1589. Tras el cisma, y que la hereje Isabel I desdeñara casamiento no ya con Felipe II que, por cierto, fue rey de Inglaterra con todas las de la ley antes que de España, sino hasta con el apuesto Jeromín; tras la pesadez del pirata Drake de darse vueltas por nuestro litoral, ora por Cádiz,
ora por Lisboa; y tras el fallido ataque de nuestra Armada (aquella que
los anglos, luego y para mayor gloria propia, llamaran Invencible) y no por haber perdido en lucha que nunca fue realmente, resulta que se ponen gallos y nos hacen una contraamada,
que pocos de ellos quieren recordar, pues al glorioso sir Francis Drake
se le dio la del pulpo. Especialmente en A Coruña (que lo hacen muy
bueno), donde de nuevo una mujer se convierte en heroína, como lo fue María Pita,
que con su grito "quien tenga honra, que me siga" mató al alférez
inglés que creyó que lograría plantar su pendón en la invicta ciudad. De
tal exitosa campaña, los ingleses perdieron 40 navíos, lo que permitió
que recuperáramos de nuevo nuestra supremacía naval.
Durante treinta años. Isabel I de Inglaterra y Felipe II de España,
habían sido enemigos implacables, pero siempre aparentando una
normalidad en su relaciones. El rey de España soñaba con su política
misional de restablecer el catolicismo en Inglaterra y por ello
alimentaba de todas las formas inimaginables a los católicos ingleses,
pero siempre con el ojo puesto en su enemigo tradicional, Francia y con
el temor de perder a la poderosa Inglaterra, su aliado en otros tiempos.
Isabel por su parte tenía un enorme respeto por el poder militar
español y por consiguiente temía una alianza de España con los
irlandeses, que siempre buscaban las mil maneras de emanciparse de
Inglaterra.
Otra de sus pretensiones era que los españoles estuvieran lejos de los
Países Bajos, a los que ella consideraba “un puñal apuntando al corazón
de Inglaterra” y por ello no dejaba de ayudar a “los mendigos del mar”
holandeses.

(Retrato de Álvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz. Nunca se podrá
saber que hubiera pasado si este insigne marino hubiera podido comandar
la Invencible.)
Hasta que el rey Felipe (1) se decidió a enviar una poderosa flota,
dotada de muchos y magníficos navíos, que llamada “la Invencible” ,
nombre que luego prevaleció un cierto sentido del humor, después de la
derrota. El 30 de enero de 1588, moría Álvaro de Bazán, marqués de Santa
Cruz, en quien en un principio se había pensado para comandar la armada
y el rey confió el mando de la misma a un gran señor andaluz: Alonso
Pérez de Guzmán el Bueno y Zúñiga, VII duque de Medina Sidonia. El mismo
duque que había declarado, que no era hombre de mar, ni de guerra.

.(Retrato de Alonso Pérez de Guzmán el Bueno y Zúñiga, en el palacio de Medina-Sidonia.)
Acostumbrado el marqués de Santa Cruz, a las tácticas mediterráneas de
los grandes navíos, el también hubiera tenido dificultad en la
navegación en el mar del Norte y en la manera de combatir de los
ingleses, pero no cabía ninguna duda que su gran capacidad de mando como
marino y gran capitán, seguramente le hubieran hecho sortear estas
dificultades. Medina Sidonia no conocía táctica militar ninguna, no era
un guerrero. Su lealtad al rey estaba fuera de toda duda, pero no
soportaba personajes excesivos, como Juan de Austria, el duque de Alba y
el mismo Santa Cruz lo veía como un dócil instrumento que nunca ponía
trabas a sus planes.

(Bandera de la Armada Invencible)
LA ARMADA INVENCIBLE.

(Acción decisiva en Calais, el ataque a medianoche por
ocho brulotes ingleses que obligaron a los españoles a reducir sus
cables y escapar hacía el Este.)
La Armada estaba compuesta por 137 buques de guerra y 25.696 soldados
aparte los Tercios del duque de Parma, Alejandro Farnesio, que se les
unirían más tarde , partió de Lisboa el 20 de mayo de 1588. Después de
una navegación muy problemática tuvieron el primer contacto con la flota
inglesa de lord Charles Howard, primer conde de Nottingham, el día 21
de julio. La superioridad de los marinos ingleses , tanto en
maniobralidad como en táctica artillera , en su propio mar ,hizo que la
Armada se refugiara en Calais, donde Medina Sidonia pidió al duque de
Parma que se embarcara, pero Alejandro Farnesio se negó, debido a la
inestabilidad del mar. Realmente no hubo un combate entre ingleses y
españoles en el estrecho, sino un desgaste continuo de “la Invencible”,
acosada por los ingleses, que rehuían el combate y dispersada por la
furia marina, que las fortalezas flotantes hispanas eran incapaces de
eludir. La retirada se imponía y ello llevó a uno de los mayores
desastres navales de la Historia. Muchos buques de estrellaron contra
las costas de Escocia, Irlanda e Inglaterra y millares de hombres se
ahogaron y tampoco se tuvo piedad de los supervivientes. Solo 60 navíos y
unos 10.000 hombres(5.000 según los ingleses) lograron retornar a las
costas españolas.

(El Santa María de la Rosa naufragó en Blasket Cove, en el
sudoeste de Irlanda. Solo se salvó un marino del naufragio, un marino
italiano llamado Giovanni que fue interrogado por los oficiales ingleses
y ahorcado.(2)

(Lord Charles Howard , primer conde de Nottingham y Lord
High Admiral of England , comandante de la flota inglesa. National
Maritime Museum de London.)
En la Inglaterra de Isabel I no se apercibieron de su victoria, según
los historiadores, ya que la catástrofe fue fragmentaria y dispersa y no
se pudo calcular la magnitud de la misma , en ese momento, ya los
ingleses temían que los navíos españoles hubieran encontrado un puerto
de refugio seguro en España. Hasta el abril de 1589, la reina Isabel no
se dio cuenta de la ruina de “la Invencible” y el 13 de ese mismo mes ,
zarpaba de Plymouth, la mayor armada , formada en mucho tiempo , por
los ingleses , (costeada la expedición el propio tesoro real , además
de la inestimable ayuda de comerciantes, nobles y del gobierno
holandés). Esta Armada estaba compuesta entre 170/200 barcos y 27,667
hombres, otras fuentes la cuantifican en 180 barcos y 23.375 hombres,
superando en todo a nuestra “Invencible” ; 137 barcos y 25.696 hombres ,
comandada por Sir Francis Drake, como almirante y Sir John Norreys,
como general encargado de las tropas de desembarco.

(Combate , en aguas del Canal, entre la “Invencible” y los
ingleses. Cuadro atribuido a Aert van Antum , Museo Marítimo Nacional de
Londres. En esta obra se aprecia la táctica empleada por los ingleses,
que consistía en lanzar brulotes contra las naves españolas, a los que
comunicaban el fuego y el consiguiente desorden.)
Pero esta Armada tenía dos puntos débiles, solo 2.000 de sus soldados
eran veteranos y el resto no tenían ninguna experiencia militar e
Inglaterra tampoco la poseía para acometer una empresa de estas
características, ni disponía de una logística adecuada , ya que los
suministros se preveían insuficientes desde el primer momento. Aparte de
esto no disponía tampoco de mandos adecuados para esta expedición, ya
que sir Francis Drake no era un comandante de grandes flotas, sino un
corsario(Drake se supo atribuir el mérito de la destrucción de la
Invencible , en detrimento de Howard, lo cual fue muy criticado por sus
compañeros).

(Un barco holandés zarpa del puerto para ir a reforzar la Armada inglesa.)
Desde un primer momento afloraron los problemas, los aliados holandeses
no contribuyeron con todos los barcos prometidos , a lo que se sumaron
las deserciones de 2.000 hombres en unas 20 naves, además las
condiciones atmosféricas retrasaron la partida de la Armada. Drake
dividió la Armada en cinco escuadrones, comandados por el mismo , desde
el “Revenge” : Norreys y su hermano Edward , mandaban sendos
escuadrones, Thomas Fenner y Roger Williams, el resto.

(Embarcaciones inglesas del siglo XVI. Galeón. Embarcación
capitana de la armada inglesa en la batalla naval contra los españoles
en 1588. Rambargo. Especie de galera de poco porte sin postizos y con
reducto en la proa.
Contra los designios reales, la Armada se dirigió contra La Coruña, en
lugar de hacerlo contra Santander, uno de los puertos donde se reparaban
los navíos de “la Invencible”, debido a la presión de los armadores
ingleses a Drake y Norreys para obviar uno de los principales objetivos
de la Armada ; destruir el resto de “la Invencible” e ir contra Lisboa.
Los armadores ingleses, querían grandes beneficios y previsiblemente con
el saqueo del puerto cántabro, no verían satisfechas sus expectativas,
ya que ellos tenían los ojos puestos en saquear la riquísima Lisboa. De
todos modos, Drake y Norreys no quisieron saltarse las órdenes reales en
su totalidad y buscaron un objetivo intermedio que era el puerto
gallego, que según unas informaciones disponía de un tesoro de millones
de ducados y después zarpar contra la capital lusa.
Tanto en La Coruña como en San Sebastián había fondeado barcos de “la
Invencible” para su reparación, así también esta parte del mandato regio
sería obedecida y así con las naves repletas se marcharía contra
Lisboa, capital del país recientemente incorporado al Imperio español ,
ya que contaban con el apoyo de uno de los pretendientes al trono
portugués Antonio, prior de Crato, que había prometido a Isabel, que con
su sola presencía, sublevaría a sus partidarios contra los españoles y
con ello Inglaterra pasaría a ser aliada de la Portugal reconquistada y
posteriormente se adueñaría de alguna de las Azores, en el Atlántico y
desde allí pondrían en jaque los convoyes españoles.

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