en el follaje muerto, crepitó una rama quebradiza, los gigantescos raulíes levantan su encrespada estatura, un pájaro de la selva fría cruza, aletea, se detiene entre los sombríos ramajes. Y luego desde su escondite suena como un oboe... Me entra por las narices hasta el alma el aroma salvaje del laurel, el aroma oscuro del boldo... El ciprés de las gutecas intercepta mi paso... Es un mundo vertical: una nación de pájaros, una muchedumbre de hojas... Tropiezo en una piedra, escarbo la cavidad descubierta, una inmensa araña de cabellera roja me mira con ojos fijos, inmóvil, grande como un cangrejo... Un cárabo dorado me lanza su emanación mefítica, mientras desaparece como un relámpago su radiante arcoiris... Al pasar cruzo un bosque de heléchos mucho más alto que mi persona: se me dejan caer en la cara sesenta lágrimas desde sus verdes ojos fríos, y detrás de mí quedan por mucho tiempo temblando sus abanicos... Un tronco podrido: ¡qué tesoro!... Hongos negros y azules le han dado orejas, rojas plantas parásitas lo han colmado de rubíes, otras plantas perezosas le han prestado sus barbas y brota, veloz, una culebra desde sus entrañas podridas, como una emanación, como que al tronco muerto se le escapara el alma... Más lejos cada árbol se separó de sus semejantes... Se yerguen sobre la alfombra de la selva secreta, y cada uno de los follajes, lineal, encrespado, ramoso, lanceolado, tiene un estilo diferente, como cortado por una tijera de movimientos infinitos... Una barranca; abajo el agua transparente se desliza sobre el granito y el jaspe... Vuela una mariposa pura como un limón, ganando entre el agua y la luz... A mi lado me saludan con sus cabecitas amarillas las infinitas calceolarias... En la altura, como gotas arteriales de la selva mágica se cimbran los copihues rojos (Lapageria Rosea)... El copihue rojo es la flor de la sangre, el copihue blanco es la flor de la nieve... En un temblor de hojas atravesó el silencio la velocidad de un zorro, pero el silencio es la ley de estos follajes... Apenas el grito lejano de un animal confuso... La intersección penetrante de un pájaro escondido... El universo vegetal susurra apenas hasta que una tempestad ponga en acción toda la música terrestre. Quien no conoce el bosque chileno, no conoce este planeta.
De aquellas tierras, de aquel barro, de aquel silencio, he salido yo a andar, a cantar por el mundo.
INFANCIA Y POESÍA
Comenzaré por decir, sobre los días y años de mi infancia, que mi único personaje inolvidable fue la lluvia. La gran lluvia austral que cae como una catarata del Polo, desde los cielos del Cabo de Hornos hasta la frontera. En esta frontera, o Far West de mi patria, nací a la vida, a la tierra, a la poesía y a la lluvia. Por mucho que he caminado me parece que se ha perdido ese arte de llover que se ejercía como un poder terrible y sutil en mi Araucanía natal. Llovía meses enteros, años enteros. La lluvia caía en hilos como largas agujas de vidrio que se rompían en los techos, o llegaban en olas transparentes contra las ventanas, y cada casa era una nave que difícilmente llegaba a puerto en aquel océano de invierno. Esta lluvia fría del sur de América no tiene las rachas impulsivas de la lluvia caliente que cae como un látigo y pasa dejando el cielo azul. Por el contrario, a lluvia austral tiene paciencia y continúa, sin término, cayendo desde el cielo gris. Frente a mi casa, la calle se convirtió en un inmenso mar de lodo. A través de la lluvia veo por la ventana que una carreta se ha empantanado en medio de la calle. Un campesino, con manta de castilla negra, hostiga a los bueyes que no pueden más entre la lluvia y el barro. Por las veredas, pisando en una piedra y en otra, contra frío y lluvia, andábamos hacia el colegio. Los paraguas se los llevaba el viento. Los impermeables eran caros, los guantes no me gustaban, los zapatos se empapaban. Siempre recordaré los calcetines mojados junto al brasero y muchos zapatos echando vapor, como pequeñas locomotoras. Luego venían las inundaciones, que se llevaban las poblaciones donde vivía la gente más pobre, junto al río. También la tierra se sacudía, temblorosa. Otras veces, en la cordillera asomaba un penacho de luz terrible: el volcán Llaima despertaba. Temuco es una ciudad pionera, de esas ciudades sin pasado, pero con ferreterías. Como los indios no saben leer, las ferreterías ostentan sus notables emblemas en las calles: un inmenso serrucho, una olla gigantesca, un candado ciclópeo, una cuchara antártica. Más allá, las zapaterías, una bota colosal. Si Temuco era la avanzada de la vida chilena en los territorios del sur de Chile, esto significaba una larga historia de sangre. Al empuje de los conquistadores españoles, después de trescientos años de lucha, los araucanos se replegaron hacia aquellas regiones frías. Pero los chilenos continuaron lo que se llamó "la pacificación de la
Confieso que he vivido. Memorias Pablo Neruda 5 Araucanía", es decir, la continuación de una guerra a sangre y fuego, para desposeer a nuestros compatriotas de sus tierras. Contra los indios todas las armas se usaron con generosidad: el disparo de carabina, el incendio de sus chozas, y luego, en forma más paternal, se empleó la ley y el alcohol. El abogado se hizo también especialista en el despojo de sus campos, el juez los condenó cuando protestaron, el sacerdote los amenazó con el fuego eterno. Y, por fin, el aguardiente consumó el aniquilamiento de una raza soberbia cuyas proezas, valentía y belleza, dejó grabadas en estrofas de hierro y de jaspe don Alonso de Ercilla en su Araucana. Mis padres llegaron de Parral, donde yo nací. Allí, en el centro de Chile, crecen las viñas y abunda el vino. Sin que yo lo recuerde, sin saber que la miré con mis ojos, murió mi madre doña Rosa Basoalto. Yo nací el 12 de julio de 1904, y un mes después, en agosto, agotada por la tuberculosis, mi madre ya no existía. La vida era dura para los pequeños agricultores del centro del país. Mi abuelo, don José Angel Reyes, tenía poca tierra y muchos hijos. Los nombres de mis tíos me parecieron nombres de príncipes de reinos lejanos. Se llamaban Amóos, Oseas, Joel, Abadías. Mi padre se llamaba simplemente José del Carmen. Salió muy joven de las tierras paternas y trabajó de obrero en los diques del puerto de Talcahuano, terminando como ferroviario en Temuco. Era conductor de un tren lastrero. Pocos saben lo que es un tren lastrero. En la región austral, de grandes vendavales, las aguas se llevarían los rieles si no se les echara piedrecillas entre los durmientes. Hay que sacar en capachos el lastre de las canteras y volcar la piedra menuda en los carros planos. Hace cuarenta años la tripulación de un tren de esta clase tenía que ser formidable. Venían de los campos, de los suburbios, de las cárceles. Eran gigantescos y musculosos peones. Los salarios de la empresa eran miserables y no se pedían antecedentes a los que querían trabajar en los trenes lastreros. Mi padre era el conductor del tren. Se había acostumbrado a mandar y a obedecer. A veces me llevaba con él. Picábamos piedra en Boroa, corazón silvestre de la frontera, escenario de los terribles combates entre españoles y araucanos. La naturaleza allí me daba una especie de embriaguez. Me atraían los pájaros, los escarabajos, los huevos de perdiz. Era milagroso encontrarlos en las quebradas, empavonados, oscuros y relucientes, con un color parecido al del cañón de una escopeta. Me asombraba la perfección de los insectos. Recogía las "madres de la culebra". Con este nombre extravagante se designaba al mayor coleóptero, negro, bruñido y fuerte, el titán de los insectos de Chile. Estremece verlo de pronto en los troncos de los maquis y de los manzanos silvestres, de los copihues, pero yo sabía que era tan fuerte que podía pararme con mis pies sobre él y no se rompería. Con su gran dureza defensiva no necesitaba veneno. Estas exploraciones mías llenaban de curiosidad a los trabajadores. Pronto comenzaron a interesarse en mis descubrimientos. Apenas se descuidaba mi padre se largaban por la selva virgen y con más destreza, más inteligencia y más fuerza que yo, encontraban para mí tesoros increíbles. Había uno que se llamaba Monge. Según mi padre, un peligroso cuchillero. Tenía dos grandes líneas en su cara morena. Una era la cicatriz vertical de un cuchillazo y la otra su sonrisa blanca, horizontal, llena de simpatía y de picardía. Este Monge me traía copihues blancos, arañas peludas, crías de torcazas, y una vez descubrió para mí lo más deslumbrante, el coleóptero del copihue y de la luma. No sé si ustedes lo han visto alguna vez. Yo sólo lo vi en aquella ocasión. Era un relámpago vestido de arco iris. El rojo y el violeta y el verde y el amarillo deslumbraban en su caparazón. Como un relámpago se me escapó de las manos y se volvió a la selva. Ya no estaba Monge para que me lo cazara. Nunca me he recobrado de aquella aparición deslumbrante. Tampoco he olvidado a aquel amigo. Mi padre me contó su muerte. Cayó del tren y rodó por un precipicio. Se detuvo el convoy, pero, me decía mi padre, ya sólo era un saco de huesos. Es difícil dar una idea de una casa como la mía, casa típica de la frontera, hace sesenta años. En primer lugar, los domicilios familiares se intercomunicaban. Por el fondo de los patios, los Reyes y los Ortegas, los Canda y los Masón se intercambiaban herramientas o libros, tortas de cumpleaños, ungüentos para fricciones, paraguas, mesas y sillas. Estas casas pioneras cubrían todas las actividades de un pueblo. Don Carlos Masón, norteamericano de blanca melena, parecido a Emulo, era el patriarca de esta familia. Sus hijos Masón eran profundamente criollos. Don Carlos Masón tenía código y biblioteca. No era un imperialista, sino un fundador original. En esta familia, sin que nadie tuviera dinero, crecían imprentas, hoteles, carnicerías. Algunos hijos eran directores de periódicos y otros eran obreros en la misma imprenta. Todo pasaba con el tiempo y todo el mundo quedaba tan pobre como antes. Sólo los alemanes mantenían esa irreductible conservación de sus bienes, que los caracterizaba en la frontera. Las casas nuestras tenían, pues, algo de campamento. O de empresas descubridoras. Al entrar se veían barricas, aperos, monturas, y objetos indescriptibles. Quedaban siempre habitaciones sin terminar, escaleras inconclusas. Se hablaba toda la vida de continuar la construcción. Los padres comenzaban a pensar en la universidad para sus hijos
De aquellas tierras, de aquel barro, de aquel silencio, he salido yo a andar, a cantar por el mundo.
INFANCIA Y POESÍA
Comenzaré por decir, sobre los días y años de mi infancia, que mi único personaje inolvidable fue la lluvia. La gran lluvia austral que cae como una catarata del Polo, desde los cielos del Cabo de Hornos hasta la frontera. En esta frontera, o Far West de mi patria, nací a la vida, a la tierra, a la poesía y a la lluvia. Por mucho que he caminado me parece que se ha perdido ese arte de llover que se ejercía como un poder terrible y sutil en mi Araucanía natal. Llovía meses enteros, años enteros. La lluvia caía en hilos como largas agujas de vidrio que se rompían en los techos, o llegaban en olas transparentes contra las ventanas, y cada casa era una nave que difícilmente llegaba a puerto en aquel océano de invierno. Esta lluvia fría del sur de América no tiene las rachas impulsivas de la lluvia caliente que cae como un látigo y pasa dejando el cielo azul. Por el contrario, a lluvia austral tiene paciencia y continúa, sin término, cayendo desde el cielo gris. Frente a mi casa, la calle se convirtió en un inmenso mar de lodo. A través de la lluvia veo por la ventana que una carreta se ha empantanado en medio de la calle. Un campesino, con manta de castilla negra, hostiga a los bueyes que no pueden más entre la lluvia y el barro. Por las veredas, pisando en una piedra y en otra, contra frío y lluvia, andábamos hacia el colegio. Los paraguas se los llevaba el viento. Los impermeables eran caros, los guantes no me gustaban, los zapatos se empapaban. Siempre recordaré los calcetines mojados junto al brasero y muchos zapatos echando vapor, como pequeñas locomotoras. Luego venían las inundaciones, que se llevaban las poblaciones donde vivía la gente más pobre, junto al río. También la tierra se sacudía, temblorosa. Otras veces, en la cordillera asomaba un penacho de luz terrible: el volcán Llaima despertaba. Temuco es una ciudad pionera, de esas ciudades sin pasado, pero con ferreterías. Como los indios no saben leer, las ferreterías ostentan sus notables emblemas en las calles: un inmenso serrucho, una olla gigantesca, un candado ciclópeo, una cuchara antártica. Más allá, las zapaterías, una bota colosal. Si Temuco era la avanzada de la vida chilena en los territorios del sur de Chile, esto significaba una larga historia de sangre. Al empuje de los conquistadores españoles, después de trescientos años de lucha, los araucanos se replegaron hacia aquellas regiones frías. Pero los chilenos continuaron lo que se llamó "la pacificación de la
Confieso que he vivido. Memorias Pablo Neruda 5 Araucanía", es decir, la continuación de una guerra a sangre y fuego, para desposeer a nuestros compatriotas de sus tierras. Contra los indios todas las armas se usaron con generosidad: el disparo de carabina, el incendio de sus chozas, y luego, en forma más paternal, se empleó la ley y el alcohol. El abogado se hizo también especialista en el despojo de sus campos, el juez los condenó cuando protestaron, el sacerdote los amenazó con el fuego eterno. Y, por fin, el aguardiente consumó el aniquilamiento de una raza soberbia cuyas proezas, valentía y belleza, dejó grabadas en estrofas de hierro y de jaspe don Alonso de Ercilla en su Araucana. Mis padres llegaron de Parral, donde yo nací. Allí, en el centro de Chile, crecen las viñas y abunda el vino. Sin que yo lo recuerde, sin saber que la miré con mis ojos, murió mi madre doña Rosa Basoalto. Yo nací el 12 de julio de 1904, y un mes después, en agosto, agotada por la tuberculosis, mi madre ya no existía. La vida era dura para los pequeños agricultores del centro del país. Mi abuelo, don José Angel Reyes, tenía poca tierra y muchos hijos. Los nombres de mis tíos me parecieron nombres de príncipes de reinos lejanos. Se llamaban Amóos, Oseas, Joel, Abadías. Mi padre se llamaba simplemente José del Carmen. Salió muy joven de las tierras paternas y trabajó de obrero en los diques del puerto de Talcahuano, terminando como ferroviario en Temuco. Era conductor de un tren lastrero. Pocos saben lo que es un tren lastrero. En la región austral, de grandes vendavales, las aguas se llevarían los rieles si no se les echara piedrecillas entre los durmientes. Hay que sacar en capachos el lastre de las canteras y volcar la piedra menuda en los carros planos. Hace cuarenta años la tripulación de un tren de esta clase tenía que ser formidable. Venían de los campos, de los suburbios, de las cárceles. Eran gigantescos y musculosos peones. Los salarios de la empresa eran miserables y no se pedían antecedentes a los que querían trabajar en los trenes lastreros. Mi padre era el conductor del tren. Se había acostumbrado a mandar y a obedecer. A veces me llevaba con él. Picábamos piedra en Boroa, corazón silvestre de la frontera, escenario de los terribles combates entre españoles y araucanos. La naturaleza allí me daba una especie de embriaguez. Me atraían los pájaros, los escarabajos, los huevos de perdiz. Era milagroso encontrarlos en las quebradas, empavonados, oscuros y relucientes, con un color parecido al del cañón de una escopeta. Me asombraba la perfección de los insectos. Recogía las "madres de la culebra". Con este nombre extravagante se designaba al mayor coleóptero, negro, bruñido y fuerte, el titán de los insectos de Chile. Estremece verlo de pronto en los troncos de los maquis y de los manzanos silvestres, de los copihues, pero yo sabía que era tan fuerte que podía pararme con mis pies sobre él y no se rompería. Con su gran dureza defensiva no necesitaba veneno. Estas exploraciones mías llenaban de curiosidad a los trabajadores. Pronto comenzaron a interesarse en mis descubrimientos. Apenas se descuidaba mi padre se largaban por la selva virgen y con más destreza, más inteligencia y más fuerza que yo, encontraban para mí tesoros increíbles. Había uno que se llamaba Monge. Según mi padre, un peligroso cuchillero. Tenía dos grandes líneas en su cara morena. Una era la cicatriz vertical de un cuchillazo y la otra su sonrisa blanca, horizontal, llena de simpatía y de picardía. Este Monge me traía copihues blancos, arañas peludas, crías de torcazas, y una vez descubrió para mí lo más deslumbrante, el coleóptero del copihue y de la luma. No sé si ustedes lo han visto alguna vez. Yo sólo lo vi en aquella ocasión. Era un relámpago vestido de arco iris. El rojo y el violeta y el verde y el amarillo deslumbraban en su caparazón. Como un relámpago se me escapó de las manos y se volvió a la selva. Ya no estaba Monge para que me lo cazara. Nunca me he recobrado de aquella aparición deslumbrante. Tampoco he olvidado a aquel amigo. Mi padre me contó su muerte. Cayó del tren y rodó por un precipicio. Se detuvo el convoy, pero, me decía mi padre, ya sólo era un saco de huesos. Es difícil dar una idea de una casa como la mía, casa típica de la frontera, hace sesenta años. En primer lugar, los domicilios familiares se intercomunicaban. Por el fondo de los patios, los Reyes y los Ortegas, los Canda y los Masón se intercambiaban herramientas o libros, tortas de cumpleaños, ungüentos para fricciones, paraguas, mesas y sillas. Estas casas pioneras cubrían todas las actividades de un pueblo. Don Carlos Masón, norteamericano de blanca melena, parecido a Emulo, era el patriarca de esta familia. Sus hijos Masón eran profundamente criollos. Don Carlos Masón tenía código y biblioteca. No era un imperialista, sino un fundador original. En esta familia, sin que nadie tuviera dinero, crecían imprentas, hoteles, carnicerías. Algunos hijos eran directores de periódicos y otros eran obreros en la misma imprenta. Todo pasaba con el tiempo y todo el mundo quedaba tan pobre como antes. Sólo los alemanes mantenían esa irreductible conservación de sus bienes, que los caracterizaba en la frontera. Las casas nuestras tenían, pues, algo de campamento. O de empresas descubridoras. Al entrar se veían barricas, aperos, monturas, y objetos indescriptibles. Quedaban siempre habitaciones sin terminar, escaleras inconclusas. Se hablaba toda la vida de continuar la construcción. Los padres comenzaban a pensar en la universidad para sus hijos
Confieso que He Vivido: Pablo Neruda
En su libro confieso que he vivido, Pablo Neruda nos entrega las memorias de su vida; unas memorias en las que no encontramos detalles concretos, si no más bien recuerdos de la vida de este gran poeta chileno. Dentro de estas memorias encontramos aspectos que nos ayudan a entender su gran obra literaria y explicar como grandes escritores como éste se basan de sus vivencias, experiencias, situaciones políticas, sociales, culturales, etc., para crear sus grandes obras.
Como primer aspecto hay que nombrar el estilo de vida nómada que tenía el destacado poeta. Desde su infancia junto al sur de Chile, y acompañado de esa lluvia que lo impactaba, pasando por la dura experiencia en la capital, en donde publica “Crepusculario” por la cual vende todos sus muebles, tiene que empeñar el reloj que le había regalado su padre, y ser ayudado por un crítico amigo suyo, de apellido Alone, quien aporta generosamente el resto de la deuda. Los poemas de “Crepusculario” fincan sus raíces en el entusiasmo y la generosidad, están escritos con una sensibilidad abierta a las inquietudes sociales y en un absoluto convencimiento del poder de la palabra poética como factor transformador de la realidad. También debemos señalar su paso por diversos países en el mundo, en donde sobresalen sus experiencias en Oriente, en Argentina en donde conoce a uno de sus grandes amigos Federico García Lorca, en Europa en donde lo encontramos muy conectado con la guerra civil española, ejerciendo funciones diplomáticas en Francia, y con visitas a la URSS; además se puede recalcar su aparición en México y en la China.
¿Pero todos estos lugares y todas estas experiencias (y muchas otras) en que pueden ayudar a entender la obra de Neruda? Estos hechos ayudan a entender las obras que realizó Neruda ya que tienen creaciones que corresponden a realidades diversas como son “España en el corazón”, poema que empieza a escribir al estallar la guerra civil española, donde Neruda descubre que el hombre no es sólo naturaleza, sino también historia; “Canto de amor a Stalingrado” que forman parte de su libro “Canto General” (considerado por muchos su más grande obra), que en un principio iba a hacer un texto en el cual Neruda iba a dar a conocer la realidad de su país, pero se transformó en uno en el cual nos entrega la verdad del pueblo Latinoamericano y en donde nos regala su visión desde la llegada de los españoles hasta su “tiempo”. Es decir estos hechos ayudan a entender la publicación de estos escritos, y más aún nos ayudan a entender esa increíble personalidad que se nota en las obras de Neruda.
Como segundo elemento se puede resaltar la caracterización y simpleza a la vez para escribir, porque siempre se apegó a lo que lo rodeó, incluso cuando niño, ya que el mismo advierte que en ese tiempo escribió su primer poema. Se estremecía con la tierra fértil del sur del país y más aún con la lluvia que lo sorprendía por su gran abundancia "…Comenzaré por decir, sobre los días y años de mi infancia, que mi único personaje inolvidable fue la lluvia...La gran lluvia austral que cae como una catarata del Polo, desde los cielos del Cabo de Hornos hasta la frontera. En esta frontera, o Far West de mi patria, nací a la vida, a la tierra, a la poesía y a la lluvia...".O en otros casos con la guerra civil española, con el comunismo, ó con la realidad Latinoamericana, en todos ellos siente una profunda identificación, un sentimiento penetrante con estas realidades que quizás no eran directamente propias, pero con sus viajes y con su sensibilidad para ver las cosas él las hacia propias.
A la vez sus obras son simples, o por lo menos esa era la intención del poeta, ya que como el propone sus escritos eran un reflejo de lo que el sentía en el momento. Para graficarlo hay que citar un fragmento de sus memorias “…siempre me pregunto que estoy escribiendo. Siempre me ha sorprendido esa pregunta por lo superficial, porque la verdad es que siempre estoy haciendo lo mismo, ¿Poesía? Me entere mucho después… que lo que yo escribía se llamaba poesía. Me aburren las discusiones estéticas…”. Aquí podemos ver que siempre Neruda quería expresar lo que sentía, que no le importaba crear grandes obras sino más bien expresar lo que sentía en el momento y dárselo a conocer a la gente.
Un último aspecto que se señalará, será la constante lucha a la que se ve enfrentado el gran poeta Pablo Neruda. Esta lucha que se encuentra durante toda su vida, en todas sus cosas y luego se traducen al papel, convirtiéndose en grandes obras literarias. Se puede señalar esa lucha, que debió enfrentar en su niñez para poder salir adelante a pesar de los problemas familiares y sociales que tenía en esa época.
También podemos referirnos a las complicaciones que enfrenta al llegar a Santiago a estudiar pedagogía, en el Instituto Pedagógico, entre las que se pueden contar la pobreza a la que se vio enfrentado en su diario vivir y en su afán de publicar su primer libro. No hay que olvidar que otra valla que debió superar fue la de su padre, que no quería que su hijo Neftalí se convirtiera en poeta por los riesgos económicos que este le podía traer, para lo cual decidió usar seudónimos como Sachka o Pablo Neruda.
Además cuando ejerció cargos diplomáticos en distintas partes del mundo debió enfrentar diversos problemas. Se enfrentó con el gobierno chileno, más específicamente, con el senador que abusa de su poder para ordenar su arresto el cual se revocó en 1952. Incluso se vio enfrentado a la guerra civil Española.
Como podemos notar el poeta se ve enfrentado a diversos problemas, desde su identidad hasta la amenaza de ir a la cárcel si lo encontraban en Chile. Pero Neftalí Reyes como todos lo conocemos hoy, Pablo Neruda, siempre salió vencedor de sus batallas, y éstas las podemos resaltar en sus obras, ya que como se ha señalado anteriormente, el escribía sus propias vivencias, sin importar si lo que escribía era poesía o no “… Me toco padecer y luchar, amar y cantar; Me tocaron en el reparto del mundo, el triunfo y la derrota, probé el gusto del pan y el de la sangre. ¿Qué más quiere un poeta? y todas las alternativas, desde el llanto hasta los besos, desde la soledad hasta el pueblo, perviven en mi poesía, actúan en ella por que he vivido para mi poesía, y mi poesía ha sustentado mis luchas…”.
Mi vida es una vida hecha de todas las vidas: las vidas del poeta.
A los 69 años de su vida terrenal, Pablo Neruda recibió honores y ataques, conoció la pobreza y la soledad, amó y fue amado, anduvo exiliado por el mundo derramando poesía, y participó como poeta y hombre de acción en muchas batallas, a veces políticas...muchas veces poéticas.
El 11 de septiembre de 1973, tienen un impacto tremendo en la hasta entonces animosa voluntad del poeta, que se agrava en pocos días, debiendo ser internado prontamente en la Clínica Santa María en Santiago lugar en donde fallece a las 22:30 horas del día 23 de septiembre.
Como primer aspecto hay que nombrar el estilo de vida nómada que tenía el destacado poeta. Desde su infancia junto al sur de Chile, y acompañado de esa lluvia que lo impactaba, pasando por la dura experiencia en la capital, en donde publica “Crepusculario” por la cual vende todos sus muebles, tiene que empeñar el reloj que le había regalado su padre, y ser ayudado por un crítico amigo suyo, de apellido Alone, quien aporta generosamente el resto de la deuda. Los poemas de “Crepusculario” fincan sus raíces en el entusiasmo y la generosidad, están escritos con una sensibilidad abierta a las inquietudes sociales y en un absoluto convencimiento del poder de la palabra poética como factor transformador de la realidad. También debemos señalar su paso por diversos países en el mundo, en donde sobresalen sus experiencias en Oriente, en Argentina en donde conoce a uno de sus grandes amigos Federico García Lorca, en Europa en donde lo encontramos muy conectado con la guerra civil española, ejerciendo funciones diplomáticas en Francia, y con visitas a la URSS; además se puede recalcar su aparición en México y en la China.
¿Pero todos estos lugares y todas estas experiencias (y muchas otras) en que pueden ayudar a entender la obra de Neruda? Estos hechos ayudan a entender las obras que realizó Neruda ya que tienen creaciones que corresponden a realidades diversas como son “España en el corazón”, poema que empieza a escribir al estallar la guerra civil española, donde Neruda descubre que el hombre no es sólo naturaleza, sino también historia; “Canto de amor a Stalingrado” que forman parte de su libro “Canto General” (considerado por muchos su más grande obra), que en un principio iba a hacer un texto en el cual Neruda iba a dar a conocer la realidad de su país, pero se transformó en uno en el cual nos entrega la verdad del pueblo Latinoamericano y en donde nos regala su visión desde la llegada de los españoles hasta su “tiempo”. Es decir estos hechos ayudan a entender la publicación de estos escritos, y más aún nos ayudan a entender esa increíble personalidad que se nota en las obras de Neruda.
Como segundo elemento se puede resaltar la caracterización y simpleza a la vez para escribir, porque siempre se apegó a lo que lo rodeó, incluso cuando niño, ya que el mismo advierte que en ese tiempo escribió su primer poema. Se estremecía con la tierra fértil del sur del país y más aún con la lluvia que lo sorprendía por su gran abundancia "…Comenzaré por decir, sobre los días y años de mi infancia, que mi único personaje inolvidable fue la lluvia...La gran lluvia austral que cae como una catarata del Polo, desde los cielos del Cabo de Hornos hasta la frontera. En esta frontera, o Far West de mi patria, nací a la vida, a la tierra, a la poesía y a la lluvia...".O en otros casos con la guerra civil española, con el comunismo, ó con la realidad Latinoamericana, en todos ellos siente una profunda identificación, un sentimiento penetrante con estas realidades que quizás no eran directamente propias, pero con sus viajes y con su sensibilidad para ver las cosas él las hacia propias.
A la vez sus obras son simples, o por lo menos esa era la intención del poeta, ya que como el propone sus escritos eran un reflejo de lo que el sentía en el momento. Para graficarlo hay que citar un fragmento de sus memorias “…siempre me pregunto que estoy escribiendo. Siempre me ha sorprendido esa pregunta por lo superficial, porque la verdad es que siempre estoy haciendo lo mismo, ¿Poesía? Me entere mucho después… que lo que yo escribía se llamaba poesía. Me aburren las discusiones estéticas…”. Aquí podemos ver que siempre Neruda quería expresar lo que sentía, que no le importaba crear grandes obras sino más bien expresar lo que sentía en el momento y dárselo a conocer a la gente.
Un último aspecto que se señalará, será la constante lucha a la que se ve enfrentado el gran poeta Pablo Neruda. Esta lucha que se encuentra durante toda su vida, en todas sus cosas y luego se traducen al papel, convirtiéndose en grandes obras literarias. Se puede señalar esa lucha, que debió enfrentar en su niñez para poder salir adelante a pesar de los problemas familiares y sociales que tenía en esa época.
También podemos referirnos a las complicaciones que enfrenta al llegar a Santiago a estudiar pedagogía, en el Instituto Pedagógico, entre las que se pueden contar la pobreza a la que se vio enfrentado en su diario vivir y en su afán de publicar su primer libro. No hay que olvidar que otra valla que debió superar fue la de su padre, que no quería que su hijo Neftalí se convirtiera en poeta por los riesgos económicos que este le podía traer, para lo cual decidió usar seudónimos como Sachka o Pablo Neruda.
Además cuando ejerció cargos diplomáticos en distintas partes del mundo debió enfrentar diversos problemas. Se enfrentó con el gobierno chileno, más específicamente, con el senador que abusa de su poder para ordenar su arresto el cual se revocó en 1952. Incluso se vio enfrentado a la guerra civil Española.
Como podemos notar el poeta se ve enfrentado a diversos problemas, desde su identidad hasta la amenaza de ir a la cárcel si lo encontraban en Chile. Pero Neftalí Reyes como todos lo conocemos hoy, Pablo Neruda, siempre salió vencedor de sus batallas, y éstas las podemos resaltar en sus obras, ya que como se ha señalado anteriormente, el escribía sus propias vivencias, sin importar si lo que escribía era poesía o no “… Me toco padecer y luchar, amar y cantar; Me tocaron en el reparto del mundo, el triunfo y la derrota, probé el gusto del pan y el de la sangre. ¿Qué más quiere un poeta? y todas las alternativas, desde el llanto hasta los besos, desde la soledad hasta el pueblo, perviven en mi poesía, actúan en ella por que he vivido para mi poesía, y mi poesía ha sustentado mis luchas…”.
Mi vida es una vida hecha de todas las vidas: las vidas del poeta.
A los 69 años de su vida terrenal, Pablo Neruda recibió honores y ataques, conoció la pobreza y la soledad, amó y fue amado, anduvo exiliado por el mundo derramando poesía, y participó como poeta y hombre de acción en muchas batallas, a veces políticas...muchas veces poéticas.
El 11 de septiembre de 1973, tienen un impacto tremendo en la hasta entonces animosa voluntad del poeta, que se agrava en pocos días, debiendo ser internado prontamente en la Clínica Santa María en Santiago lugar en donde fallece a las 22:30 horas del día 23 de septiembre.
Confieso que He Vivido: Pablo Neruda
... Mi Pueblo ha sido el más traicionado de este tiempo. De los desiertos del salitre, de las minas submarinas del carbón, de las alturas terribles donde yace el cobre y lo extraen con trabajos inhumanos las manos de mi pueblo, surgió un movimiento liberador de magnitud grandiosa. Ese movimiento llevó a la presidencia de Chile a un hombre llamado Salvador Allende para que realizara reformas y medidas de justicia inaplazables, para que rescatara nuestras riquezas nacionales de las garras extranjeras.
Donde estuvo, en los países más lejanos, los pueblos admiraron al presidente Allende y elogiaron el extraordinario pluralismo de nuestro gobierno. Jamás en la historia de la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, se escuchó una ovación como la que le brindaron al presidente de Chile los delegados de todo el mundo. Aquí, en Chile, se estaba construyendo, entre inmensas dificultades, una sociedad verdaderamente justa, elevada sobre la base de nuestra soberanía, de nuestro orgullo nacional, del heroísmo de los mejores habitantes de Chile. De nuestro lado, del lado de la revolución chilena, estaban la constitución y la ley, la democracia y la esperanza.
Del otro lado no faltaba nada. Tenían arlequines y polichinelas, payasos a granel, terroristas de pistola y cadena, monjes falsos y militares degradados. Unos y otros daban vueltas en el carrousel del despacho. Iban tomados de la mano el fascista Jarpa con sus sobrinos de "Patria y Libertad", dispuestos a romperle la cabeza y el alma a cuanto existe, con tal de recuperarla gran hacienda que ellos llamaban Chile. Junto con ellos, para amenizar la farándula, danzaba un gran banquero y bailarín, algo manchado de sangre; era el campeón de rumba González Videla, que rumbeando entregó hace tiempo su partido a los enemigos del pueblo. Ahora era Frei quien ofrecía su partido demócrata-cristiano a los mismos enemigos del pueblo, y bailaba al son que éstos le tocaran, y bailaba además con el ex coronel Viaux, de cuya fechoría fue cómplice. Éstos eran los principales artistas de la comedia. Tenían preparados los víveres del acaparamiento, los "miguelitos", los garrotes y las mismas balas que ayer hirieron de muerte a nuestro pueblo en Iquique, en Ranquin, en Salvador, en Puert Montt, en la José María Caro, en Frutillar, en Puente Alto y en tantos otros lugares. Los asesinos de Hernán Mery bailaban con los que deberían defender su memoria. Bailaban con naturalidad, santurronamente. Se sentían ofendidos de que les reprocharan esos "pequeños detalles".
Chile tiene una larga historia civil con pocas revoluciones y muchos gobiernos estables, conservadores y mediocres.
Muchos presidentes chicos y sólo dos presidentes grandes: Balmaceda y Allende. Es curioso que los dos provinieran del mismo medio, de la burguesía adinerada, que aquí se hace llamar aristocracia. Como hombres de principios, empeñados en engrandecer un país empequeñecido por la mediocre oligarquía, los dos fueron conducidos a la muerte de la misma manera. Balmaceda fue llevado al suicidio por resistirse a entregar la riqueza salitrera a las compañías extranjeras.
Allende fue asesinado por haber nacionalizado la otra riqueza del subsuelo chileno, el cobre. En ambos casos la oligarquía chilena organizó revoluciones sangrientas. En ambos casos los militares hicieron de jauría. Las compañías inglesas en la ocasión de Balmaceda, las norteamericanas en la ocasión de Allende, fomentaron y sufragaron estos movimientos militares.
En ambos casos las casas de los presidentes fueron desvalijadas por órdenes de nuestros distinguidos «aristócratas». Los salones de Balmaceda fueron destruidos a hachazos. La casa de Allende, gracias al progreso del mundo, fue bombardeada desde el aire por nuestros heroicos aviadores.
Sin embargo, estos dos hombres fueron muy diferentes. Balmaceda fue un orador cautivante. Tenía una complexión imperiosa que lo acercaba más y más al mando unipersonal. Estaba seguro de la elevación de sus propósitos. En todo instante se vio rodeado de enemigos. Su superioridad sobre el medio en que vivía era tan grande, y tan grande su soledad, que concluyó por reconcentrarse en sí mismo. El pueblo que debía ayudarle no existía como fuerza, es decir, no estaba organizado. Aquel presidente estaba condenado a conducirse como un iluminado, como un soñador: su sueño de grandeza se quedó en sueño. Después de su asesinato, los rapaces mercaderes extranjeros y los parlamentarios criollos entraron en posesión de salitre: para los extranjeros, la propiedad y las concesiones; para los criollos, las coimas. Recibidos los treinta dineros, todo volvió a su normalidad. La sangre de unos cuantos miles de hombres del pueblo se secó pronto en los campos de batalla. Los obreros más explotados del mundo, los de las regiones del norte de Chile, no cesaron de producir inmensas cantidades de libras esterlinas para la city de Londres.
Allende nunca fue un gran orador. Y como estadista era un gobernante que consultaba todas sus medidas. Fue el antidictador, el demócrata principista hasta en los menores detalles. Le tocó un país que ya no era el pueblo bisoño de Balmaceda; encontró una clase obrera poderosa que sabía de qué se trataba. Allende era un dirigente colectivo; un hombre que, sin salir de las clases populares, era un producto de la lucha de esas clases contra el estancamiento y la corrupción de sus explotadores. Por tales causas y razones, la obra que realizó Allende en tan corto tiempo es superior a la de Balmaceda; más aún, es la más importante en la historia de Chile. Sólo la nacionalización del cobre fue una empresa titánica, y muchos objetivos más que se cumplieron bajo su gobierno de esencia colectiva.
Las obras y los hechos de Allende, de imborrable valor nacional, enfurecieron a los enemigos de nuestra liberación. El simbolismo trágico de esta crisis se revela en el bombardeo del palacio de gobierno; uno evoca la Blitz Krieg de la aviación nazi contra indefensas ciudades extranjeras, españolas, inglesas, rusas; ahora sucedía el mismo crimen en Chile; pilotos chilenos atacaban en picada el palacio que durante dos siglos fue el centro de la vida civil del país.
Escribo estas rápidas líneas para mis memorias a sólo tres días de los hechos incalificables que llevaron a la muerte a mi gran compañero el presidente Allende. Su asesinato se mantuvo en silencio; fue enterrado secretamente; sólo a su viuda le fue permitido acompañar aquel inmortal cadáver. La versión de los agresores es que hallaron su cuerpo inerte, con muestras visibles de suicidio. La versión que ha sido publicada en el extranjero es diferente. A renglón seguido del bombardeó aéreo entraron en acción los tanques, muchos tanques, a luchar intrépidamente contra un solo hombre: el presidente de la república de Chile, Salvador Allende, que los esperaba en su gabinete, sin más compañía que su gran corazón, envuelto en humo y llamas.
Tenían que aprovechar una ocasión tan bella. Había que ametrallarlo porque jamás renunciaría a su cargo. Aquel cuerpo fue enterrado secretamente en un sitio cualquiera. Aquel cadáver que marchó a la sepultura acompañado por una sola mujer que llevaba en sí misma todo el dolor del mundo, aquella gloriosa figura muerta iba acribillada y despedazada por las balas de las ametralladoras de los soldados de Chile, que otra vez habían traicionado a Chile.
Donde estuvo, en los países más lejanos, los pueblos admiraron al presidente Allende y elogiaron el extraordinario pluralismo de nuestro gobierno. Jamás en la historia de la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, se escuchó una ovación como la que le brindaron al presidente de Chile los delegados de todo el mundo. Aquí, en Chile, se estaba construyendo, entre inmensas dificultades, una sociedad verdaderamente justa, elevada sobre la base de nuestra soberanía, de nuestro orgullo nacional, del heroísmo de los mejores habitantes de Chile. De nuestro lado, del lado de la revolución chilena, estaban la constitución y la ley, la democracia y la esperanza.
Del otro lado no faltaba nada. Tenían arlequines y polichinelas, payasos a granel, terroristas de pistola y cadena, monjes falsos y militares degradados. Unos y otros daban vueltas en el carrousel del despacho. Iban tomados de la mano el fascista Jarpa con sus sobrinos de "Patria y Libertad", dispuestos a romperle la cabeza y el alma a cuanto existe, con tal de recuperarla gran hacienda que ellos llamaban Chile. Junto con ellos, para amenizar la farándula, danzaba un gran banquero y bailarín, algo manchado de sangre; era el campeón de rumba González Videla, que rumbeando entregó hace tiempo su partido a los enemigos del pueblo. Ahora era Frei quien ofrecía su partido demócrata-cristiano a los mismos enemigos del pueblo, y bailaba al son que éstos le tocaran, y bailaba además con el ex coronel Viaux, de cuya fechoría fue cómplice. Éstos eran los principales artistas de la comedia. Tenían preparados los víveres del acaparamiento, los "miguelitos", los garrotes y las mismas balas que ayer hirieron de muerte a nuestro pueblo en Iquique, en Ranquin, en Salvador, en Puert Montt, en la José María Caro, en Frutillar, en Puente Alto y en tantos otros lugares. Los asesinos de Hernán Mery bailaban con los que deberían defender su memoria. Bailaban con naturalidad, santurronamente. Se sentían ofendidos de que les reprocharan esos "pequeños detalles".
Chile tiene una larga historia civil con pocas revoluciones y muchos gobiernos estables, conservadores y mediocres.
Muchos presidentes chicos y sólo dos presidentes grandes: Balmaceda y Allende. Es curioso que los dos provinieran del mismo medio, de la burguesía adinerada, que aquí se hace llamar aristocracia. Como hombres de principios, empeñados en engrandecer un país empequeñecido por la mediocre oligarquía, los dos fueron conducidos a la muerte de la misma manera. Balmaceda fue llevado al suicidio por resistirse a entregar la riqueza salitrera a las compañías extranjeras.
Allende fue asesinado por haber nacionalizado la otra riqueza del subsuelo chileno, el cobre. En ambos casos la oligarquía chilena organizó revoluciones sangrientas. En ambos casos los militares hicieron de jauría. Las compañías inglesas en la ocasión de Balmaceda, las norteamericanas en la ocasión de Allende, fomentaron y sufragaron estos movimientos militares.
En ambos casos las casas de los presidentes fueron desvalijadas por órdenes de nuestros distinguidos «aristócratas». Los salones de Balmaceda fueron destruidos a hachazos. La casa de Allende, gracias al progreso del mundo, fue bombardeada desde el aire por nuestros heroicos aviadores.
Sin embargo, estos dos hombres fueron muy diferentes. Balmaceda fue un orador cautivante. Tenía una complexión imperiosa que lo acercaba más y más al mando unipersonal. Estaba seguro de la elevación de sus propósitos. En todo instante se vio rodeado de enemigos. Su superioridad sobre el medio en que vivía era tan grande, y tan grande su soledad, que concluyó por reconcentrarse en sí mismo. El pueblo que debía ayudarle no existía como fuerza, es decir, no estaba organizado. Aquel presidente estaba condenado a conducirse como un iluminado, como un soñador: su sueño de grandeza se quedó en sueño. Después de su asesinato, los rapaces mercaderes extranjeros y los parlamentarios criollos entraron en posesión de salitre: para los extranjeros, la propiedad y las concesiones; para los criollos, las coimas. Recibidos los treinta dineros, todo volvió a su normalidad. La sangre de unos cuantos miles de hombres del pueblo se secó pronto en los campos de batalla. Los obreros más explotados del mundo, los de las regiones del norte de Chile, no cesaron de producir inmensas cantidades de libras esterlinas para la city de Londres.
Allende nunca fue un gran orador. Y como estadista era un gobernante que consultaba todas sus medidas. Fue el antidictador, el demócrata principista hasta en los menores detalles. Le tocó un país que ya no era el pueblo bisoño de Balmaceda; encontró una clase obrera poderosa que sabía de qué se trataba. Allende era un dirigente colectivo; un hombre que, sin salir de las clases populares, era un producto de la lucha de esas clases contra el estancamiento y la corrupción de sus explotadores. Por tales causas y razones, la obra que realizó Allende en tan corto tiempo es superior a la de Balmaceda; más aún, es la más importante en la historia de Chile. Sólo la nacionalización del cobre fue una empresa titánica, y muchos objetivos más que se cumplieron bajo su gobierno de esencia colectiva.
Las obras y los hechos de Allende, de imborrable valor nacional, enfurecieron a los enemigos de nuestra liberación. El simbolismo trágico de esta crisis se revela en el bombardeo del palacio de gobierno; uno evoca la Blitz Krieg de la aviación nazi contra indefensas ciudades extranjeras, españolas, inglesas, rusas; ahora sucedía el mismo crimen en Chile; pilotos chilenos atacaban en picada el palacio que durante dos siglos fue el centro de la vida civil del país.
Escribo estas rápidas líneas para mis memorias a sólo tres días de los hechos incalificables que llevaron a la muerte a mi gran compañero el presidente Allende. Su asesinato se mantuvo en silencio; fue enterrado secretamente; sólo a su viuda le fue permitido acompañar aquel inmortal cadáver. La versión de los agresores es que hallaron su cuerpo inerte, con muestras visibles de suicidio. La versión que ha sido publicada en el extranjero es diferente. A renglón seguido del bombardeó aéreo entraron en acción los tanques, muchos tanques, a luchar intrépidamente contra un solo hombre: el presidente de la república de Chile, Salvador Allende, que los esperaba en su gabinete, sin más compañía que su gran corazón, envuelto en humo y llamas.
Tenían que aprovechar una ocasión tan bella. Había que ametrallarlo porque jamás renunciaría a su cargo. Aquel cuerpo fue enterrado secretamente en un sitio cualquiera. Aquel cadáver que marchó a la sepultura acompañado por una sola mujer que llevaba en sí misma todo el dolor del mundo, aquella gloriosa figura muerta iba acribillada y despedazada por las balas de las ametralladoras de los soldados de Chile, que otra vez habían traicionado a Chile.
Pablo Neruda: Confieso que he Vivido
Confieso que he vivido son las memorias escritas en una bellísima prosa por el insurrecto poeta chileno Pablo Neruda (1904-1973). Publicadas póstumamente en 1974, en ellas podemos comprobar la unión indisoluble que existió entre las experiencias vitales del poeta y su obra literaria, siendo estas memorias por tanto un material indispensable para entender y profundizar en su poesía.
Neruda consigue trasladar al lector de este libro en un viaje a través del mundo. Un viaje que comienza con las lluvias australes y la exuberante naturaleza araucana de su far west chileno y que finaliza con la narración que realiza pasados tres días de los fatales acontecimientos que tuvieron lugar en Chile el 11 de septiembre de 1973, el asesinato de su entrañable camarada y amigo Salvador Allende.
En el camino, Pablo Neruda nos lleva de la mano a través de exóticas regiones orientales. De la noche de Shangai nos dice: “las ciudades de mala reputación atraen como mujeres venenosas”. Realizando funciones como diplomático también visitará Japón, Ceilán, Singapur, Batavia y la India colonial. Especialmente interesante me parece la opinión que nos da a cerca de las filosofías orientales que en aquel entonces comenzaban a ponerse de moda en las distinguidas sociedades occidentales:
Todo el esoterismo filosófico de los países orientales, confrontado con la vida real, se revelaba como un subproducto de la inquietud, de la neurosis, de la desorientación y del oportunismo occidentales; es decir, de la crisis de principios del capitalismo. En la India no había por aquellos años muchos sitios para las contemplaciones del ombligo profundo. Una vida de brutales exigencias materiales [...] imprimían a la vida una gran ferocidad en la que los reflejos místicos desaparecían.
Casi siempre los núcleos teosóficos eran dirigidos por aventureros occidentales [...]. Entre ellos había gente de buena fe, pero la generalidad explotaba un mercado barato donde se vendían, al por mayor, amuletos y fetiches exóticos, envueltos en pacotilla metafísica. Esa gente se llenaba la boca con el Drama y el Yoga. Les encantaba la gimnasia religiosa impregnada de vacío y palabrería.
En Argentina conoce a uno de sus grandes amigos, Federico García Lorca.
En España, la Guerra Civil transformará para siempre su poesía, imprimiendo en ella un carácter combativo y utilitario, al servicio de la causa comunista. Conocerá también a los poetas del 27 y al joven militante Miguel Hernández.
En Elegí un camino nos dice:
Los grupos anarcos se multiplicaban pintorescamente en Madrid mientras la población acudía al frente de batalla. Los anarquistas habían pintado tranvías y autobuses, la mitad roja y la mitad amarilla. Con sus largas melenas y barbas, collares y pulseras de balas, protagonizaban el carnaval agónico de España. Vi a varios de ellos calzando zapatos emblemáticos, la mitad de cuero rojo y la otra de cuero negro [...]. Y no se crea que eran una farándula inofensiva. Cada uno llevaba cuchillos, pistolones descomunales, rifles y carabinas. Por lo general se situaban a las puertas principales de los edificios, en grupos que fumaban y escupían, haciendo ostentación de su armamento. Su principal preocupación era cobrar las rentas a los aterrorizados inquilinos. O bien hacerlos renunciar voluntariamente a sus alhajas, anillos y relojes. [...]
Mientras esas bandas pululaban por la noche ciega de Madrid, los comunistas eran la única fuerza organizada que creaba un ejército para enfrentarlo a los italianos, a los alemanes, a los moros y a los falangistas.
Después de la guerra española, desde su puesto de diplomático en París, ayudará a los exiliados republicanos a refugiarse en Chile enfrentándose incluso al presidente chileno.
Durante su estancia en México conoce entre otros a los excéntricos pintores José Clemente Orozco y Diego Ribera y queda fascinado por la magia y los misterios de este país:
Cuando decidí regresar a mi país comprendía menos a vida mexicana que cuando llegué a México.
[En México] Todo podía pasar, todo pasaba. El único diario de la oposición era subvencionado por el gobierno. Era la democracia más dictatorial que pueda concebirse.
Ya en su madurez visita países como la URSS, China, Armenia, Venezuela o Cuba.
Especial interés, quizás por lo paradójico, tiene el relato titulado Fidel Castro:
Dos semanas después de su victoriosa entrada en La Habana, llegó Fidel Castro a Caracas por una corta visita. Venía a agradecer públicamente al gobierno y al pueblo venezolanos la ayuda que le habían prestado.
[...] Fidel habló cuatro horas seguidas en la plaza de El Silencio, corazón de Caracas. Yo era una de las doscientas mil personas que escucharon de pie y sin chistar aquel largo discurso. Para mi, como para muchos otros, los discursos de Fidel han sido una revelación. Oyéndolo hablar en aquella multitud comprendí que una época nueva había comenzado para América Latina. Me gustó la novedad de su lenguaje. Los mejores dirigentes obreros y políticos suelen machacar fórmulas cuyo contenido puede ser válido, pero son palabras gastadas y debilitadas en la repetición. Fidel no se daba por enterado de tales fórmulas. Su lenguaje era natural y didáctico. Parecía que el mismo iba aprendiendo mientras hablaba y enseñaba.
El libro se cierra con el relato Allende. Escrito tan sólo tres días después del asesinato del presidente chileno y nueve días antes de la muerte del propio poeta:
[...] Jamás en la historia de la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, se escuchó una ovación como la que le brindaron al presidente de Chile los delegados de todo el mundo. Aquí, en Chile, se estaba construyendo, entre inmensas dificultades, una sociedad verdaderamente justa, elevada sobre la base de nuestra soberanía. De nuestro lado estaban la constitución y la ley, la democracia y la esperanza.
Del otro lado no faltaba nada. Tenían arlequines y polichinelas, payasos a granel, terroristas de pistola y cadena, monjes falsos y militares degradados. [...]
Chile tiene muchos presidentes chicos y sólo dos presidentes grandes: Balmaceda y Allende. [...] Como hombres de principios, empeñados en engrandecer un país empequeñecido por la mediocre oligarquía, los dos fueron conducidos a la muerte de la misma manera. Balmaceda fue llevado al suicidio por resistirse a entregar la riqueza salitrera a las compañías extranjeras.
Allende fue asesinado por haber nacionalizado la otra riqueza del subsuelo chileno, el cobre. [...] En ambos casos los militares hicieron la jauría. Las compañías inglesas en la ocasión de Balmaceda, las norteamericanas en la ocasión de Allende, fomentaron y sufragaron estos movimientos militares.
[...] Escribo estas rápidas líneas para mis memorias a sólo tres días de los hechos incalificables que llevaron a la muerte a mi gran compañero el presidente Allende. Su asesinato se mantuvo en silencio; fue enterrado secretamente; sólo a su viuda le fue permitido acompañar aquel inmortal cadáver. La versión de los agresores es que hallaron su cuerpo inerte, con muestras visibles de suicidio. La versión que ha sido publicada en el extranjero es diferente. A renglón seguido del bombardeo aéreo entraron en acción los tanques, muchos tanques, a luchar intrépidamente contra un solo hombre: el presidente de la república de Chile, Salvador Allende, que los esperaba en su gabinete, sin más compañía que su gran corazón, envuelto en humo y llamas.
Tenían que aprovechar una ocasión tan bella. Había que ametrallarlo porque jamás renunciaría a su cargo. Aquel cuerpo fue enterrado secretamente en un sitio cualquiera. Aquel cadáver que marchó a la sepultura acompañado por una sola mujer que llevaba en sí misma todo el dolor del mundo, aquella gloriosa figura muerta iba acribillada y despedazada por las balas de las ametralladoras de los soldados de Chile, que otra vez habían traicionado a Chile.
Neruda consigue trasladar al lector de este libro en un viaje a través del mundo. Un viaje que comienza con las lluvias australes y la exuberante naturaleza araucana de su far west chileno y que finaliza con la narración que realiza pasados tres días de los fatales acontecimientos que tuvieron lugar en Chile el 11 de septiembre de 1973, el asesinato de su entrañable camarada y amigo Salvador Allende.
En el camino, Pablo Neruda nos lleva de la mano a través de exóticas regiones orientales. De la noche de Shangai nos dice: “las ciudades de mala reputación atraen como mujeres venenosas”. Realizando funciones como diplomático también visitará Japón, Ceilán, Singapur, Batavia y la India colonial. Especialmente interesante me parece la opinión que nos da a cerca de las filosofías orientales que en aquel entonces comenzaban a ponerse de moda en las distinguidas sociedades occidentales:
Todo el esoterismo filosófico de los países orientales, confrontado con la vida real, se revelaba como un subproducto de la inquietud, de la neurosis, de la desorientación y del oportunismo occidentales; es decir, de la crisis de principios del capitalismo. En la India no había por aquellos años muchos sitios para las contemplaciones del ombligo profundo. Una vida de brutales exigencias materiales [...] imprimían a la vida una gran ferocidad en la que los reflejos místicos desaparecían.
Casi siempre los núcleos teosóficos eran dirigidos por aventureros occidentales [...]. Entre ellos había gente de buena fe, pero la generalidad explotaba un mercado barato donde se vendían, al por mayor, amuletos y fetiches exóticos, envueltos en pacotilla metafísica. Esa gente se llenaba la boca con el Drama y el Yoga. Les encantaba la gimnasia religiosa impregnada de vacío y palabrería.
En Argentina conoce a uno de sus grandes amigos, Federico García Lorca.
En España, la Guerra Civil transformará para siempre su poesía, imprimiendo en ella un carácter combativo y utilitario, al servicio de la causa comunista. Conocerá también a los poetas del 27 y al joven militante Miguel Hernández.
En Elegí un camino nos dice:
Los grupos anarcos se multiplicaban pintorescamente en Madrid mientras la población acudía al frente de batalla. Los anarquistas habían pintado tranvías y autobuses, la mitad roja y la mitad amarilla. Con sus largas melenas y barbas, collares y pulseras de balas, protagonizaban el carnaval agónico de España. Vi a varios de ellos calzando zapatos emblemáticos, la mitad de cuero rojo y la otra de cuero negro [...]. Y no se crea que eran una farándula inofensiva. Cada uno llevaba cuchillos, pistolones descomunales, rifles y carabinas. Por lo general se situaban a las puertas principales de los edificios, en grupos que fumaban y escupían, haciendo ostentación de su armamento. Su principal preocupación era cobrar las rentas a los aterrorizados inquilinos. O bien hacerlos renunciar voluntariamente a sus alhajas, anillos y relojes. [...]
Mientras esas bandas pululaban por la noche ciega de Madrid, los comunistas eran la única fuerza organizada que creaba un ejército para enfrentarlo a los italianos, a los alemanes, a los moros y a los falangistas.
Después de la guerra española, desde su puesto de diplomático en París, ayudará a los exiliados republicanos a refugiarse en Chile enfrentándose incluso al presidente chileno.
Durante su estancia en México conoce entre otros a los excéntricos pintores José Clemente Orozco y Diego Ribera y queda fascinado por la magia y los misterios de este país:
Cuando decidí regresar a mi país comprendía menos a vida mexicana que cuando llegué a México.
[En México] Todo podía pasar, todo pasaba. El único diario de la oposición era subvencionado por el gobierno. Era la democracia más dictatorial que pueda concebirse.
Ya en su madurez visita países como la URSS, China, Armenia, Venezuela o Cuba.
Especial interés, quizás por lo paradójico, tiene el relato titulado Fidel Castro:
Dos semanas después de su victoriosa entrada en La Habana, llegó Fidel Castro a Caracas por una corta visita. Venía a agradecer públicamente al gobierno y al pueblo venezolanos la ayuda que le habían prestado.
[...] Fidel habló cuatro horas seguidas en la plaza de El Silencio, corazón de Caracas. Yo era una de las doscientas mil personas que escucharon de pie y sin chistar aquel largo discurso. Para mi, como para muchos otros, los discursos de Fidel han sido una revelación. Oyéndolo hablar en aquella multitud comprendí que una época nueva había comenzado para América Latina. Me gustó la novedad de su lenguaje. Los mejores dirigentes obreros y políticos suelen machacar fórmulas cuyo contenido puede ser válido, pero son palabras gastadas y debilitadas en la repetición. Fidel no se daba por enterado de tales fórmulas. Su lenguaje era natural y didáctico. Parecía que el mismo iba aprendiendo mientras hablaba y enseñaba.
El libro se cierra con el relato Allende. Escrito tan sólo tres días después del asesinato del presidente chileno y nueve días antes de la muerte del propio poeta:
[...] Jamás en la historia de la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, se escuchó una ovación como la que le brindaron al presidente de Chile los delegados de todo el mundo. Aquí, en Chile, se estaba construyendo, entre inmensas dificultades, una sociedad verdaderamente justa, elevada sobre la base de nuestra soberanía. De nuestro lado estaban la constitución y la ley, la democracia y la esperanza.
Del otro lado no faltaba nada. Tenían arlequines y polichinelas, payasos a granel, terroristas de pistola y cadena, monjes falsos y militares degradados. [...]
Chile tiene muchos presidentes chicos y sólo dos presidentes grandes: Balmaceda y Allende. [...] Como hombres de principios, empeñados en engrandecer un país empequeñecido por la mediocre oligarquía, los dos fueron conducidos a la muerte de la misma manera. Balmaceda fue llevado al suicidio por resistirse a entregar la riqueza salitrera a las compañías extranjeras.
Allende fue asesinado por haber nacionalizado la otra riqueza del subsuelo chileno, el cobre. [...] En ambos casos los militares hicieron la jauría. Las compañías inglesas en la ocasión de Balmaceda, las norteamericanas en la ocasión de Allende, fomentaron y sufragaron estos movimientos militares.
[...] Escribo estas rápidas líneas para mis memorias a sólo tres días de los hechos incalificables que llevaron a la muerte a mi gran compañero el presidente Allende. Su asesinato se mantuvo en silencio; fue enterrado secretamente; sólo a su viuda le fue permitido acompañar aquel inmortal cadáver. La versión de los agresores es que hallaron su cuerpo inerte, con muestras visibles de suicidio. La versión que ha sido publicada en el extranjero es diferente. A renglón seguido del bombardeo aéreo entraron en acción los tanques, muchos tanques, a luchar intrépidamente contra un solo hombre: el presidente de la república de Chile, Salvador Allende, que los esperaba en su gabinete, sin más compañía que su gran corazón, envuelto en humo y llamas.
Tenían que aprovechar una ocasión tan bella. Había que ametrallarlo porque jamás renunciaría a su cargo. Aquel cuerpo fue enterrado secretamente en un sitio cualquiera. Aquel cadáver que marchó a la sepultura acompañado por una sola mujer que llevaba en sí misma todo el dolor del mundo, aquella gloriosa figura muerta iba acribillada y despedazada por las balas de las ametralladoras de los soldados de Chile, que otra vez habían traicionado a Chile.
viernes, 20 de mayo de 2011
Viaje Gastronomico por DF
Un viaje gastronómico por México DF (y II): Los mejores restaurantes
Les hablaba por aquí la semana pasada acerca de México DF como uno de los lugares de peregrinación gastronómica más interesantes del momento. Hicimos un recorrido por los mejores puestos callejeros, los más atractivos mercados, los imbatibles desayunos y apuntamos lugares que bien merece la visita como Casa Merlos, Merotoro o San Ángel Inn.
Hoy cierro el monográfico acercándoles los restaurantes que indiscutiblemente ostentan los primeros puestos de la coquinaria defeña. Establecimientos que sirven para recoger la obra y filosofía de sus jefes de cocina, auténticas estrellas de la cocina mexicana.
Pujol: el mejor restaurante del DF
El restaurante Pujol se presenta al visitante con una sala sobria, elegante y con iluminación acogedora. El jefe de sala, Miguel Ángel González, vigila cada detalle: desde el agua servida con tinaja a la margarita de xoconostle, la (excelente y bien escogida) bodega y el ritmo de los platos, el orden, el cariño, la suavidad.
Con los primeros platos, Bolita de quintonil con queso de cabra y Tamal de huitlacoche, entramos de lleno en el universo creativo del chef Enrique Olvera. Recetas que muestran la enorme capacidad de investigación del cocinero sobre técnicas e ingredientes. Algo que también evidenciamos en La Milpa, una creación que reproduce un antiquísimo sistema de cultivo mexicano basado en sostenibilidad.
Verduras, tubérculos y hortalizas olvidadas acompañan la experiencia mientras se reivindica su identidad. Con Chilacayotes curados en limón y sal el cocinero evapora la extravagancia y asienta un estilo que subraya con la Pechuga de guajolote (con chichilo negro, zanahoria blanca y albóndiga de plátano macho), detonante de un festival papilar
Inquietud y sensibilidad de Enrique Olvera
Gocen con el Puré de cacahuatzintle con careta y cueritos de lechón, una elaboración de esas que se guardan en la memoria por mucho tiempo. Disfrutarán también con los postres de Enrique, una vuelta de tuerca cargada de complicidad y humor. Dos buenos ejemplos son la Nieve de zarzamora y la Calavera de chocolate.
El trabajo del mexicano se arma bajo una cocina de mercado sofisticada, reflexiva y entretenida al mismo tiempo. Trabaja con conceptos más allá de la retórica y despierta sensaciones reales, originales. Seguramente por eso Michel Bras fue un día a cenar a Pujol. Y seguramente, por eso, al día siguiente repitió.
Hace pocos meses Pujol cumplió diez años en una celebración a la que acudieron, entre otros, René Redzepi y Alex Atala. Lejos de acomodarse, esta onomástica sirvió a Olvera como revulsivo para retarse y dar un paso más allá en su trabajo: una nueva (r)evolución en su estilo está sucediendo ahora en Pujol. Y parece bueno. Muy bueno.
Izote, reino de Patricia Quintana
Izote es el reflejo de Patricia Quintana que, con más de 45 años de profesión y casi treinta libros editados, es la verdadera reina de los fogones de la Nueva cocina mexicana. Quintana es oficio y trabajo. Sacrificio y pasión con el objetivo de ofrecer "el festejo del sabor con la esencia de México". Encarna el conocimiento y respeto por la tradición. Pero también la incombustible picardía para encontrar nuevas visiones que cambien la forma de abordar recetarios antiguos.
Tras algunos problemas con la reserva, la mesa y los camareros, pudimos sosegarnos leyendo una carta repleta de opciones apetecibles. Por si fuera poco, las sugerencias del día y el apartado de Especialidades hacen más complicada la elección. Si tienen suerte y Doña Patricia anda en el restaurante, depositen su confianza en el criterio de la cocinera.
Una cocina efervescente, actual
Nosotros así lo hicimos, con la condición de que incluyera dos clásicos de la casa: el Chile poblano relleno de chicharrón prensado y las Enchiladas al brie. Además de cumplir con los requisitos (¡no se pierdan esos platos!), fue ambiciosa con la comanda. Y disfrutamos como niños con los sabrosos Sopecitos de camarón y los Camineros, acertada combinación entre lo callejero y lo sofisticado.
También con el curiosísimo Ceviche de Huachinango (de inédito ritual de consumo), el Caldo ligero de calabaza o la Cecina de yecapixtla. No dejen de pedir el pescado del día que elabora con cuitlacoche y azafrán, de textura y sabor magníficos. Imprescindible.
El local es austero y luminoso, el ambiente informal. Únicamente encontrarán vinos mexicanos en la carta; en cambio, podrán probar una buena margarita y una selección de mezcales caseros de gran nivel. Soliciten al mesero que les haga una pequeña degustación.
Azul y Oro, inabarcable genio Ricardo Muñoz Zurita
El restaurante de Ricardo Muñoz Zurita, El Maestro, se encuentra fuera del circuito convencional. Para poder visitarlo, deberán ir hasta la inmensa ciudad universitaria que, con más de trescientos mil estudiantes, es la más grande de Sudamérica.
El cocinero es pura expresividad, un hervidero de pasión por la riqueza culinaria de su país: "Azul y Oro es un bastión de la cocina mexicana”. Se da la particularidad de que todo el producto ofrecido sigue una clase de trazabilidad. Se conoce y controla el origen y los productores de cada materia prima. No solo para preservar la calidad, sino porque hay una intención social: ayudar a grupos y zonas deprimidas, desde indígenas hasta ancianas sin trabajo.
Cada elemento está perfectamente estudiado: menaje, mantelería, controles de calidad... Un mérito sobresaliente cuando hablamos de un comedor de universidad que sirve de media quinientos cubiertos al día. No se puede tomar vino y el precio medio de los platos no supera los ochenta pesos. “Mi intención es la de hacer feliz a la gente, que una persona con el salario mínimo pueda venir a disfrutar”, comenta enérgico con guión idealista.
Elaboraciones viscerales, desnudas
Ricardo rescata platos ancestrales como el Salpicón de venado (orgánico), proveniente de la cultura maya. Tabasco, Oaxaca, Yucatán, México…homenajea la cocina de cada estado y trata de evocar su origen en el plato. No deberán perderse sus jornadas temáticas temporales, como las centradas en productos (mango) o en zonas geográficas (Alma Jarocha, alma nacional)…Cientos de recetas anuales entre las que deberán probar sus irreprochables tamalitos, sus maravillosas ensaladas con aguacate (¡o su particular versión de la César!), sus impecables sopas (la de tortilla o la de calabaza son algunos de sus “oros líquidos”), su legendario mole negro o las irresistibles enchiladas. Todo un festival.
Cierren su comanda con el Tikin xic, una receta que hará felices a los ictiófagos. Verdaderamente memorable la composición de ingredientes (achiote, plátano, tortilla, frijol, salsa X-ni-pek…) y el sabor final de esta preparación. Para acabar, no duden en solicitar alguno de sus postres, de altísimo nivel.
Si visitan Mexico DF, una excursión a Azul y Oro es imprescindible, háganme caso. No se arrepentirán con la propuesta rabiosamente personal del Ricardo Muñoz Zurita, uno de los máximos defensores y divulgadores de la cocina mexicana.
Biko o la emoción indefinida
Al frente del que para muchos es el mejor restaurante de México se encuentra el dúo vasco Mikel Alonso y Bruno Oteiza, quien fuera alumno de Arzak y junto con el que abrió Tezka, uno de los templos de cocina de vanguardia del DF.
Biko cuenta con una fantástica puesta en escena y un servicio vitamínico, irreprochable. La carta de vinos descubre referencias no habituales, especialmente españolas. Actualmente, la cocina está liderada por el joven Gerard Bellver, un prometedor chef que dará que hablar en el futuro.
Desde los primeros compases, el visitante se encontrará un estilo claramente imaginativo, visual y muy plástico. Biko propone al comensal romper con lo estereotipos y jugar para estimular sus sentidos. Lo evidenciarán con su famoso Foie 50% algodón o con Vaca láctea, dos platos que resumen la filosofía de la casa y que recuerdan claramente el trabajo de colegas de la piel de toro.
Hay guiños a la culinaria autóctona, como la Sopa de taco de frijol. El producto también es homenajeado en El Camarón y su cabeza, la Ensalada de codorniz y transparencias o La Naturaleza del atún. Composiciones generalmente barrocas que muestran una notable diversidad de registros pero que, desde el punto de vista de este goloso, se quedan en el camino de conseguir su objetivo: la emoción.
El visitante podrá optar por otros platos que, en este caso, no tienen impaciencia por dejar huella y mastican clasicismo vasco, como los Pimientos del piquillo rellenos, los pescados, los Txipirones al cubo, las preparaciones con caza o el inevitable Chuletón. Buenas opciones para aquellos que sufran de morriña o para nativos que quieran profundizar con la cocina del paisito.
Hoy cierro el monográfico sobre México DF que espero les haya parecido interesante, particularmente a aquellos que tengan pensado visitar a quellas tierras. La semana que viene volveremos por senderos más convencionales de la culinaria patria. Disfruten del fin de semana, amigos.
Les hablaba por aquí la semana pasada acerca de México DF como uno de los lugares de peregrinación gastronómica más interesantes del momento. Hicimos un recorrido por los mejores puestos callejeros, los más atractivos mercados, los imbatibles desayunos y apuntamos lugares que bien merece la visita como Casa Merlos, Merotoro o San Ángel Inn.
Hoy cierro el monográfico acercándoles los restaurantes que indiscutiblemente ostentan los primeros puestos de la coquinaria defeña. Establecimientos que sirven para recoger la obra y filosofía de sus jefes de cocina, auténticas estrellas de la cocina mexicana.
Pujol: el mejor restaurante del DF
El restaurante Pujol se presenta al visitante con una sala sobria, elegante y con iluminación acogedora. El jefe de sala, Miguel Ángel González, vigila cada detalle: desde el agua servida con tinaja a la margarita de xoconostle, la (excelente y bien escogida) bodega y el ritmo de los platos, el orden, el cariño, la suavidad.
Con los primeros platos, Bolita de quintonil con queso de cabra y Tamal de huitlacoche, entramos de lleno en el universo creativo del chef Enrique Olvera. Recetas que muestran la enorme capacidad de investigación del cocinero sobre técnicas e ingredientes. Algo que también evidenciamos en La Milpa, una creación que reproduce un antiquísimo sistema de cultivo mexicano basado en sostenibilidad.
Verduras, tubérculos y hortalizas olvidadas acompañan la experiencia mientras se reivindica su identidad. Con Chilacayotes curados en limón y sal el cocinero evapora la extravagancia y asienta un estilo que subraya con la Pechuga de guajolote (con chichilo negro, zanahoria blanca y albóndiga de plátano macho), detonante de un festival papilar
Inquietud y sensibilidad de Enrique Olvera
Gocen con el Puré de cacahuatzintle con careta y cueritos de lechón, una elaboración de esas que se guardan en la memoria por mucho tiempo. Disfrutarán también con los postres de Enrique, una vuelta de tuerca cargada de complicidad y humor. Dos buenos ejemplos son la Nieve de zarzamora y la Calavera de chocolate.
El trabajo del mexicano se arma bajo una cocina de mercado sofisticada, reflexiva y entretenida al mismo tiempo. Trabaja con conceptos más allá de la retórica y despierta sensaciones reales, originales. Seguramente por eso Michel Bras fue un día a cenar a Pujol. Y seguramente, por eso, al día siguiente repitió.
Hace pocos meses Pujol cumplió diez años en una celebración a la que acudieron, entre otros, René Redzepi y Alex Atala. Lejos de acomodarse, esta onomástica sirvió a Olvera como revulsivo para retarse y dar un paso más allá en su trabajo: una nueva (r)evolución en su estilo está sucediendo ahora en Pujol. Y parece bueno. Muy bueno.
Izote, reino de Patricia Quintana
Izote es el reflejo de Patricia Quintana que, con más de 45 años de profesión y casi treinta libros editados, es la verdadera reina de los fogones de la Nueva cocina mexicana. Quintana es oficio y trabajo. Sacrificio y pasión con el objetivo de ofrecer "el festejo del sabor con la esencia de México". Encarna el conocimiento y respeto por la tradición. Pero también la incombustible picardía para encontrar nuevas visiones que cambien la forma de abordar recetarios antiguos.
Tras algunos problemas con la reserva, la mesa y los camareros, pudimos sosegarnos leyendo una carta repleta de opciones apetecibles. Por si fuera poco, las sugerencias del día y el apartado de Especialidades hacen más complicada la elección. Si tienen suerte y Doña Patricia anda en el restaurante, depositen su confianza en el criterio de la cocinera.
Una cocina efervescente, actual
Nosotros así lo hicimos, con la condición de que incluyera dos clásicos de la casa: el Chile poblano relleno de chicharrón prensado y las Enchiladas al brie. Además de cumplir con los requisitos (¡no se pierdan esos platos!), fue ambiciosa con la comanda. Y disfrutamos como niños con los sabrosos Sopecitos de camarón y los Camineros, acertada combinación entre lo callejero y lo sofisticado.
También con el curiosísimo Ceviche de Huachinango (de inédito ritual de consumo), el Caldo ligero de calabaza o la Cecina de yecapixtla. No dejen de pedir el pescado del día que elabora con cuitlacoche y azafrán, de textura y sabor magníficos. Imprescindible.
El local es austero y luminoso, el ambiente informal. Únicamente encontrarán vinos mexicanos en la carta; en cambio, podrán probar una buena margarita y una selección de mezcales caseros de gran nivel. Soliciten al mesero que les haga una pequeña degustación.
Azul y Oro, inabarcable genio Ricardo Muñoz Zurita
El restaurante de Ricardo Muñoz Zurita, El Maestro, se encuentra fuera del circuito convencional. Para poder visitarlo, deberán ir hasta la inmensa ciudad universitaria que, con más de trescientos mil estudiantes, es la más grande de Sudamérica.
El cocinero es pura expresividad, un hervidero de pasión por la riqueza culinaria de su país: "Azul y Oro es un bastión de la cocina mexicana”. Se da la particularidad de que todo el producto ofrecido sigue una clase de trazabilidad. Se conoce y controla el origen y los productores de cada materia prima. No solo para preservar la calidad, sino porque hay una intención social: ayudar a grupos y zonas deprimidas, desde indígenas hasta ancianas sin trabajo.
Cada elemento está perfectamente estudiado: menaje, mantelería, controles de calidad... Un mérito sobresaliente cuando hablamos de un comedor de universidad que sirve de media quinientos cubiertos al día. No se puede tomar vino y el precio medio de los platos no supera los ochenta pesos. “Mi intención es la de hacer feliz a la gente, que una persona con el salario mínimo pueda venir a disfrutar”, comenta enérgico con guión idealista.
Elaboraciones viscerales, desnudas
Ricardo rescata platos ancestrales como el Salpicón de venado (orgánico), proveniente de la cultura maya. Tabasco, Oaxaca, Yucatán, México…homenajea la cocina de cada estado y trata de evocar su origen en el plato. No deberán perderse sus jornadas temáticas temporales, como las centradas en productos (mango) o en zonas geográficas (Alma Jarocha, alma nacional)…Cientos de recetas anuales entre las que deberán probar sus irreprochables tamalitos, sus maravillosas ensaladas con aguacate (¡o su particular versión de la César!), sus impecables sopas (la de tortilla o la de calabaza son algunos de sus “oros líquidos”), su legendario mole negro o las irresistibles enchiladas. Todo un festival.
Cierren su comanda con el Tikin xic, una receta que hará felices a los ictiófagos. Verdaderamente memorable la composición de ingredientes (achiote, plátano, tortilla, frijol, salsa X-ni-pek…) y el sabor final de esta preparación. Para acabar, no duden en solicitar alguno de sus postres, de altísimo nivel.
Si visitan Mexico DF, una excursión a Azul y Oro es imprescindible, háganme caso. No se arrepentirán con la propuesta rabiosamente personal del Ricardo Muñoz Zurita, uno de los máximos defensores y divulgadores de la cocina mexicana.
Biko o la emoción indefinida
Al frente del que para muchos es el mejor restaurante de México se encuentra el dúo vasco Mikel Alonso y Bruno Oteiza, quien fuera alumno de Arzak y junto con el que abrió Tezka, uno de los templos de cocina de vanguardia del DF.
Biko cuenta con una fantástica puesta en escena y un servicio vitamínico, irreprochable. La carta de vinos descubre referencias no habituales, especialmente españolas. Actualmente, la cocina está liderada por el joven Gerard Bellver, un prometedor chef que dará que hablar en el futuro.
Desde los primeros compases, el visitante se encontrará un estilo claramente imaginativo, visual y muy plástico. Biko propone al comensal romper con lo estereotipos y jugar para estimular sus sentidos. Lo evidenciarán con su famoso Foie 50% algodón o con Vaca láctea, dos platos que resumen la filosofía de la casa y que recuerdan claramente el trabajo de colegas de la piel de toro.
Hay guiños a la culinaria autóctona, como la Sopa de taco de frijol. El producto también es homenajeado en El Camarón y su cabeza, la Ensalada de codorniz y transparencias o La Naturaleza del atún. Composiciones generalmente barrocas que muestran una notable diversidad de registros pero que, desde el punto de vista de este goloso, se quedan en el camino de conseguir su objetivo: la emoción.
El visitante podrá optar por otros platos que, en este caso, no tienen impaciencia por dejar huella y mastican clasicismo vasco, como los Pimientos del piquillo rellenos, los pescados, los Txipirones al cubo, las preparaciones con caza o el inevitable Chuletón. Buenas opciones para aquellos que sufran de morriña o para nativos que quieran profundizar con la cocina del paisito.
Hoy cierro el monográfico sobre México DF que espero les haya parecido interesante, particularmente a aquellos que tengan pensado visitar a quellas tierras. La semana que viene volveremos por senderos más convencionales de la culinaria patria. Disfruten del fin de semana, amigos.
Patio Bellavista
Patio Bellavista se define como Panorama Urbano, es decir, un lugar de encuentro con identidad propia, donde convergen actividades gastronómicas, culturales y turísticas, ideal para todos los chilenos y extranjeros que valoran la entretención a escala humana.
Nuestra misión es alegrar a nuestros clientes con entretención, buena mesa, relajo y cultura. También, inspirar a nuestros operadores y marcas comerciales a desarrollar e implementar propuestas diferenciadoras, hacer un real aporte a la cultura de nuestro país y, en especial, al barrio Bellavista.
Patio Bellavista es la puerta de entrada al Barrio Bellavista. Estamos emplazados en un destacado barrio turístico y bohemio, que cuenta con un gran diseño que vela por la conservación y el rescate patrimonial. En Patio Bellavista existe todo lo que una persona desea ver y conocer a nivel cultural, artístico y gastronómico.
El foco de Patio Bellavista está puesto esencialmente en lo chileno. Es decir, en nuestra gente, nuestra cultura, idiosincrasia, valores patrimoniales, artesanía fina, gastronomía y arte. Es por eso que este lugar es una variada y gran vitrina de la cultura local, que es lo que a su vez la hace sumamente interesante a los ojos extranjeros.
Nuestra misión es alegrar a nuestros clientes con entretención, buena mesa, relajo y cultura. También, inspirar a nuestros operadores y marcas comerciales a desarrollar e implementar propuestas diferenciadoras, hacer un real aporte a la cultura de nuestro país y, en especial, al barrio Bellavista.
Patio Bellavista es la puerta de entrada al Barrio Bellavista. Estamos emplazados en un destacado barrio turístico y bohemio, que cuenta con un gran diseño que vela por la conservación y el rescate patrimonial. En Patio Bellavista existe todo lo que una persona desea ver y conocer a nivel cultural, artístico y gastronómico.
El foco de Patio Bellavista está puesto esencialmente en lo chileno. Es decir, en nuestra gente, nuestra cultura, idiosincrasia, valores patrimoniales, artesanía fina, gastronomía y arte. Es por eso que este lugar es una variada y gran vitrina de la cultura local, que es lo que a su vez la hace sumamente interesante a los ojos extranjeros.
Museo Historico Nacinal de Chile
¿Cual es la Misión del Museo Histórico Nacional?
La misión del Museo Histórico Nacional es facilitar a la comunidad nacional, el acceso al conocimiento y recreación de la historia del país, para que se reconozca en ella, a través del acopio, conservación, investigación y difusión del patrimonio tangible e intangible que constituye la memoria histórica de Chile.
¿Cual es la visión del Museo Histórico Nacional?
El Museo Histórico Nacional, aspira a llegar a ser una institución líder que comunique y refleje la realidad histórica, a través de un diálogo plural con la comunidad en todas sus expresiones, propia de una institución dinámica y abierta al cambio, capaz de ofrecer una amplia gama de servicios de alta calidad.
¿Dónde queda el Museo Histórico Nacional?
El Museo Histórico Nacional se encuentra ubicado frente a la Plaza de Armas de Santiago, ocupando el antiguo Palacio de la Real Audiencia, en el centro de la vereda norte de la Plaza. Su dirección es: Plaza de Armas 951. Estación del Metro Plaza de Armas.
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¿Qué exhibe el Museo Histórico Nacional?
El Museo Histórico Nacional, en sus 18 salas de exhibición permanente, recrea gran parte de la Historia de Chile, contando para ello con una importante colección patrimonial, en la que se pueden destacar muebles, trajes, pinturas, monedas, fotografías, armas, objetos arqueológicos, etc. Estos, junto a maquetas y recreaciones, sutentan el discurso museográfico que permite comprender los diversos procesos históricos que han transcurrido en nuestro país.
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¿Cual es la Historia del Museo Histórico Nacional?
En el contexto de las celebraciones del centenario de la independencia el presidente Ramón Barros Luco emitió el 2 de mayo de 1911 un decreto que creó el Museo Histórico Nacional. No obstante, el origen de la institución se remonta a los comienzos de la República.
En julio de 1813, durante la Patria Vieja, el Senado aprobó un plan de estudios que consideraba la creación del Instituto Nacional, la Biblioteca Nacional y un Museo de Ciencias, entre otras instituciones. Una comisión del Senado se entregó a la tarea de crear un museo en una sala de la Real Universidad de San Felipe, reuniendo allí todo el material considerado importante, proveniente del Convictorio Carolino, la Academia de San Luis y el Seminario Conciliar. Más tarde, durante la Reconquista, el gobierno español desechó todas las ideas surgidas durante la Patria Vieja por parte de los patriotas, terminando con esto el proyecto de Museo y las incipientes colecciones que había comenzado a reunir. Durante el gobierno de Bernardo O’Higgins, en 1822, se retomó la idea de formar un Museo Nacional, que diera cuenta de todas las características del territorio y sus habitantes, misión encargada al intelectual francés José Francisco Dauxion, quien, a poco andar en su labor, murió en Santiago en 1829 sin concretar su propósito.
Hacia el año 1830 y bajo el gobierno del Vicepresidente José Tomás Ovalle, fue contratado el científico francés Claudio Gay, para hacerse cargo de explorar el país, publicar sus investigaciones y fundar un Museo. De esta forma, y a partir de los objetos recogidos por Gay en sus viajes de exploración nació el Museo Nacional, el cual ocupó algunas dependencias del Instituto Nacional, ubicado en ese entonces en una de las esquinas de las calles Bandera y Catedral.
En el año 1873, y con motivo de las celebraciones del aniversario de Chile, fue organizada una exposición de objetos antiguos –conocida como la “Exposición del Coloniaje”- con la intención de recordar el pasado histórico de nuestro país, iniciativa que recayó en el entonces Intendente de Santiago, Benjamín Vicuña Mackenna, y cuya sede estuvo en el antiguo Palacio de los Gobernadores (en la actualidad el lugar es ocupado por el Correo Central). La exposición motivó a la intelectualidad de la época a llamar la atención sobre la necesidad de conformar un museo histórico de manera permanente.
Así fue como en 1874, en el castillo Hidalgo, ubicado sobre la cara norte del cerro Santa Lucía, se instaló el nuevo Museo Histórico, creado a partir de algunas donaciones de los objetos que formaron parte de la Exposición del Coloniaje.
Hacia 1876 y tras el nombramiento de Miguel Luis Amunátegui como Ministro de Instrucción Pública, el Museo aumentó su colección, gracias al interés del joven Ministro por ir construyendo la Historia de Chile por medio de objetos, pinturas y esculturas que representaran a personajes ilustres de la Historia del país. Nació de esta forma, dentro del museo, la Galería Histórica del Museo Nacional.
Tras la muerte de Vicuña Mackenna, en 1886, el museo del cerro comenzó a declinar de tal forma que sus colecciones empezaron a dispersarse entre las reparticiones públicas y algunos depósitos del Estado, haciendo que la despreocupación y el desinterés destruyeran el sueño del citado Intendente y conviertan al Castillo Hidalgo en una bodega municipal.
Durante la primera década del siglo XX y pronto a conmemorase el centenario de Chile, el intelectual, Luis Montt Montt, entonces Director de la Biblioteca Nacional, propuso organizar una nueva exhibición histórica, con motivo de las celebraciones que se avecindaban y aunque éste murió repentinamente a fines de 1909, el interés por esta nueva exposición motivó a otros intelectuales que continuaron con este propósito. Así es como para las celebraciones del centenario la exposición estuvo lista, teniendo como sede la antigua mansión de la familia Urmeneta (ubicada en calle Mojitas, entre San Antonio y Mac iver), con un número de objetos mucho mayor al exhibido en la exposición del coloniaje y además con un gran éxito de público. Todo ello motivó a los organizadores a solicitar al gobierno la firma del decreto que crearía al Museo Histórico Nacional, un 2 de mayo de 1911, siendo Presidente de la República Ramón Barros Luco y gracias a las gestiones del senador Joaquín Figueroa Larraín, quien pasó a ser presidente del consejo directivo del Museo y considerado su fundador.
A poco andar, se sumaron al museo la colección de armas de los arsenales de guerra del ejército, los objetos del Museo del Santa Lucía y de la Galería Histórica del Museo Nacional; más adelante se agregaron las colecciones del Museo etnográfico. Pese a sus abundantes y valiosas colecciones, el Museo Histórico nacional nunca pudo exhibirlas de manera conjunta, fundamentalmente por razones de espacio físico. En un primer momento ocupó algunas dependencias del Palacio de Bellas Artes y más tarde otras que eran parte de la Biblioteca Nacional. Durante este período las colecciones del museo se fueron disgregando hacia otras instituciones, reduciendo a su vez el protagonismo que esta institución había logrado a costa de grandes esfuerzos. La necesidad por parte del museo de contar con un edificio que fuese sede permanente para la exhibición y resguardo de las colecciones, hizo que hacia 1977 los responsables de la institución pusieran sus ojos en el antiguo edificio de la Real Audiencia, frente a la Plaza de Armas. Para ello fue necesario reconstruir el palacio, tarea que se desarrolló en cuatro años. De esta forma, en septiembre de 1982, fue inaugurado el Palacio de la Real Audiencia como la nueva sede del Museo Histórico Nacional, lugar que no sólo da cuenta la Historia de Chile, si no además aspira a ser el rostro de nuestro pasado y de nosotros mismos en el futuro.
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¿Cual es la Hitoria del Palacio que alberga al Museo Histórico Nacional?
Cuando el conquistador español Pedro de Valdivia murió en la batalla de Tucapel -el 26 de diciembre de 1553- su solar se dividió en la residencia del gobernador (actual Correo Central), la Real Audiencia (Museo Historico Nacional) y el Cabildo Colonial (Municipalidad de Santiago).
A partir de 1609, la Real Audiencia -el Máximo Tribunal de Justicia- se estableció en el lugar, y para ello se construyeron dos edificios que luego fueron destruidos por terremotos durante los siglos XVII (1647) y XVIII (1730). Finalmente, el arquitecto-ingeniero Juan José de Goycolea y Zañartu construyó un edificio de estilo neoclásico, en albañilería de ladrillo. Sus trabajos comenzaron en 1804, y se inauguró en 1808.
Como consecuencia de los acontecimientos que dieron paso a la Independencia del país, se suprimió la Real Audiencia, la que fue reemplazada por un Tribunal Judicial. El edificio se transformó entonces en el centro del acontecer político del momento: fue la sede del Primer Congreso Nacional (4 de julio de 1811), y la casa de gobierno en el período revolucionario entre 1812 a 1814, hasta que el general Mariano Osorio restableció la autoridad española y reinstaló la Real Audiencia (1814-1817).
Después de la batalla de Chacabuco (12 de Febrero de 1817), donde los patriotas derrotaron a los españoles, el Cabildo de Santiago se reunió excepcionalmente en este edificio y propuso como autoridad al general argentino José de San Martín Matorras; pero como él no aceptó la designación, el Cabildo se volvió a reunir dos días después, y propuso el cargo de Director Supremo a Bernardo O’Higgins Riquelme. Él declaró oficialmente la Independencia de nuestro país el 12 de Febrero de 1818 en la ciudad de Talca, mientras que en Santiago se realizó una ceremonia pública en la Plaza de Armas y en el interior de este edificio.
Con todo lo sucedido, el edificio se convirtió en la casa de Gobierno hasta 1845, en esa fecha el presidente Manuel Bulnes Prieto trasladó la sede del ejecutivo al edificio de la antigua Real Casa de Moneda. Pero el edificio continuó con su función pública, transformándose en la sede de la Intendencia de Santiago (1847-1929), y luego en oficina de Correos y Telégrafos hasta 1978.
El 1 de diciembre de 1969 este importante edificio fue declarado monumento Nacional. Luego pasó a manos del Museo Historico Nacional, quien lo restauró y acondicionó para albergar las colecciones histórico-patrimoniales, a contar de 1982.
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¿Con cuantas salas cuenta el Museo Histórico Nacional?
El Museo cuenta con 18 salas de exposición permanente, en donde se exhiben más de 1.600 piezas de colección que incluyen piezas arqueológicas, muebles, instrumentos musicales, pinturas, armas y artesanías. También posee una sala especial para exhibir su colección numismática y el Salón Gobernadores el cual se destina para exposiciones temporales y conferencias.
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¿Cual es el valor de la entrada?
$600.- Adultos
$300.- Tercera Edad
Estudiantes y delegaciones.- Liberado
Domingos y festivos.- Liberado
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¿Se realizan visitas guiadas?
Sí, el Museo Histórico Nacional cuenta con un excelente equipo de profesonales, quienes realizan visitas guiadas, las que además cuentan con una serie de actividades de motivación, orientadas fundamentalmente a colegios e instituciones .
A su vez el Museo cuenta con equipos gratuitos de audioguía en Mp3, con los que los turitas de habla inglesa pueden recorrer las salas de exhibición por medio de un relato consiso y claro.
Para reservas de visitas solicitar hora con el Departamento Educativo a los fonos: 4117037 - 4117027.
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¿Cual es el Horario de atención del Museo Histórico Nacional?
El Museo abre sus puertas de Martes a Domingo de 10:00 a 17:30 horas en horario continuado.
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¿Cuales son los fines culturales del Museo Histórico Nacional?
El Museo Histórico Nacional es el depositario y custodio de los testimonios materiales de la historia de Chile, y muestra a través de ellos la evolución histórica del país desde los primeros asentamientos indígenas hasta nuestros días.
Para cumplir con sus objetivos culturales y educativos el museo cuenta con un departamento educativo a cargo de tres profesores especializados, los cuales realizan guías animadas a los escolares que visitan nuestro museo, mas actividades educativas que potencien el uso del museo como instrumento pedagógico. Junto a lo anterior se realizan exposiciones temporales, cursos para profesores, seminarios de perfeccionamiento, ciclos de teatro, conferencias y presentaciones de libros.
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¿Está recomendado para todo público?
La muestra del Museo está pensada para todo público, siendo muy útil a los docentes de distintos niveles, quienes pueden reforzar sus contenidos de historia, cívica, artes y tecnología, gracias a la importante colección que se exhibe. Además es un muy buen lugar para recorrer y aprender en familia. Por su parte cuenta con una serie de medios que facilitan la visita a turistas, fundamentalmente de habla inglesa.
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¿El Museo Histórico Nacional cuenta con una biblioteca?
Sí, la biblioteca del Museo Histórico Nacional constituye un instrumento imprescindible de apoyo a la educación chilena, reúne documentos históricos sobre la vida cotidiana, económica y de personajes históricos, junto a colecciones bibliográficas especializadas sobre la historia de Chile, antropología y arqueología. Ofrece servicios de consulta de material bibliográfico, información y consulta de la colección de documentos históricos y acceso a publicaciones periódicas sobre la historia de Chile y reproducciones de colección iconográfica del Museo.
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¿Qué tipo de colecciones alberga el Museo Histórico Nacional?
El Museo alberga varias colecciones especializadas entre las cuales destacan la colección iconográfica, la colección numismática, la colección textil, la colección de artesanía tradicional y la colección general.
La riquísima colección iconográfica incluye dibujos, grabados, acuarelas, mapas, planos, impresos, afiches, y más de 200.000 fotografías las cuales se conservan según rigurosas normas de conservación, se restauran, investigan y reproducen a pedido de público. En el departamento iconográfico trabajan en conjunto historiadores y fotógrafos.
La valiosa colección de monedas, medallas, billetes, fichas y condecoraciones que posee el Museo Histórico Nacional se conservan e investigan en el Gabinete Numismático. La colección de monedas chilenas representan la historia de la acuñación de monedas de nuestro país desde la colonia hasta la actualidad, complementándose con monedas representativas de todo el mundo en diversas épocas. La colección de fichas está conformada por más de 600 piezas que cubren las áreas del salitre, la minería y la hacienda. Se trata de fichas que se utilizaron como forma de pago por el trabajo realizado y que funcionaban como vales por mercaderías.
El departamento textil del Museo Histórico Nacional se creó en 1978. Hoy en día la colección supera las tres mil piezas, en las que incluyen textiles prehispánicos, trajes femeninos y masculinos siglos XIX y XX, uniformes militares, banderas, estandartes y accesorios tales como abanicos, sombrillas, sombreros, guantes y otros más. A partir de 1997 el departamento textil cuenta con un moderno laboratorio que le permite analizar e investigar sus textiles.
La misión del Museo Histórico Nacional es facilitar a la comunidad nacional, el acceso al conocimiento y recreación de la historia del país, para que se reconozca en ella, a través del acopio, conservación, investigación y difusión del patrimonio tangible e intangible que constituye la memoria histórica de Chile.
¿Cual es la visión del Museo Histórico Nacional?
El Museo Histórico Nacional, aspira a llegar a ser una institución líder que comunique y refleje la realidad histórica, a través de un diálogo plural con la comunidad en todas sus expresiones, propia de una institución dinámica y abierta al cambio, capaz de ofrecer una amplia gama de servicios de alta calidad.
¿Dónde queda el Museo Histórico Nacional?
El Museo Histórico Nacional se encuentra ubicado frente a la Plaza de Armas de Santiago, ocupando el antiguo Palacio de la Real Audiencia, en el centro de la vereda norte de la Plaza. Su dirección es: Plaza de Armas 951. Estación del Metro Plaza de Armas.
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¿Qué exhibe el Museo Histórico Nacional?
El Museo Histórico Nacional, en sus 18 salas de exhibición permanente, recrea gran parte de la Historia de Chile, contando para ello con una importante colección patrimonial, en la que se pueden destacar muebles, trajes, pinturas, monedas, fotografías, armas, objetos arqueológicos, etc. Estos, junto a maquetas y recreaciones, sutentan el discurso museográfico que permite comprender los diversos procesos históricos que han transcurrido en nuestro país.
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¿Cual es la Historia del Museo Histórico Nacional?
En el contexto de las celebraciones del centenario de la independencia el presidente Ramón Barros Luco emitió el 2 de mayo de 1911 un decreto que creó el Museo Histórico Nacional. No obstante, el origen de la institución se remonta a los comienzos de la República.
En julio de 1813, durante la Patria Vieja, el Senado aprobó un plan de estudios que consideraba la creación del Instituto Nacional, la Biblioteca Nacional y un Museo de Ciencias, entre otras instituciones. Una comisión del Senado se entregó a la tarea de crear un museo en una sala de la Real Universidad de San Felipe, reuniendo allí todo el material considerado importante, proveniente del Convictorio Carolino, la Academia de San Luis y el Seminario Conciliar. Más tarde, durante la Reconquista, el gobierno español desechó todas las ideas surgidas durante la Patria Vieja por parte de los patriotas, terminando con esto el proyecto de Museo y las incipientes colecciones que había comenzado a reunir. Durante el gobierno de Bernardo O’Higgins, en 1822, se retomó la idea de formar un Museo Nacional, que diera cuenta de todas las características del territorio y sus habitantes, misión encargada al intelectual francés José Francisco Dauxion, quien, a poco andar en su labor, murió en Santiago en 1829 sin concretar su propósito.
Hacia el año 1830 y bajo el gobierno del Vicepresidente José Tomás Ovalle, fue contratado el científico francés Claudio Gay, para hacerse cargo de explorar el país, publicar sus investigaciones y fundar un Museo. De esta forma, y a partir de los objetos recogidos por Gay en sus viajes de exploración nació el Museo Nacional, el cual ocupó algunas dependencias del Instituto Nacional, ubicado en ese entonces en una de las esquinas de las calles Bandera y Catedral.
En el año 1873, y con motivo de las celebraciones del aniversario de Chile, fue organizada una exposición de objetos antiguos –conocida como la “Exposición del Coloniaje”- con la intención de recordar el pasado histórico de nuestro país, iniciativa que recayó en el entonces Intendente de Santiago, Benjamín Vicuña Mackenna, y cuya sede estuvo en el antiguo Palacio de los Gobernadores (en la actualidad el lugar es ocupado por el Correo Central). La exposición motivó a la intelectualidad de la época a llamar la atención sobre la necesidad de conformar un museo histórico de manera permanente.
Así fue como en 1874, en el castillo Hidalgo, ubicado sobre la cara norte del cerro Santa Lucía, se instaló el nuevo Museo Histórico, creado a partir de algunas donaciones de los objetos que formaron parte de la Exposición del Coloniaje.
Hacia 1876 y tras el nombramiento de Miguel Luis Amunátegui como Ministro de Instrucción Pública, el Museo aumentó su colección, gracias al interés del joven Ministro por ir construyendo la Historia de Chile por medio de objetos, pinturas y esculturas que representaran a personajes ilustres de la Historia del país. Nació de esta forma, dentro del museo, la Galería Histórica del Museo Nacional.
Tras la muerte de Vicuña Mackenna, en 1886, el museo del cerro comenzó a declinar de tal forma que sus colecciones empezaron a dispersarse entre las reparticiones públicas y algunos depósitos del Estado, haciendo que la despreocupación y el desinterés destruyeran el sueño del citado Intendente y conviertan al Castillo Hidalgo en una bodega municipal.
Durante la primera década del siglo XX y pronto a conmemorase el centenario de Chile, el intelectual, Luis Montt Montt, entonces Director de la Biblioteca Nacional, propuso organizar una nueva exhibición histórica, con motivo de las celebraciones que se avecindaban y aunque éste murió repentinamente a fines de 1909, el interés por esta nueva exposición motivó a otros intelectuales que continuaron con este propósito. Así es como para las celebraciones del centenario la exposición estuvo lista, teniendo como sede la antigua mansión de la familia Urmeneta (ubicada en calle Mojitas, entre San Antonio y Mac iver), con un número de objetos mucho mayor al exhibido en la exposición del coloniaje y además con un gran éxito de público. Todo ello motivó a los organizadores a solicitar al gobierno la firma del decreto que crearía al Museo Histórico Nacional, un 2 de mayo de 1911, siendo Presidente de la República Ramón Barros Luco y gracias a las gestiones del senador Joaquín Figueroa Larraín, quien pasó a ser presidente del consejo directivo del Museo y considerado su fundador.
A poco andar, se sumaron al museo la colección de armas de los arsenales de guerra del ejército, los objetos del Museo del Santa Lucía y de la Galería Histórica del Museo Nacional; más adelante se agregaron las colecciones del Museo etnográfico. Pese a sus abundantes y valiosas colecciones, el Museo Histórico nacional nunca pudo exhibirlas de manera conjunta, fundamentalmente por razones de espacio físico. En un primer momento ocupó algunas dependencias del Palacio de Bellas Artes y más tarde otras que eran parte de la Biblioteca Nacional. Durante este período las colecciones del museo se fueron disgregando hacia otras instituciones, reduciendo a su vez el protagonismo que esta institución había logrado a costa de grandes esfuerzos. La necesidad por parte del museo de contar con un edificio que fuese sede permanente para la exhibición y resguardo de las colecciones, hizo que hacia 1977 los responsables de la institución pusieran sus ojos en el antiguo edificio de la Real Audiencia, frente a la Plaza de Armas. Para ello fue necesario reconstruir el palacio, tarea que se desarrolló en cuatro años. De esta forma, en septiembre de 1982, fue inaugurado el Palacio de la Real Audiencia como la nueva sede del Museo Histórico Nacional, lugar que no sólo da cuenta la Historia de Chile, si no además aspira a ser el rostro de nuestro pasado y de nosotros mismos en el futuro.
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¿Cual es la Hitoria del Palacio que alberga al Museo Histórico Nacional?
Cuando el conquistador español Pedro de Valdivia murió en la batalla de Tucapel -el 26 de diciembre de 1553- su solar se dividió en la residencia del gobernador (actual Correo Central), la Real Audiencia (Museo Historico Nacional) y el Cabildo Colonial (Municipalidad de Santiago).
A partir de 1609, la Real Audiencia -el Máximo Tribunal de Justicia- se estableció en el lugar, y para ello se construyeron dos edificios que luego fueron destruidos por terremotos durante los siglos XVII (1647) y XVIII (1730). Finalmente, el arquitecto-ingeniero Juan José de Goycolea y Zañartu construyó un edificio de estilo neoclásico, en albañilería de ladrillo. Sus trabajos comenzaron en 1804, y se inauguró en 1808.
Como consecuencia de los acontecimientos que dieron paso a la Independencia del país, se suprimió la Real Audiencia, la que fue reemplazada por un Tribunal Judicial. El edificio se transformó entonces en el centro del acontecer político del momento: fue la sede del Primer Congreso Nacional (4 de julio de 1811), y la casa de gobierno en el período revolucionario entre 1812 a 1814, hasta que el general Mariano Osorio restableció la autoridad española y reinstaló la Real Audiencia (1814-1817).
Después de la batalla de Chacabuco (12 de Febrero de 1817), donde los patriotas derrotaron a los españoles, el Cabildo de Santiago se reunió excepcionalmente en este edificio y propuso como autoridad al general argentino José de San Martín Matorras; pero como él no aceptó la designación, el Cabildo se volvió a reunir dos días después, y propuso el cargo de Director Supremo a Bernardo O’Higgins Riquelme. Él declaró oficialmente la Independencia de nuestro país el 12 de Febrero de 1818 en la ciudad de Talca, mientras que en Santiago se realizó una ceremonia pública en la Plaza de Armas y en el interior de este edificio.
Con todo lo sucedido, el edificio se convirtió en la casa de Gobierno hasta 1845, en esa fecha el presidente Manuel Bulnes Prieto trasladó la sede del ejecutivo al edificio de la antigua Real Casa de Moneda. Pero el edificio continuó con su función pública, transformándose en la sede de la Intendencia de Santiago (1847-1929), y luego en oficina de Correos y Telégrafos hasta 1978.
El 1 de diciembre de 1969 este importante edificio fue declarado monumento Nacional. Luego pasó a manos del Museo Historico Nacional, quien lo restauró y acondicionó para albergar las colecciones histórico-patrimoniales, a contar de 1982.
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¿Con cuantas salas cuenta el Museo Histórico Nacional?
El Museo cuenta con 18 salas de exposición permanente, en donde se exhiben más de 1.600 piezas de colección que incluyen piezas arqueológicas, muebles, instrumentos musicales, pinturas, armas y artesanías. También posee una sala especial para exhibir su colección numismática y el Salón Gobernadores el cual se destina para exposiciones temporales y conferencias.
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¿Cual es el valor de la entrada?
$600.- Adultos
$300.- Tercera Edad
Estudiantes y delegaciones.- Liberado
Domingos y festivos.- Liberado
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¿Se realizan visitas guiadas?
Sí, el Museo Histórico Nacional cuenta con un excelente equipo de profesonales, quienes realizan visitas guiadas, las que además cuentan con una serie de actividades de motivación, orientadas fundamentalmente a colegios e instituciones .
A su vez el Museo cuenta con equipos gratuitos de audioguía en Mp3, con los que los turitas de habla inglesa pueden recorrer las salas de exhibición por medio de un relato consiso y claro.
Para reservas de visitas solicitar hora con el Departamento Educativo a los fonos: 4117037 - 4117027.
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¿Cual es el Horario de atención del Museo Histórico Nacional?
El Museo abre sus puertas de Martes a Domingo de 10:00 a 17:30 horas en horario continuado.
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¿Cuales son los fines culturales del Museo Histórico Nacional?
El Museo Histórico Nacional es el depositario y custodio de los testimonios materiales de la historia de Chile, y muestra a través de ellos la evolución histórica del país desde los primeros asentamientos indígenas hasta nuestros días.
Para cumplir con sus objetivos culturales y educativos el museo cuenta con un departamento educativo a cargo de tres profesores especializados, los cuales realizan guías animadas a los escolares que visitan nuestro museo, mas actividades educativas que potencien el uso del museo como instrumento pedagógico. Junto a lo anterior se realizan exposiciones temporales, cursos para profesores, seminarios de perfeccionamiento, ciclos de teatro, conferencias y presentaciones de libros.
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¿Está recomendado para todo público?
La muestra del Museo está pensada para todo público, siendo muy útil a los docentes de distintos niveles, quienes pueden reforzar sus contenidos de historia, cívica, artes y tecnología, gracias a la importante colección que se exhibe. Además es un muy buen lugar para recorrer y aprender en familia. Por su parte cuenta con una serie de medios que facilitan la visita a turistas, fundamentalmente de habla inglesa.
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¿El Museo Histórico Nacional cuenta con una biblioteca?
Sí, la biblioteca del Museo Histórico Nacional constituye un instrumento imprescindible de apoyo a la educación chilena, reúne documentos históricos sobre la vida cotidiana, económica y de personajes históricos, junto a colecciones bibliográficas especializadas sobre la historia de Chile, antropología y arqueología. Ofrece servicios de consulta de material bibliográfico, información y consulta de la colección de documentos históricos y acceso a publicaciones periódicas sobre la historia de Chile y reproducciones de colección iconográfica del Museo.
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¿Qué tipo de colecciones alberga el Museo Histórico Nacional?
El Museo alberga varias colecciones especializadas entre las cuales destacan la colección iconográfica, la colección numismática, la colección textil, la colección de artesanía tradicional y la colección general.
La riquísima colección iconográfica incluye dibujos, grabados, acuarelas, mapas, planos, impresos, afiches, y más de 200.000 fotografías las cuales se conservan según rigurosas normas de conservación, se restauran, investigan y reproducen a pedido de público. En el departamento iconográfico trabajan en conjunto historiadores y fotógrafos.
La valiosa colección de monedas, medallas, billetes, fichas y condecoraciones que posee el Museo Histórico Nacional se conservan e investigan en el Gabinete Numismático. La colección de monedas chilenas representan la historia de la acuñación de monedas de nuestro país desde la colonia hasta la actualidad, complementándose con monedas representativas de todo el mundo en diversas épocas. La colección de fichas está conformada por más de 600 piezas que cubren las áreas del salitre, la minería y la hacienda. Se trata de fichas que se utilizaron como forma de pago por el trabajo realizado y que funcionaban como vales por mercaderías.
El departamento textil del Museo Histórico Nacional se creó en 1978. Hoy en día la colección supera las tres mil piezas, en las que incluyen textiles prehispánicos, trajes femeninos y masculinos siglos XIX y XX, uniformes militares, banderas, estandartes y accesorios tales como abanicos, sombrillas, sombreros, guantes y otros más. A partir de 1997 el departamento textil cuenta con un moderno laboratorio que le permite analizar e investigar sus textiles.
El Museo Chileno de Arte Precolombino
Hoy nos trasladaremos hasta Santiago de Chile, capital de Chile. Este lugar es conocido sobre todo por los amantes de los bellos parajes, pues la ciudad se encuentra en un valle donde se podrán ver cumbres nevados en cada paso que se de.
No obstante Santiago de Chile también es más, en ella podremos encontrar el Museo Chileno de arte precolombino, una de las exposiciones más importantes de América en la materia. Hoy hablaremos precisamente de este magnífico museo.
La principal característica de la colección original del lugar es que se constituye por piezas que nunca fueron escogidas o expropiadas por razones científicas o antropológicas, ni siquiera enciclopédicas, es decir, que son piezas auténticas, rechazadas por el a veces frío mundo científico. Su interés y homogeneidad radica en que todas las piezas expuestas fueron elegidas de acuerdo al criterio eminentemente estético del donante. De allí que sea un museo de "arte" y no de historia, antropología, arqueología o etnografía.
Este Museo de Chile cuenta, además, con valiosas colecciones etnográficas, entre las que se pueden destacar objetos de los mapuches y aymaras. Actualmente, en total, el museo cuenta con más de 3.100 piezas que abarcan un periodo de aproximadamente 10 mil años de historia de América, es decir, de más de 9500 años desconocidos para los europeos.
El lugar cuenta, además, con una biblioteca especializada en arte precolombino, arqueología, antropología y prehistoria de América que hará las delicias de los amantes de la historia con su colección aproximada de 6 mil volúmenes de libros y más de 500 títulos de revistas. Eso sí, el material de la biblioteca sólo puede ser consultada por los socios del museo.
El museo exhibe una exposición permanente que se llama "América Precolombina en el Arte", además de exposiciones itinerantes que van cambiando año tras año. El museo nos ofrece también un servicio de guías gratuito que podremos incluso reservar por teléfono o email.
No obstante Santiago de Chile también es más, en ella podremos encontrar el Museo Chileno de arte precolombino, una de las exposiciones más importantes de América en la materia. Hoy hablaremos precisamente de este magnífico museo.
La principal característica de la colección original del lugar es que se constituye por piezas que nunca fueron escogidas o expropiadas por razones científicas o antropológicas, ni siquiera enciclopédicas, es decir, que son piezas auténticas, rechazadas por el a veces frío mundo científico. Su interés y homogeneidad radica en que todas las piezas expuestas fueron elegidas de acuerdo al criterio eminentemente estético del donante. De allí que sea un museo de "arte" y no de historia, antropología, arqueología o etnografía.
Este Museo de Chile cuenta, además, con valiosas colecciones etnográficas, entre las que se pueden destacar objetos de los mapuches y aymaras. Actualmente, en total, el museo cuenta con más de 3.100 piezas que abarcan un periodo de aproximadamente 10 mil años de historia de América, es decir, de más de 9500 años desconocidos para los europeos.
El lugar cuenta, además, con una biblioteca especializada en arte precolombino, arqueología, antropología y prehistoria de América que hará las delicias de los amantes de la historia con su colección aproximada de 6 mil volúmenes de libros y más de 500 títulos de revistas. Eso sí, el material de la biblioteca sólo puede ser consultada por los socios del museo.
El museo exhibe una exposición permanente que se llama "América Precolombina en el Arte", además de exposiciones itinerantes que van cambiando año tras año. El museo nos ofrece también un servicio de guías gratuito que podremos incluso reservar por teléfono o email.
El Museo Chileno de Arte Precolombino
El Museo Chileno de Arte Precolombino tiene como iniciativa pionera en América Latina, la custodia, difusión y estudio del legado artístico de los pueblos precolombinos de América. Fue fundada por el destacado arquitecto y coleccionista de antigüedades chileno Sergio Larraín García-Moreno, quien buscaba un lugar para acobijar y preservar su colección privada de artefactos precolombinos adquiridos en el transcurso de más de cincuenta años. Cuenta con una extensa colección de material sobre las culturas precolombinas, tales como los Aztecas, Mayas, Incas y Diaguitas y pueblos originarios chilenos como Selk'nam, Mapuche y Rapa Nui, entre muchos otros.
El museo abrió sus puertas al público en diciembre del 1981. Funciona en el Palacio de la Real Aduana de Santiago en el centro de Santiago de Chile, en una calle que fue alguna vez parte del Camino del Inca.
El museo abrió sus puertas al público en diciembre del 1981. Funciona en el Palacio de la Real Aduana de Santiago en el centro de Santiago de Chile, en una calle que fue alguna vez parte del Camino del Inca.
La Iglesia de San Francisco de Asis en Santiago de Chile
La iglesia de San Francisco es un templo religioso de culto católico y antiguo convento bajo la advocación de San Francisco de Asís en el centro histórico de la capital nacional y mayor conurbación de Chile Santiago de Chile.
La iglesia se localiza en el costado sur de la Alameda del Libertador Bernardo O'Higgins, la principal avenida de la ciudad, y entre las estaciones Universidad de Chile y Santa Lucía de la Línea 1 del Metro de Santiago.
La iglesia y convento es el monumento arquitectónico más antiguo existente en la actualidad en el país y data de la época colonial.[1] En la actualidad, el convento es un museo con diversas reliquias de la religiosidad y el arte colonial. Desde 1951 ha sido considerado Monumento Nacional y en 1998 fue presentado por las autoridades chilenas en la Unesco como candidatas a ser considerada Patrimonio de la Humanidad.[2]
[editar] Historia
En 1541, el conquistador Pedro de Valdivia fundó Santiago del Nuevo Extremo entre los brazos del río Mapocho. Tras la fundación de la ciudad, Valdivia solicitó al cabildo la cesión de un solar de tierra para establecer una ermita para la imagen de la Virgen del Socorro que transportaban sus huestes; el cabildo aceptó la propuesta y cedió los terrenos al borde del brazo sur del Mapocho (conocido como La Cañada) por considerarlos un "paraje lejano y peligroso".[1]
En 1544, la Orden Franciscana solicitó la cesión de la ermita y de trece solares a la congregación con el compromiso de la construcción de un templo para resguardar la figura de la Virgen. La cesión fue aceptada por las autoridades coloniales y en 1575 se dio inicio a la construcción del templo con mano de obra indígena. El primer templo de adobe fue completamente destruido tras un temblor ocurrido en 1583. Los trabajos se reiniciaron y el 23 de septiembre de 1595, la figura de la Virgen del Socorro se coloca en la iglesia, que lleva dos tercios de la nave construida y parte del crucero.[1]
La construcción de la iglesia finaliza en 1613. La iglesia, con planta de cruz latina y muros de piedra, cuenta con una torre, techo artesonado y sacristía. En los años posteriores se da inicio a la construcción del convento aledaño, compuesto por dos claustros construidos en 1628. Sin embargo, el Terremoto Magno del 13 de mayo de 1647 dañó gravemente el edificio, el cual perdió su torre y el segundo piso de los claustros.
El nacimiento de San Francisco de Asís, parte de la serie de cuadros de la vida del santo, obra de Basilio Santa Cruz.
Rápidamente, fue reconstruida la torre y la iglesia siguió ampliándose. Se amplió un claustro, se construyeron dos nuevos y se instaló una enfermería en los conventos, mientras que en el templo se instalaron varias capillas laterales en su interior y un refectorio. Mientras en el exterior, huertos y jardines adornaban los alrededores, en el interior se instalaron elementos de arte colonial como la serie de cuadros de la vida de San Francisco de Asís, creada por Basilio Santa Cruz y traída desde el Perú en 1684.
En 1730, un nuevo terremoto azotó a la ciudad y los daños producidos en la torre forzaron a su demolición en 1751. Una tercera torre es construida y en 1758 se inaugura la portada principal de la iglesia diseñada con piedra sillar. En 1828 se pavimenta el piso de la iglesia con ladrillo, se instalan mámparas y la cajonería de la sacristía, realizada en caoba. Nuevamente, la torre de la iglesia es demolida en 1854 que es reemplazada por una diseñada por el arquitecto Fermín Vivaceta. La actual torre, terminada en 1857, cuenta con un reloj de cuatro esferas y su arquitectura es de características decimonónicas que logran armonizar con los rasgos coloniales presentes en el resto del templo.
La iglesia sigue expandiéndose durante fines del siglo XIX. Se completa la nave lateral sur y en 1865] se transforma la fachada de la iglesia. Posteriormente, se reparan las cubiertas de la iglesia y el claustro principal y en 1881 se reemplaza el antiguo altar de características barrocas por el actual, mientras se coloca mármol en las graderías del presbiterio, se repara el artesonado, se instalan figuras de yeso y decoración pintada y finalmente se estuca y decoran los muros internos y externos del templo. En 1895 se construye una capilla menor en la esquina nororiente de la iglesia, que completa la planta actual de forma rectangular.
Con la llegada del siglo XX, la Orden Franciscana comienza a sufrir problemas económicos, lo que la obliga a ceder gran parte del convento. La demolición de los claustros interiores se inicia en 1913 para luego dar forma al actual Barrio París-Londres. En 1929 sería creada una nueva fachada hacia la recién creada calle Londres. Con el fin de preservar el sitio, la iglesia fue declarada Monumento Nacional a través del Decreto Supremo 5058 del 6 de julio de 1951.
En 1960 se funda el Comité Pro-Restauración de San Francisco y en 1969 se abre el Museo Colonial de San Francisco. Entre 1972 y 1974 fueron restaurados la fachada, la torre y el órgano del templo. La restauración continuaría en 1986 luego de los graves daños que el terremoto de Santiago de 1985 causó a las naves laterales, el reloj y el dintel de entrada del coro del convento. En los años siguientes también fueron restauradas las obras de arte, especialmente el "Árbol Genealógico de la Orden Franciscana".
La iglesia se localiza en el costado sur de la Alameda del Libertador Bernardo O'Higgins, la principal avenida de la ciudad, y entre las estaciones Universidad de Chile y Santa Lucía de la Línea 1 del Metro de Santiago.
La iglesia y convento es el monumento arquitectónico más antiguo existente en la actualidad en el país y data de la época colonial.[1] En la actualidad, el convento es un museo con diversas reliquias de la religiosidad y el arte colonial. Desde 1951 ha sido considerado Monumento Nacional y en 1998 fue presentado por las autoridades chilenas en la Unesco como candidatas a ser considerada Patrimonio de la Humanidad.[2]
[editar] Historia
En 1541, el conquistador Pedro de Valdivia fundó Santiago del Nuevo Extremo entre los brazos del río Mapocho. Tras la fundación de la ciudad, Valdivia solicitó al cabildo la cesión de un solar de tierra para establecer una ermita para la imagen de la Virgen del Socorro que transportaban sus huestes; el cabildo aceptó la propuesta y cedió los terrenos al borde del brazo sur del Mapocho (conocido como La Cañada) por considerarlos un "paraje lejano y peligroso".[1]
En 1544, la Orden Franciscana solicitó la cesión de la ermita y de trece solares a la congregación con el compromiso de la construcción de un templo para resguardar la figura de la Virgen. La cesión fue aceptada por las autoridades coloniales y en 1575 se dio inicio a la construcción del templo con mano de obra indígena. El primer templo de adobe fue completamente destruido tras un temblor ocurrido en 1583. Los trabajos se reiniciaron y el 23 de septiembre de 1595, la figura de la Virgen del Socorro se coloca en la iglesia, que lleva dos tercios de la nave construida y parte del crucero.[1]
La construcción de la iglesia finaliza en 1613. La iglesia, con planta de cruz latina y muros de piedra, cuenta con una torre, techo artesonado y sacristía. En los años posteriores se da inicio a la construcción del convento aledaño, compuesto por dos claustros construidos en 1628. Sin embargo, el Terremoto Magno del 13 de mayo de 1647 dañó gravemente el edificio, el cual perdió su torre y el segundo piso de los claustros.
El nacimiento de San Francisco de Asís, parte de la serie de cuadros de la vida del santo, obra de Basilio Santa Cruz.
Rápidamente, fue reconstruida la torre y la iglesia siguió ampliándose. Se amplió un claustro, se construyeron dos nuevos y se instaló una enfermería en los conventos, mientras que en el templo se instalaron varias capillas laterales en su interior y un refectorio. Mientras en el exterior, huertos y jardines adornaban los alrededores, en el interior se instalaron elementos de arte colonial como la serie de cuadros de la vida de San Francisco de Asís, creada por Basilio Santa Cruz y traída desde el Perú en 1684.
En 1730, un nuevo terremoto azotó a la ciudad y los daños producidos en la torre forzaron a su demolición en 1751. Una tercera torre es construida y en 1758 se inaugura la portada principal de la iglesia diseñada con piedra sillar. En 1828 se pavimenta el piso de la iglesia con ladrillo, se instalan mámparas y la cajonería de la sacristía, realizada en caoba. Nuevamente, la torre de la iglesia es demolida en 1854 que es reemplazada por una diseñada por el arquitecto Fermín Vivaceta. La actual torre, terminada en 1857, cuenta con un reloj de cuatro esferas y su arquitectura es de características decimonónicas que logran armonizar con los rasgos coloniales presentes en el resto del templo.
La iglesia sigue expandiéndose durante fines del siglo XIX. Se completa la nave lateral sur y en 1865] se transforma la fachada de la iglesia. Posteriormente, se reparan las cubiertas de la iglesia y el claustro principal y en 1881 se reemplaza el antiguo altar de características barrocas por el actual, mientras se coloca mármol en las graderías del presbiterio, se repara el artesonado, se instalan figuras de yeso y decoración pintada y finalmente se estuca y decoran los muros internos y externos del templo. En 1895 se construye una capilla menor en la esquina nororiente de la iglesia, que completa la planta actual de forma rectangular.
Con la llegada del siglo XX, la Orden Franciscana comienza a sufrir problemas económicos, lo que la obliga a ceder gran parte del convento. La demolición de los claustros interiores se inicia en 1913 para luego dar forma al actual Barrio París-Londres. En 1929 sería creada una nueva fachada hacia la recién creada calle Londres. Con el fin de preservar el sitio, la iglesia fue declarada Monumento Nacional a través del Decreto Supremo 5058 del 6 de julio de 1951.
En 1960 se funda el Comité Pro-Restauración de San Francisco y en 1969 se abre el Museo Colonial de San Francisco. Entre 1972 y 1974 fueron restaurados la fachada, la torre y el órgano del templo. La restauración continuaría en 1986 luego de los graves daños que el terremoto de Santiago de 1985 causó a las naves laterales, el reloj y el dintel de entrada del coro del convento. En los años siguientes también fueron restauradas las obras de arte, especialmente el "Árbol Genealógico de la Orden Franciscana".
Las Mejores Visitas en Santiago de chile
* La Chascona
* Parque Intercomunal de La Reina
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* Museo Interactivo Mirador
* Museo Nacional de Bellas Artes
* Cerro Santa Lucía
* Museo Chileno de Arte Precolombino
* Jardín Zoológico
* Camping Scout
* Almacenes París
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Santiago de Chile Muy buena Infraestructura
* San Juan de Puerto Rico repite como la ciudad de Latinoamérica con mejor calidad de vida; La Ciudad de México desciende dos casillas
* Santiago de Chile tiene la mejor infraestructura urbana de Sudamérica
* Puerto Príncipe en Haití continúa situado hasta abajo de la región Latinoaméricana
Viena ha superado a Zurich tomando el primer lugar como la ciudad del mundo con la mejor calidad de vida, según el Informe sobre la Calidad de Vida de Mercer 2009. Ginebra está en tercera posición, mientras Vancouver y Auckland empatan en cuarto lugar de la clasificación.
En términos generales, las ciudades europeas continúan dominando las primeras ubicaciones en el informe de este año. En el Reino Unido, Londres se sitúa en lugar 38, mientras Birmingham y Glasgow son colectivamente el 56. En EE.UU. el lugar más alto más alto de la clasificación es para Honolulu en la posición 29. Singapur (26) es la ciudad asiática más alta, seguida por Tokio en el lugar 35. Bagdad, clasificado 215, se queda en el fondo de la tabla.
Las clasificaciones están basadas en un índice de puntos, que coloca a Viena con 108.6, y a Bagdad con solo 14.4. Las ciudades son comparadas contra Nueva York como la población con un índice de base 100. El Informe sobre la Calidad de Vida de Mercer 2009 cubre 215 ciudades y se lleva a cabo para facilitar la toma de decisiones de los gobiernos y empresas en materia de asignaciones internacionales de sus empleados y fundamenta su información en las respuestas proporcionadas por empleados expatriados. Los números de este estudio no replican cifras oficiales de los países ni pretenden competir con ellas.
Slagin Parakatil, consultor senior de Mercer, comentó: "A consecuencia de la crisis financiera actual, las multinacionales revisan sus políticas de asignaciones internacionales con miras a recortar y optimizar costos".
"Muchas compañías planean reducir el número de asignaciones internacionales de medio a largo plazo y localizar los paquetes de compensación de los expatriados donde sea posible, aunque los la prima por calidad de vida (o prima de riesgo), permanecerá siendo un componente esencial del paquete," agregó.
La clasificación de este año también identifica las ciudades con la mejor infraestructura basada en el suministro de electricidad, la disponibilidad de agua, servicios de teléfono y correo, provisión de transporte público, congestión de tráfico y la gama de vuelos internacionales que arriban y salen de aeropuertos locales. Singapur está a la cabeza de este índice (lugar 109.1) seguido por Munich en segundo lugar y Copenhague en el tercero. Las ciudades japonesas Tsukuba (4) y Yokohama (5) ocupan los dos puestos siguientes, mientras Dusseldorf y Vancouver comparten el sexto lugar. Las ciudades Latinoamericanas de Santiago (88.1), Buenos Aires (87.1) y San Juan (85.8) son las mejor clasificadas en la lista. Bagdad sitúa en el fondo de la tabla con una puntuación de sólo 19.6 (ver tabla anexa).
Parakatil comentó: "La infraestructura tiene un efecto significativo en la calidad de vida experimentada por el expatriado. Mientras a menudo se dan por sentados los servicios cuando se goza de un estándar alto, una infraestructura pobre puede generar dificultades severas al ser trasladado a otra ciudad. Las compañías necesitan remunerar adecuadamente el estándar de vida de sus trabajadores internacionales para compensarles por éstas y otras dificultades".
América
Ha habido pocos cambios en la clasificación de las ciudades norteamericanas. Las ciudades canadienses todavía dominan la parte alta del índice en la región. Vancouver (4) ostenta el primer lugar y Honolulu (29) es la ciudad en Estados Unidos con la calidad de vida más alta. Washington y Nueva York se quedan en las posiciones 44 y 49 respectivamente.
En Centro y Sudamérica, San Juan de Puerto Rico retiene la clasificación más alta (72), seguido por Montevideo (79). Puerto Príncipe (206) en Haití continúa situado hasta abajo de la región y ha descendido cuatro lugares desde la última clasificación general debido a la escasez de alimento experimentada en 2008 y los disturbios subsecuentes.
El Sr Parakatil comentó: "Varios países de Centro y Sudamérica han experimentado cambios positivos. Pero en general los asuntos políticos, de seguridad, y la incidencia de desastres naturales, continúan dificultando la mejora de la calidad de vida en la región. Las escasez de bienes de consumo también han contribuido a un descenso de algunas ciudades en este índice".
En función de la infraestructura de las ciudades, Vancouver (6) de nueva cuenta encabeza la clasificación para toda la región, seguida de Atlanta en la posición 15. Santiago de Chile tiene la mejor infraestructura urbana de Sudamérica, mientras que Puerto Príncipe exhibe otra vez la clasificación más baja con 212 puntos.
Muchas ciudades de Centro y Sudamérica se han visto afectadas por el dengue, una infección transmitida por el piquete de un mosquito que recientemente se ha convertido en una preocupación de salud pública a nivel internacional. El dengue se encuentra en las regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo, predominantemente en áreas urbanas y semi-urbanas. La ciudad de Santo Domingo (República Dominicana), con una combinación de desastres naturales y enfermedades infecciosas (dengue) ha experimentado una reducción en sus estándares de vida. Para México, el brote epidémico de la Influenza Porcina tendrá igualmente un impacto relevante en la clasificación a realizar a finales del 2009, aunque aún se desconoce de qué nivel.
Centroamérica experimentó cambios positivos en 2008, presentando incrementos en los niveles de vida en Costa Rica, Guatemala y El Salvador.
Europa
Las ciudades de Europa dominan una vez más el mundo, ocupando la mayoría del Top 10 del índice de calidad de vida. Viena es la ciudad evaluada como con la mejor calidad de vida a nivel mundial, subiendo un lugar en la clasificación gracias, en parte, a las mejoras en el ambiente político y social de Austria. El resto del Top 10 en Europa es dominado por ciudades alemanas y suizas, la mayor parte reteniendo la clasificación de último año. Zurich, en segundo lugar, es seguido por Ginebra (3), Dusseldorf (6), Munich (7), Frankfurt (8) y Berna (9).
Muchas ciudades de Europa Oriental han visto un aumento en su calidad de vida. Varios países que se unieron a la Unión Europea en 2004 han experimentado una mejora coherente con un incremento en su estabilidad, subiendo el nivel de vida y logrando mayor acceso a bienes de consumo internacionales. Liubliana en Eslovenia, por ejemplo, sube cuatro lugares para alcanzar el 78, mientras Bratislava sube tres lugares al 88. Zagreb se mueve tres lugares hasta el 103.
En el índice de infraestructura de ciudad, las alemanas se ubicaron especialmente bien con Munich (2) en el lugar más alto de la región, seguido por Dusseldorf (6) y Frankfurt en el octavo lugar junto con Londres. "La infraestructura de las ciudades alemanas está entre las mejores del mundo, en parte debido a sus instalaciones aeroportuarias de primera clase y sus conexiones a otros destinos internacionales" dijo el Sr Parakatil.
La situación de Londres en el índice de infraestructura refleja el nivel alto de servicios públicos que ofrece, con una red extensa de transporte público y una amplia variedad de servicios de telecomunicaciones.
Oriente Medio y África
Dubai (77) en los Emiratos Árabes Unidos y Puerto Louis en Mauricio (82) son las ciudades de la región con la mejor calidad de vida. Los servicios de transporte de Dubai han presenciado mejoras con el desarrollo de infraestructura de vialidades y la expansión del aeropuerto internacional, colocando a la ciudad seis lugares arriba en la clasificación.
Ciudad del Cabo en Sudáfrica, anteriormente con la mejor calidad de vida en la región, ha caído substancialmente en las calificaciones de este año (de 80 a 87 en 2009). Este movimiento se debe a violentos disturbios en las principales ciudades de Sudáfrica en 2008.
Bagdad (215) mantiene su posición al final de la tabla, aunque su calificación ha aumentado (de 13.5 a 14.4 en 2009) debido a algunas mejoras leves en su infraestructura y acciones realizadas para favorecer la inversión. No obstante, la falta de seguridad y estabilidad continúa teniendo gran impacto en la calidad de vida y la evaluación de la ciudad se queda muy por detrás de Bangui (29.3) en la República Centroafricana, que ocupa el penúltimo lugar.
En la tabla de infraestructura de ciudades, la mayoría de las ciudades de la región se sitúan debajo del índice 100. Las excepciones son Dubai (35), Tel Aviv (55) Jerusalén (70), Abu Dhabi (72), Puerto Louis en Mauricio (92) y El Cairo (93). Bagdad (215) se ubica nuevamente al final de la lista con una calificación en infraestructura de ciudad de 19.6, mientras Puerto Harcourt en Nigeria está en 214, alcanzando los 30.5 puntos.
Parakatil aseveró: "Un gran número de países en el continente africano experimentan turbulencia constante, tanto política como económicamente, haciendo la vida para expatriados muy difícil. Esto se ve reflejado generalmente en la alta compensación y atractivos paquetes de beneficios ofrecidos por las multinacionales, comparado con otras regiones del mundo".
Asia Pacífico
Auckland (4) retiene su posición como la ciudad con más alta clasificación en calidad de vida de la región. Sydney sigue en lugar 10 y Wellington, en Nueva Zelanda, en el 12. Mientras la mayoría de las ciudades de la región mantienen una clasificación semejante al año pasado, Singapur (26) presenta un crecimiento más destacado, seis lugares arriba comparado con 2008. La ciudad ha ganado importancia como un centro financiero y alberga una gran parte de los colegios internacionales y privados para la comunidad de expatriados. Pekín también subió tres lugares en la clasificación, de 116 a 113, debido principalmente a mejoras en equipamiento de transporte público para los Juegos Olímpicos de agosto 2008.
Dos de las más importantes caídas en la lista, debido principalmente a un descenso en la estabilidad y la seguridad locales, son Bangkok (de 109 en 2008 a 120) y Mumbai (de 142 a 148). La situación política de Tailandia continuó a través de 2008 y 2009 con frecuentes manifestaciones violentas que tuvieron lugar en Bangkok. Los ataques terroristas en Mumbai han conducido a la caída de la ciudad en la clasificación de calidad de vida para expatriados. Dacca, en Bangladesh, tiene la clasificación más baja en la región (205).
Parakatil comentó: "Como región, Asia Pacífico es sumamente diversa. La turbulencia política y los ataques terroristas recientes en algunas ciudades de la región, han impactado negativamente la calidad de vida. Además de proporcionar un hospedaje apropiado, las compañías necesitan asegurarse de supervisar sus estrategias para expatriados implementando medidas específicas de seguridad, tales como asegurar a sus expatriados un ‘alojamiento bajo vigilancia’, así como brindarles esquemas efectivos de comunicación para llevar a cabo una evacuación cuando sea necesaria".
En el índice de Infraestructura, Singapur tiene la calificación más alta a nivel mundial (109.1). La ciudad se jacta de tener un aeropuerto con excelentes instalaciones y conexiones, así como una red eficiente y extensa de transporte público. Otras ciudades con alta calificación en la región son Hong-Kong (8), Sydney (11) y Tokio (12). Dacca se sitúa como la más baja en la región, en el lugar 197.
Notas para los Editores
Las clasificaciones en la escala mundial son el resultado de la Encuesta Mundial sobre Calidad de Vida más reciente, realizada por Mercer. Mercer genera informes individuales para cada ciudad en la encuesta.
Puede obtener más información y adquirir los informes comunicándose con Sandra Huertas al +52 55 5999 1951 o escribiendo a sandra.huertas@mercer.com. Asimismo, puede visitar www.mercer.com/qualityofliving
Los datos fueron reunidos en gran parte entre septiembre y noviembre de 2008 y son actualizados regularmente debido a las circunstancias cambiantes. En particular, las evaluaciones son revisadas en el caso de algún nuevo suceso relevante. La base de datos de Mercer contiene más de 420 ciudades, sin embargo sólo 215 ciudades han sido consideradas para el índice de Calidad de Vida 2008 con la intención de poderlos comparar de forma anual.
Compensando a los expatriados por vivir y trabajar en ubicaciones difíciles: determinando los incentivos y remuneraciones adecuados
El otorgamiento de estímulos para recompensar y reconocer los esfuerzos que empleados y sus familias hacen cuando aceptan asignaciones internacionales, son una práctica típica; especialmente para ubicaciones difíciles. Los estímulos comunes incluyen una prima de calidad de vida y/o de movilidad. Las compañías necesitan poder determinar su paquete de compensación en una manera racional, coherente y sistemática.
La prima de calidad de vida está diseñada para compensar a los expatriados por las diferencias en la calidad de vida entre su ciudad de residencia y la ciudad destino. La prima de movilidad es pensada para compensar el inconveniente de ser desarraigado y tener que trabajar en otro país. El primero es típicamente relacionado a la ubicación mientras una prima de movilidad es generalmente negociada independiente de la ubicación de destino.
Algunas compañías internacionales combinan estas dos primas, pero la gran mayoría de las compañías internacionales las brindan por separado. El último enfoque tiene la ventaja de ofrecer claridad y transparencia al empleado.
Recomendaciones de Mercer sobre la prima de Calidad de Vida
Mercer evalúa las condiciones de vida locales en todas las 420 ciudades que inspecciona en a nivel mundial. Las condiciones de vida son analizadas según 39 factores clave que determinan la calidad de vida, agrupados en 10 categorías:
* Entorno político y social (estabilidad política, delincuencia, cumplimiento de leyes, etc.)
* Entorno económico (regulaciones en el tipo de cambio, servicios bancarios, etc.)
* Entorno socio-cultural (censura, restricciones a la libertad personal, etc.)
* Salud y salubridad (servicios y suministros médicos, enfermedades infecciosas, tratamiento de aguas negras, remoción de basura, contaminación del aire, etc.)
* Escuelas y educación (niveles y disponibilidad de escuelas internacionales, etc.)
* Servicios públicos y de transporte (electricidad, agua, transporte público, congestionamiento vial, etc.)
* Recreación (restaurantes, teatros, cines, deportes y actividades de tiempo libre, etc.)
* Bienes de consumo (disponibilidad de alimentos o artículos de consumo diario, automóviles, etc.)
* Vivienda (vivienda, aparatos domésticos, mobiliario, servicios de mantenimiento, etc.)
* Ambiente natural (clima, registro de desastres naturales)
El valor atribuido a cada factor permite hacer comparaciones de ciudad a ciudad. El resultado es un índice de Calidad de Vida que compara las diferencias relativas entre dos ubicaciones cualesquiera.
* Santiago de Chile tiene la mejor infraestructura urbana de Sudamérica
* Puerto Príncipe en Haití continúa situado hasta abajo de la región Latinoaméricana
Viena ha superado a Zurich tomando el primer lugar como la ciudad del mundo con la mejor calidad de vida, según el Informe sobre la Calidad de Vida de Mercer 2009. Ginebra está en tercera posición, mientras Vancouver y Auckland empatan en cuarto lugar de la clasificación.
En términos generales, las ciudades europeas continúan dominando las primeras ubicaciones en el informe de este año. En el Reino Unido, Londres se sitúa en lugar 38, mientras Birmingham y Glasgow son colectivamente el 56. En EE.UU. el lugar más alto más alto de la clasificación es para Honolulu en la posición 29. Singapur (26) es la ciudad asiática más alta, seguida por Tokio en el lugar 35. Bagdad, clasificado 215, se queda en el fondo de la tabla.
Las clasificaciones están basadas en un índice de puntos, que coloca a Viena con 108.6, y a Bagdad con solo 14.4. Las ciudades son comparadas contra Nueva York como la población con un índice de base 100. El Informe sobre la Calidad de Vida de Mercer 2009 cubre 215 ciudades y se lleva a cabo para facilitar la toma de decisiones de los gobiernos y empresas en materia de asignaciones internacionales de sus empleados y fundamenta su información en las respuestas proporcionadas por empleados expatriados. Los números de este estudio no replican cifras oficiales de los países ni pretenden competir con ellas.
Slagin Parakatil, consultor senior de Mercer, comentó: "A consecuencia de la crisis financiera actual, las multinacionales revisan sus políticas de asignaciones internacionales con miras a recortar y optimizar costos".
"Muchas compañías planean reducir el número de asignaciones internacionales de medio a largo plazo y localizar los paquetes de compensación de los expatriados donde sea posible, aunque los la prima por calidad de vida (o prima de riesgo), permanecerá siendo un componente esencial del paquete," agregó.
La clasificación de este año también identifica las ciudades con la mejor infraestructura basada en el suministro de electricidad, la disponibilidad de agua, servicios de teléfono y correo, provisión de transporte público, congestión de tráfico y la gama de vuelos internacionales que arriban y salen de aeropuertos locales. Singapur está a la cabeza de este índice (lugar 109.1) seguido por Munich en segundo lugar y Copenhague en el tercero. Las ciudades japonesas Tsukuba (4) y Yokohama (5) ocupan los dos puestos siguientes, mientras Dusseldorf y Vancouver comparten el sexto lugar. Las ciudades Latinoamericanas de Santiago (88.1), Buenos Aires (87.1) y San Juan (85.8) son las mejor clasificadas en la lista. Bagdad sitúa en el fondo de la tabla con una puntuación de sólo 19.6 (ver tabla anexa).
Parakatil comentó: "La infraestructura tiene un efecto significativo en la calidad de vida experimentada por el expatriado. Mientras a menudo se dan por sentados los servicios cuando se goza de un estándar alto, una infraestructura pobre puede generar dificultades severas al ser trasladado a otra ciudad. Las compañías necesitan remunerar adecuadamente el estándar de vida de sus trabajadores internacionales para compensarles por éstas y otras dificultades".
América
Ha habido pocos cambios en la clasificación de las ciudades norteamericanas. Las ciudades canadienses todavía dominan la parte alta del índice en la región. Vancouver (4) ostenta el primer lugar y Honolulu (29) es la ciudad en Estados Unidos con la calidad de vida más alta. Washington y Nueva York se quedan en las posiciones 44 y 49 respectivamente.
En Centro y Sudamérica, San Juan de Puerto Rico retiene la clasificación más alta (72), seguido por Montevideo (79). Puerto Príncipe (206) en Haití continúa situado hasta abajo de la región y ha descendido cuatro lugares desde la última clasificación general debido a la escasez de alimento experimentada en 2008 y los disturbios subsecuentes.
El Sr Parakatil comentó: "Varios países de Centro y Sudamérica han experimentado cambios positivos. Pero en general los asuntos políticos, de seguridad, y la incidencia de desastres naturales, continúan dificultando la mejora de la calidad de vida en la región. Las escasez de bienes de consumo también han contribuido a un descenso de algunas ciudades en este índice".
En función de la infraestructura de las ciudades, Vancouver (6) de nueva cuenta encabeza la clasificación para toda la región, seguida de Atlanta en la posición 15. Santiago de Chile tiene la mejor infraestructura urbana de Sudamérica, mientras que Puerto Príncipe exhibe otra vez la clasificación más baja con 212 puntos.
Muchas ciudades de Centro y Sudamérica se han visto afectadas por el dengue, una infección transmitida por el piquete de un mosquito que recientemente se ha convertido en una preocupación de salud pública a nivel internacional. El dengue se encuentra en las regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo, predominantemente en áreas urbanas y semi-urbanas. La ciudad de Santo Domingo (República Dominicana), con una combinación de desastres naturales y enfermedades infecciosas (dengue) ha experimentado una reducción en sus estándares de vida. Para México, el brote epidémico de la Influenza Porcina tendrá igualmente un impacto relevante en la clasificación a realizar a finales del 2009, aunque aún se desconoce de qué nivel.
Centroamérica experimentó cambios positivos en 2008, presentando incrementos en los niveles de vida en Costa Rica, Guatemala y El Salvador.
Europa
Las ciudades de Europa dominan una vez más el mundo, ocupando la mayoría del Top 10 del índice de calidad de vida. Viena es la ciudad evaluada como con la mejor calidad de vida a nivel mundial, subiendo un lugar en la clasificación gracias, en parte, a las mejoras en el ambiente político y social de Austria. El resto del Top 10 en Europa es dominado por ciudades alemanas y suizas, la mayor parte reteniendo la clasificación de último año. Zurich, en segundo lugar, es seguido por Ginebra (3), Dusseldorf (6), Munich (7), Frankfurt (8) y Berna (9).
Muchas ciudades de Europa Oriental han visto un aumento en su calidad de vida. Varios países que se unieron a la Unión Europea en 2004 han experimentado una mejora coherente con un incremento en su estabilidad, subiendo el nivel de vida y logrando mayor acceso a bienes de consumo internacionales. Liubliana en Eslovenia, por ejemplo, sube cuatro lugares para alcanzar el 78, mientras Bratislava sube tres lugares al 88. Zagreb se mueve tres lugares hasta el 103.
En el índice de infraestructura de ciudad, las alemanas se ubicaron especialmente bien con Munich (2) en el lugar más alto de la región, seguido por Dusseldorf (6) y Frankfurt en el octavo lugar junto con Londres. "La infraestructura de las ciudades alemanas está entre las mejores del mundo, en parte debido a sus instalaciones aeroportuarias de primera clase y sus conexiones a otros destinos internacionales" dijo el Sr Parakatil.
La situación de Londres en el índice de infraestructura refleja el nivel alto de servicios públicos que ofrece, con una red extensa de transporte público y una amplia variedad de servicios de telecomunicaciones.
Oriente Medio y África
Dubai (77) en los Emiratos Árabes Unidos y Puerto Louis en Mauricio (82) son las ciudades de la región con la mejor calidad de vida. Los servicios de transporte de Dubai han presenciado mejoras con el desarrollo de infraestructura de vialidades y la expansión del aeropuerto internacional, colocando a la ciudad seis lugares arriba en la clasificación.
Ciudad del Cabo en Sudáfrica, anteriormente con la mejor calidad de vida en la región, ha caído substancialmente en las calificaciones de este año (de 80 a 87 en 2009). Este movimiento se debe a violentos disturbios en las principales ciudades de Sudáfrica en 2008.
Bagdad (215) mantiene su posición al final de la tabla, aunque su calificación ha aumentado (de 13.5 a 14.4 en 2009) debido a algunas mejoras leves en su infraestructura y acciones realizadas para favorecer la inversión. No obstante, la falta de seguridad y estabilidad continúa teniendo gran impacto en la calidad de vida y la evaluación de la ciudad se queda muy por detrás de Bangui (29.3) en la República Centroafricana, que ocupa el penúltimo lugar.
En la tabla de infraestructura de ciudades, la mayoría de las ciudades de la región se sitúan debajo del índice 100. Las excepciones son Dubai (35), Tel Aviv (55) Jerusalén (70), Abu Dhabi (72), Puerto Louis en Mauricio (92) y El Cairo (93). Bagdad (215) se ubica nuevamente al final de la lista con una calificación en infraestructura de ciudad de 19.6, mientras Puerto Harcourt en Nigeria está en 214, alcanzando los 30.5 puntos.
Parakatil aseveró: "Un gran número de países en el continente africano experimentan turbulencia constante, tanto política como económicamente, haciendo la vida para expatriados muy difícil. Esto se ve reflejado generalmente en la alta compensación y atractivos paquetes de beneficios ofrecidos por las multinacionales, comparado con otras regiones del mundo".
Asia Pacífico
Auckland (4) retiene su posición como la ciudad con más alta clasificación en calidad de vida de la región. Sydney sigue en lugar 10 y Wellington, en Nueva Zelanda, en el 12. Mientras la mayoría de las ciudades de la región mantienen una clasificación semejante al año pasado, Singapur (26) presenta un crecimiento más destacado, seis lugares arriba comparado con 2008. La ciudad ha ganado importancia como un centro financiero y alberga una gran parte de los colegios internacionales y privados para la comunidad de expatriados. Pekín también subió tres lugares en la clasificación, de 116 a 113, debido principalmente a mejoras en equipamiento de transporte público para los Juegos Olímpicos de agosto 2008.
Dos de las más importantes caídas en la lista, debido principalmente a un descenso en la estabilidad y la seguridad locales, son Bangkok (de 109 en 2008 a 120) y Mumbai (de 142 a 148). La situación política de Tailandia continuó a través de 2008 y 2009 con frecuentes manifestaciones violentas que tuvieron lugar en Bangkok. Los ataques terroristas en Mumbai han conducido a la caída de la ciudad en la clasificación de calidad de vida para expatriados. Dacca, en Bangladesh, tiene la clasificación más baja en la región (205).
Parakatil comentó: "Como región, Asia Pacífico es sumamente diversa. La turbulencia política y los ataques terroristas recientes en algunas ciudades de la región, han impactado negativamente la calidad de vida. Además de proporcionar un hospedaje apropiado, las compañías necesitan asegurarse de supervisar sus estrategias para expatriados implementando medidas específicas de seguridad, tales como asegurar a sus expatriados un ‘alojamiento bajo vigilancia’, así como brindarles esquemas efectivos de comunicación para llevar a cabo una evacuación cuando sea necesaria".
En el índice de Infraestructura, Singapur tiene la calificación más alta a nivel mundial (109.1). La ciudad se jacta de tener un aeropuerto con excelentes instalaciones y conexiones, así como una red eficiente y extensa de transporte público. Otras ciudades con alta calificación en la región son Hong-Kong (8), Sydney (11) y Tokio (12). Dacca se sitúa como la más baja en la región, en el lugar 197.
Notas para los Editores
Las clasificaciones en la escala mundial son el resultado de la Encuesta Mundial sobre Calidad de Vida más reciente, realizada por Mercer. Mercer genera informes individuales para cada ciudad en la encuesta.
Puede obtener más información y adquirir los informes comunicándose con Sandra Huertas al +52 55 5999 1951 o escribiendo a sandra.huertas@mercer.com. Asimismo, puede visitar www.mercer.com/qualityofliving
Los datos fueron reunidos en gran parte entre septiembre y noviembre de 2008 y son actualizados regularmente debido a las circunstancias cambiantes. En particular, las evaluaciones son revisadas en el caso de algún nuevo suceso relevante. La base de datos de Mercer contiene más de 420 ciudades, sin embargo sólo 215 ciudades han sido consideradas para el índice de Calidad de Vida 2008 con la intención de poderlos comparar de forma anual.
Compensando a los expatriados por vivir y trabajar en ubicaciones difíciles: determinando los incentivos y remuneraciones adecuados
El otorgamiento de estímulos para recompensar y reconocer los esfuerzos que empleados y sus familias hacen cuando aceptan asignaciones internacionales, son una práctica típica; especialmente para ubicaciones difíciles. Los estímulos comunes incluyen una prima de calidad de vida y/o de movilidad. Las compañías necesitan poder determinar su paquete de compensación en una manera racional, coherente y sistemática.
La prima de calidad de vida está diseñada para compensar a los expatriados por las diferencias en la calidad de vida entre su ciudad de residencia y la ciudad destino. La prima de movilidad es pensada para compensar el inconveniente de ser desarraigado y tener que trabajar en otro país. El primero es típicamente relacionado a la ubicación mientras una prima de movilidad es generalmente negociada independiente de la ubicación de destino.
Algunas compañías internacionales combinan estas dos primas, pero la gran mayoría de las compañías internacionales las brindan por separado. El último enfoque tiene la ventaja de ofrecer claridad y transparencia al empleado.
Recomendaciones de Mercer sobre la prima de Calidad de Vida
Mercer evalúa las condiciones de vida locales en todas las 420 ciudades que inspecciona en a nivel mundial. Las condiciones de vida son analizadas según 39 factores clave que determinan la calidad de vida, agrupados en 10 categorías:
* Entorno político y social (estabilidad política, delincuencia, cumplimiento de leyes, etc.)
* Entorno económico (regulaciones en el tipo de cambio, servicios bancarios, etc.)
* Entorno socio-cultural (censura, restricciones a la libertad personal, etc.)
* Salud y salubridad (servicios y suministros médicos, enfermedades infecciosas, tratamiento de aguas negras, remoción de basura, contaminación del aire, etc.)
* Escuelas y educación (niveles y disponibilidad de escuelas internacionales, etc.)
* Servicios públicos y de transporte (electricidad, agua, transporte público, congestionamiento vial, etc.)
* Recreación (restaurantes, teatros, cines, deportes y actividades de tiempo libre, etc.)
* Bienes de consumo (disponibilidad de alimentos o artículos de consumo diario, automóviles, etc.)
* Vivienda (vivienda, aparatos domésticos, mobiliario, servicios de mantenimiento, etc.)
* Ambiente natural (clima, registro de desastres naturales)
El valor atribuido a cada factor permite hacer comparaciones de ciudad a ciudad. El resultado es un índice de Calidad de Vida que compara las diferencias relativas entre dos ubicaciones cualesquiera.
La Chascona Bellavista de Pablo Neruda
Visitamos la casa donde vivió el reconocido poeta y escritor chileno Pablo Neruda. Una vuelta por su casa nos dejó espiar la personalidad de este ilustre chileno.
Casa museo La Chascona
Mientras caminábamos por el tranquilo barrio de Bellavista, en Santiago, una casa ubicada sobre una ladera del cerro San Cristóbal, más precisamente sobre un cerrado callejón, nos robó inteligentemente la atención.
Su forma particular denotaba que no era cualquier vivienda. Su rebuscada arquitectura nos invitó a querer saber más sobre ella y en ese instante comprendimos que estábamos frente a “La Chascona”, la casa que el poeta Pablo Neruda construyó para su amante y luego tercera esposa, doña Matilde Urrutia. Nos alegramos al enterarnos de que en su interior se hacen visitas guiadas y sin dudar ingresamos a la curiosa construcción.
Su nombre -“La Chascona” - fue puesto por Neruda en alusión a la cabellera de quien fuera su amor secreto hasta el 1955. “Chascona” se utiliza como sinónimo de la palabra “despeinada” en este país. Lo cierto es que lejos de ser un lugar donde los peinados importen, la casa muestra el singular mundo donde vivió el notable Premio Nóbel de Literatura.
Casa museo La Chascona
Su obsesión por el mar lo llevó a realizar una casa con forma de barco. Colmada de objetos únicos, que sólo Neruda podía utilizar, nos fue sorprendiendo a cada instante que transitábamos por el interior. Jarras y vasos de diferentes colores, ventanas, farolas, mascarones de proa, monedas de diferentes países, caracolas, pinturas de amigos reconocidos en el ambiente, pasadizos secretos a otras salas, un bar construido con madera de un barco francés, sillones confortables y su valiosa biblioteca son algunos de los elementos que forman parte de esta obra.
Su arquitecto fue Germán Rodríguez, quien ya había construido la casa de Neruda en Isla Negra. Y al igual que en aquella ocasión, La Chascona no fue la excepción para lograr ponerse de acuerdo con el escritor sobre su diseño y conformación. El resultado fue un hall al aire libre, donde diversas escaleras conducen al living, a sus comedores y habitaciones.
Casa museo La Chascona
Por debajo de la casa, una cascada se encuentra entubada, pero la gente que cuida el lugar cuenta que al momento de su construcción la catarata caía estrepitosamente sobre el patio de la casa, mientras que su cuenca serpenteaba su lateral brindando la sensación de estar navegando. Nada mejor para Neruda, que se auto-denominaba un marinero del papel, por no poder navegar de verdad por los mareos que le ocasionaba.
En el lugar abundan flores de vistosos colores. Pronto pasamos por otra pasarela que nos condujo al estudio de Matilde, donde se encuentran un piano y otros elementos de la señora.
Es un sitio de ensueño. Una gran tranquilidad se percibe en el ambiente, la cual sin duda ha inspirado al poeta en distintos versos. Todas las casas de Neruda contienen el espíritu de su dueño. La Chascona no fue la excepción y la magia del escritor se percibe en cada detalle.
Casa museo La Chascona
Supimos que la casa pasó por un gris momento en su historia. En el año 1973, días después del golpe militar que derrocó al presidente Allende y de que Neruda muriera en una clínica de Santiago, La Chascona fue uno de los blancos de la barbarie; fue saqueada y la acequia por donde corría el agua fue tapada, haciendo que el riacho desbordara e inundara toda la casa. A pesar de ello, Matilde veló los restos del poeta en la casa que compartieron y fue ella quien se encargó luego de restaurarla de a poco.
Finalmente, la Chascona resurgió y desde entonces funciona como casa-museo destinada a difundir la vida y obra de uno de los poetas más importantes de Chile, posibilitando el acceso a los ambientes íntimos en los que Neruda vivió, soñó, rió, lloró, pero, sobre todas las cosas, donde creó.
Casa museo La Chascona
Mientras caminábamos por el tranquilo barrio de Bellavista, en Santiago, una casa ubicada sobre una ladera del cerro San Cristóbal, más precisamente sobre un cerrado callejón, nos robó inteligentemente la atención.
Su forma particular denotaba que no era cualquier vivienda. Su rebuscada arquitectura nos invitó a querer saber más sobre ella y en ese instante comprendimos que estábamos frente a “La Chascona”, la casa que el poeta Pablo Neruda construyó para su amante y luego tercera esposa, doña Matilde Urrutia. Nos alegramos al enterarnos de que en su interior se hacen visitas guiadas y sin dudar ingresamos a la curiosa construcción.
Su nombre -“La Chascona” - fue puesto por Neruda en alusión a la cabellera de quien fuera su amor secreto hasta el 1955. “Chascona” se utiliza como sinónimo de la palabra “despeinada” en este país. Lo cierto es que lejos de ser un lugar donde los peinados importen, la casa muestra el singular mundo donde vivió el notable Premio Nóbel de Literatura.
Casa museo La Chascona
Su obsesión por el mar lo llevó a realizar una casa con forma de barco. Colmada de objetos únicos, que sólo Neruda podía utilizar, nos fue sorprendiendo a cada instante que transitábamos por el interior. Jarras y vasos de diferentes colores, ventanas, farolas, mascarones de proa, monedas de diferentes países, caracolas, pinturas de amigos reconocidos en el ambiente, pasadizos secretos a otras salas, un bar construido con madera de un barco francés, sillones confortables y su valiosa biblioteca son algunos de los elementos que forman parte de esta obra.
Su arquitecto fue Germán Rodríguez, quien ya había construido la casa de Neruda en Isla Negra. Y al igual que en aquella ocasión, La Chascona no fue la excepción para lograr ponerse de acuerdo con el escritor sobre su diseño y conformación. El resultado fue un hall al aire libre, donde diversas escaleras conducen al living, a sus comedores y habitaciones.
Casa museo La Chascona
Por debajo de la casa, una cascada se encuentra entubada, pero la gente que cuida el lugar cuenta que al momento de su construcción la catarata caía estrepitosamente sobre el patio de la casa, mientras que su cuenca serpenteaba su lateral brindando la sensación de estar navegando. Nada mejor para Neruda, que se auto-denominaba un marinero del papel, por no poder navegar de verdad por los mareos que le ocasionaba.
En el lugar abundan flores de vistosos colores. Pronto pasamos por otra pasarela que nos condujo al estudio de Matilde, donde se encuentran un piano y otros elementos de la señora.
Es un sitio de ensueño. Una gran tranquilidad se percibe en el ambiente, la cual sin duda ha inspirado al poeta en distintos versos. Todas las casas de Neruda contienen el espíritu de su dueño. La Chascona no fue la excepción y la magia del escritor se percibe en cada detalle.
Casa museo La Chascona
Supimos que la casa pasó por un gris momento en su historia. En el año 1973, días después del golpe militar que derrocó al presidente Allende y de que Neruda muriera en una clínica de Santiago, La Chascona fue uno de los blancos de la barbarie; fue saqueada y la acequia por donde corría el agua fue tapada, haciendo que el riacho desbordara e inundara toda la casa. A pesar de ello, Matilde veló los restos del poeta en la casa que compartieron y fue ella quien se encargó luego de restaurarla de a poco.
Finalmente, la Chascona resurgió y desde entonces funciona como casa-museo destinada a difundir la vida y obra de uno de los poetas más importantes de Chile, posibilitando el acceso a los ambientes íntimos en los que Neruda vivió, soñó, rió, lloró, pero, sobre todas las cosas, donde creó.
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