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Virreinato de Nueva España
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«Nueva España» redirige aquí. Para el barco de la Armada Española, véase Nueva España (cañonero torpedero).
Virreinato de la Nueva España
Virreinato de la Nueva España
Virreinato del Imperio español
1535–1821
Flag of France.svg (1803) →
US flag 23 stars.svg (1819) →
US flag 23 stars.svg (1819) →
Bandera de Iturbide.png (1821) →
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Cruz de Borgoña
Bandera
Ubicación de
Ubicación del Virreinato del Nueva España. En verde claro el territorio no controlado de forma efectiva, pero reclamado como parte del Virreinato
Capital Coat of arms of New Spain's Capital.svg Ciudad de México
Idioma oficial Español
Religión Católica
Gobierno Virreinato indiano
Rey
• 1516 - 1556 Carlos I
• 1784 - 1833 Fernando VII (de jure)
Virrey
• 1535 – 1550 Antonio de Mendoza y Pacheco
• 1816 – 1821 Juan Ruiz de Apodaca
Período histórico Imperio español
• Conquista de México
1519 - 1521
• Creación del virreinato por Real cédula 12 de octubre de 1535
• Tratado de Adams-Onís 22 de febrero de 1819
• Abolición del virreinato por el Trienio Liberal 31 de mayo de 1820
• Tratados de Córdoba 24 de agosto de 1821
• Independencia de Centroamérica 15 de septiembre de 1821
• Independencia de México 28 de septiembre de 1821
Superficie
• 1790 7,000,000 km2
Población
• 1790 est. 6,000,000
Densidad 0,9 hab./km²
Moneda Real español
Gentilicio: español (a), novohispano (a)
El Virreinato de Nueva España fue una entidad territorial, integrante del Imperio español en América. Fue creado tras la conquista de los pueblos indígenas que ocupaban el territorio correspondiente de Meso- y Norteamérica. La empresa de la Conquista inició en 1519 y propiamente no concluyó, pues el territorio de Nueva España siguió creciendo hacia el norte a costa de los territorios de los pueblos indígenas del desierto, algunos de los cuales nunca fueron sometidos por los españoles. La Conquista de Nueva España tuvo uno de sus hitos más importantes con la derrota de México-Tenochtitlan por parte de las tropas de Hernán Cortés en 1521. El Virreinato de Nueva España fue establecido oficialmente el 8 de marzo de 1535. Su primer virrey fue Antonio de Mendoza y Pacheco y la capital del virreinato fue la Ciudad de México establecida sobre la antigua Tenochtitlan.
El virreinato de Nueva España llegó a abarcar los territorios del Imperio español en Norteamérica, Centroamérica, Asia y Oceanía. La organización del territorio se originó a partir de las encomiendas, que eran otorgadas preferentemente a aquellos conquistadores que participaron en la conquista de México, y por ello los encomenderos tenían el poder absoluto y se encargaban de organizar el trabajo de sus habitantes en sus respectivas demarcaciones. Los recursos minerales hallados bajo el suelo de la Nueva España, con importantes centros mineros como Guanajuato, San Luis Potosí e Hidalgo, constituyeron una de la más grandes fuentes de riqueza para la corona, utilizadas en Europa para financiar gastos de Estado, costes de guerras o para acuñar moneda circulante. El virreinato también fue uno de los principales puntos de occidentalización en América.
Las principales actividades económicas del virreinato fueron la minería, la agricultura (maíz, cacao y otros productos originarios de la antigua Mesoamérica), la ganadería (introducida por los europeos, quienes trajeron la mayor parte de los animales criados) y el comercio (limitado únicamente a las posesiones españoles, acto de mercantilismo). Otro elemento importante en el desarrollo de la Nueva España fue el papel jugado por la Iglesia católica, que logró un gran poder al adquirir grandes propiedades y monopolizar la educación, los servicios de salud y otras áreas de la administración pública. Su principal instrumento para vigilar la observancia de la fe era la Inquisición española, oficialmente el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, instituido en 1571.
Carlos III de España, introdujo reformas en la organización del virreinato en 1786, conocidas como reformas borbónicas en la Nueva España, en las que creaba las intendencias, que permitieron limitar, en cierta forma, las atribuciones del virrey.
Desde principios del siglo XIX, el virreinato cayó en crisis, agravada por la Guerra de la independencia española, y su consecuencia directa en el virreinato, la crisis política de 1808, que acabó con el gobierno de José de Iturrigaray y más adelante dio pie a la Conjura de Valladolid, y la conspiración de Querétaro. Esta última, fue el antecedente directo de la guerra de independencia mexicana, la que, al concluir en 1821, desintegró el virreinato y generó el Imperio Mexicano a la coronación de Agustín de Iturbide.
El medio físico era variado, compuesto por la combinación de climas templados (centro de México), áridos (norte) y fríos (sierras Madre Oriental y Occidental).
Contenido
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* 1 Territorios
o 1.1 Capitanía General de Guatemala
o 1.2 Capitanía General de Yucatán
* 2 Historia
o 2.1 La conquista de México
o 2.2 La fundación
o 2.3 Los misioneros católicos
o 2.4 Colonización y conquista de las Filipinas
o 2.5 Siglo XVII
o 2.6 Siglo XVIII
o 2.7 El reinado de Carlos III
o 2.8 Luchas de independencia
* 3 Organización política
o 3.1 Etapas históricas
o 3.2 Institución del virreinato
o 3.3 El rey de España
o 3.4 El virrey
o 3.5 La Real Audiencia y las instituciones indianas
* 4 Población y medio físico
o 4.1 Efectos de la conquista sobre la población
o 4.2 Componentes del desarrollo en el mestizaje
o 4.3 Introducción de esclavos africanos a Nueva España
o 4.4 Tamaño y distribución de la población
o 4.5 Relaciones sociales y diversidad étnica
o 4.6 Situación de los pueblos indígenas
o 4.7 Las castas
* 5 Economía
o 5.1 Explotación de materias primas y minerales preciosos
o 5.2 Formación de la gran propiedad
o 5.3 El papel de los encomenderos
o 5.4 Comercio
o 5.5 Agricultura
o 5.6 Efectos sociodemográficos y económicos de la minería
o 5.7 Monopolios
* 6 El papel de la Iglesia
o 6.1 Base Jurídica
o 6.2 Evangelización
o 6.3 Órdenes religiosas
o 6.4 Relaciones de la Iglesia con el Estado y los pueblos indígenas
o 6.5 La inquisición
o 6.6 La Virgen de Guadalupe y el empleo de su imagen para evangelizar
o 6.7 Conflictos de la Iglesia con la corona española
o 6.8 Poder económico de la Iglesia en Nueva España
* 7 Cultura y ciencia
o 7.1 Contexto
o 7.2 Educación
o 7.3 La Real y Pontificia Universidad de México
o 7.4 Bellas artes
* 8 Véase también
o 8.1 Historía
o 8.2 Territorios
o 8.3 Personajes
o 8.4 Otros Virreinatos
* 9 Notas
* 10 Bibliografía
* 11 Enlaces externos
[editar] Territorios
Artículo principal: Organización territorial del Virreinato de Nueva España
Nueva España tras el Tratado de Adams-Onís de 1819 (no incluidos los territorios insulares del Océano Pacífico)
[editar] Capitanía General de Guatemala
La Capitanía General de Guatemala fue la segunda en importancia del virreinato y fue fundada por orden de Carlos I en 1536. Hacia 1609, la Real Audiencia dictaminó que el virrey de Nueva España no debería ser, en ningún caso, el gobernador de Guatemala. Esto supuso un gran avance en la autonomía de la región. La primera capital del reino fue Gracias a Dios, en Honduras, pero en 1549 fue trasladada a lo que hoy es Antigua Guatemala. En 1773 una serie de terremotos provocan el cambio de capital, por lo que el nuevo emplazamiento destinado para albergar la sede de la Capitanía fue Nueva Guatemala de la Asunción. La promulgación de la Constitución de Cádiz abre en la Capitanía una nueva etapa de liberalismo, con lo que lograron aún más libertad e independencia del resto del Imperio español.
En 1821 se proclama la independencia, y dos años más tarde las cinco provincias —Provincia de Ciudad Real de Chiapas, Provincia de Guatemala, Provincia de San Salvador, Provincia de Comayagua y Provincia de Nicaragua y Costa Rica— se erigen en las Provincias Unidas de Centroamérica, tras la caída de Agustín I como emperador de México. Sin embargo, Chiapas se incorpora a la naciente República Mexicana, mientras que las otras provincias formaron los actuales países de Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
[editar] Capitanía General de Yucatán
Artículo principal: Capitanía General de Yucatán
Véase también: Independencia de Yucatán
La Capitanía General de Yucatán fue una gobernación y zona administrativa perteneciente al Imperio español, creada en 1565, que estaba bajo la dependencia directa del rey para asuntos militares y de gobierno. Sin embargo, al no contar con audiencia real, debía de acudir a la real audiencia de México en el Virreinato de Nueva España, para solventar los asuntos jurídicos. También el Virrey de la Nueva España, podía nombrar gobernadores interinos en la Provincia de Yucatán, mientras que el rey nombraba el suyo. La "Provincia y Capitanía General de Yucatán" abarcaba los actuales territorios mexicanos de Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Yucatán, a la vez que nominalmente le correspondían los territorios del norte del Petén y el actual Belice.
Esta Capitanía General fue creada a partir de las conquistas capitaneadas por Francisco de Montejo el Adelantado, que junto con su hijo y sobrino, homónimos, dominaron a los grupos mayas que habitaban la Península de Yucatán a su llegada en los albores del siglo XVI. Estos grupos que presentaron aguerrida defensa de su territorio, eran los descendientes de los que integraron la coalición de estados que había sido formada y disuelta tiempo antes de la llegada de los españoles, y que se había denominado Liga de Mayapán. La conquista de Yucatán fue la más tardía de las que finalmente integraron el Virreinato de la Nueva España, toda vez que los últimos reductos mayas no fueron dominados íntegramente, sino hasta el año de 1697 —es decir más de siglo y medio después de la conquista de México—, con la conquista de Tayasal.[1]
[editar] Historia
[editar] La conquista de México
Artículo principal: Conquista de México
Véase también: Conquista de Yucatán
Véase también: Conquista de Tabasco
Nacido hacia 1485 en Badajoz, Extremadura, Hernán Cortés llegó a México como aventurero dirigiendo la expedición enviada por Velázquez, su cuñado. Considerado por los aztecas como su dios Quetzalcóatl, el conquistador fue sancionado por Pánfilo de Narváez, a quien derrotó en Veracruz. Fundador del Virreinato de Nueva España, tuvo un hijo con La Malinche, su intérprete indígena, Martín Cortés, quien años más tarde se levantaría contra la Corona. Murió el 2 de diciembre de 1547, en la pobreza tras haber sido acusado de conspiración contra el rey.
Tras la conquista del reino nazarí de Granada en 1492, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, unidos en matrimonio, financiaron la expedición de Cristóbal Colón, quien descubrió América el 12 de octubre. Los españoles continuaron explorando el Nuevo Mundo, y en 1517, Francisco Hernández de Córdoba llegó a la costa de Yucatán, después de dos enfrentamientos con los mayas, Hernández de Córdoba fue herido y pereció a su regreso a Cuba.
Mural que representa la Batalla de Centla, Tabasco en 1519.
Mural que representa la alianza entre Tlaxcala y el ejército de Cortés, ubicada en el interior del palacio de gobierno del actual estado de Tlaxcala, México.
En 1518 Juan de Grijalva llegó a Campeche y Tabasco, en este último lugar se entrevistó con el cacique o gobernador maya Tabscoob y escuchó acerca de una ciudad poderosa, capital del imperio más grande de Mesoamérica, la Gran Tenochtitlan, culminándo su viaje en Veracruz. En 1519 bajo la designación de Diego Velázquez de Cuéllar, gobernador de Cuba (llamada entonces Fernandina, en honor al rey de Aragón), Hernán Cortés zarpó y llegó a territorios recién descubiertos en febrero, en marzo arribó a Tabasco en donde derrotó a los indígenas en la Batalla de Centla, fundando la villa de Santa María de la Victoria que sería la primera población española en la Nueva España, es aquí donde le es obsequiada Malintzin que sería su gran traductora y pieza clave en la conquista. Continuó su viaje y fundó La Villa Rica de la Veracruz en territorio azteca, primera villa europea institucionalizada en el Nuevo Mundo.
El 8 de noviembre, Cortés llegó a México-Tenochtitlan.[2]
Varias premoniciones en años anteriores hicieron creer a Moctezuma Xocoyotzin, soberano azteca o tlatoani, que el fin de su imperio estaba cerca. Una antigua profecía rezaba que Quetzalcóatl, fundador de su imperio, volvería bajo la apariencia de un hombre blanco y barbado. Por ello, al ver a Cortés, creyó que la profecía se había cumplido y le hospedó en su palacio, construido por Axayácatl. Los españoles decidieron aprovechar la situación para obtener riquezas e influencia dentro de la corte azteca. Pero varios sectores de la sociedad se inconformaron y decidieron hacer ver a Moctezuma su error, pero el tlatoani se negó a aceptar su culpa. En junio de 1520, un puñado de hombres españoles detuvieron a Moctezuma y proclamaron la conquista, pero el pueblo se amotinó. Cortés ordenó a Moctezuma salir a calmar a sus súbditos, quienes en lugar de obedecer a su monarca, comenzaron a apedrearle. El emperador murió pocos días después. Cuitláhuac, hermano de Moctezuma y señor de Iztapalapa fue electo tlatoani de Tenochtitlan y en respuesta a la Matanza del Templo Mayor,[3] decidió lanzar al pueblo sobre los españoles el 30 de junio. Las estrategias indígenas con la ayuda de los tlatelolcas, lograron echar de la ciudad a los conquistadores, que en el acto perdieron cerca de mil soldados y varios caudales de dinero y oro. Se dice que Cortés lloró derrotado al pie de un ahuehuete, por lo que se le conoce a este hecho como Noche Triste.[4]
Campaña de Cortés, desde Veracruz hasta México Tenochtitlan (1519-1521).
Durante su trayecto a la Gran Tenochtitlán, Cortés había logrado las alianzas de pueblos subyugados por los aztecas, como Tlaxcala y Chalco. Viéndose derrotado, decidió reunir sus fuerzas con la de sus aliados, y así, en enero de 1521, tras más de seis meses de su derrota, Cortés comenzó la marcha hacia la ciudad que le vio vencido en la Noche Triste. Los aztecas eran ahora gobernados por Cuauhtémoc, pues Cuitláhuac había fallecido en noviembre, víctima de viruela, enfermedad traída por los españoles y para la cual no estaban preparados los nativos ni tenían cura. Así, en marzo, Cortés comenzó el sitio de la ciudad, a la que cortó el agua y los recursos básicos de sanidad, comunicación y comercio. A pesar de sus alianzas con Tetzcuco y Tlacopan, la ciudad debió rendirse el 13 de agosto, marcando así el inicio del dominio español. Cuauhtémoc, líder azteca, intentó escapar en balsa por el Lago de Texcoco, pero fue arrestado. Encarcelado en Coyoacán, le fueron quemados los pies para que confesara la ubicación de su tesoro. Tras negarse, fue llevado a una expedición en Centroamérica, en 1525. Las sospechas de conspiración le condenaron a muerte, ejecutada en la horca el 28 de febrero de 1525.[5]
[editar] La fundación
Artículo principal: Fundación de Nueva España
Luego de las acciones militares y sometida mediante las armas la capital mexica y en marcha el resto del Altiplano Central, Hernán Cortés ordenó la demolición de México-Tenochtitlán y la edificación de sus restos en la nueva capital, disponiendo al alarife Alonso de Estrada el trazado al estilo español. Los españoles hicieron de la ciudad de México la capital de una construcción que denominaron Nueva España, comprendiendo dentro de ella a todos los señoríos aliados o sometidos por las huestes de Cortés. La primera sociedad novohispana se constituyó en torno al círculo superior de capitanes de la expedición, con Hernán Cortés como capitán general de los territorios recién conquistados, quienes organizaron más expediciones para controlar territorios. El sistema económico occidental fue implantándose gradualmente, incluyendo prácticas agrícolas, comerciales y financieras, si bien muchas estructuras indígenas continuaron prácticamente intactas como la movilidad de las mercancías, las estructuras de tributación y algunos poderes locales.[6]
Los indígenas, mayoritarios siempre en la sociedad, luego de ser sometidos por la vía militar o reconocido el vasallaje español eran reunidos en pueblos o repúblicas de indios, que fueron constituidos ya fuera por hacerlos a la usanza occidental en poblaciones importantes y dejando a los mismos gobernadores o por congregaciones, hechas por poblaciones de varios pueblos dispersos en uno solo o bien, como trabajadores en las primeras encomiendas y obrajes. Un punto esencial es que a partir de este proceso, se vivió un colapso demográfico de las sociedades indígenas, muriendo por cientos a causa de la explotación y las epidemias, alcanzando un punto crítico a la mitad del siglo XVI. Dichas congregaciones tuvieron entre sus fines la evangelización de los indígenas, un proceso que fue primordial en la política española del siglo XVI y realizado por las principales órdenes religiosas.[7]
[editar] Los misioneros católicos
Véase también: Doce apóstoles de México
Nacido en Trento, cuna del concilio de la Contrarreforma, Eusebio Kino adoptó su segundo nombre en honor a Francisco de Asís, a quien admiraba. Llegó a la Nueva España en 1682, y se dedicó a difundir el Cristianismo. Fundó misiones en Sonora y Arizona, y la mayor de ellas lleva su nombre. Murió en 1711.
En el siglo XVI, los españoles al mando de Hernán Cortés conquistaron a los mexicas y se hicieron de sus propiedades. La labor misional de la Iglesia Católica inició con el arribo de las órdenes mendicantes: franciscanos, dominicos y agustinos, quienes evangelizaron partiendo del Altiplano Central hacia fuera las localidades más pobladas y creando nuevas en donde eran dispersas. En el transcurso de la segunda década de tal siglo, Cristóbal de Olid, Pedro de Alvarado y Nuño Beltrán de Guzmán, se apoderaron de gran parte del territorio mexicano, salvo el norte del país, donde las tribus chichimecas perduraron hasta principios del siglo XVII, cuando fueron casi exterminadas. En ese mismo siglo, la labor de los frailes llegados a Nueva España, permitió la extensión de los núcleos poblacionales a Nuevo León, donde se fundaron Cerralvo, Cadereyta y Sabinas Hidalgo.[8]
En ese mismo período, la labor de los franciscanos hizo posible la fundación de Paso del Norte, en 1682. Carlos de Sigüenza y Góngora, intelectual y geógrafo mexicano, se dedicó a tareas de cartografía en las Nuevas Filipinas (Tejas) y en el puerto de Panzacola, donde se edificó el fuerte de San Carlos para defender la localidad de ataques piratas.[9]
La Compañía de Jesús sustituyó paulatinamente la labor de los franciscanos, pero la amplió en el aspecto cultural y educativo. Eusebio Francisco Kino fue un misionero nacido en Trento, Italia llegado a la Nueva España alrededor de 1680. Sus misiones se difundieron por Sonora y Arizona, pero su mayor obra fue haber fundado Magdalena de Kino, en el norte del territorio sonorense. Su trabajo de fundación y conocimiento geográfico quedó resumido en la obra del también jesuita Francisco Javier Alegre, Los apostólicos afanes, dedicada al Papa Benedicto XIV, y que fue publicada en Roma en 1749.[10]
La labor de Kino inspiró a otros jesuitas para continuar la obra de fundación, ya entrado el siglo XVIII, con la fundación de San Antonio de Béjar y la bahía del Espíritu Santo, ambas en Texas. Pero en 1767, Carlos III expulsó a los jesuitas de sus dominios por atentar contra las doctrinas de la Iglesia y del rey, y sus antiguas misiones pasaron a ser de los dominicos, quienes las extendieron hasta Paraguay y Ecuador. Junípero Serra, natural de las Islas Baleares, fundó en Alta California las misiones de San Diego de Alcalá, San Carlos Borromeo de Carmelo, San Gabriel Arcángel, San Luis Obispo de Tolosa, San Francisco de Asís y San Juan Capistrano, entre otras. El italiano Peri recibió mandato de Pío VI para evangelizar las tierras de Chihuahua, donde fundó en 1798 la misión de San Luis Rey. La labor de evangelización y población no se detuvo hasta 1830, cuando el Virreinato no existía y ya habían logrado su independencia muchos de los países que lo integraban.[11]
[editar] Colonización y conquista de las Filipinas
Artículo principal: Conquista de Filipinas
Nao Victoria, en la que Magallanes tocó Filipinas.
Itinerario seguido por la expedición de Miguel López de Legazpi en el archipiélago filipino.
En la época virreinal de 1521, el navegante Fernando de Magallanes al servicio de España llegó al archipiélago filipino y tomó posesión jurídica de las islas, bajo el trono español, pero sin dejar un solo soldado o español cualquiera en las islas que valiera la colonización de España. Aunque se sabía que los indígenas eran sumamente dóciles y además se quería arrebatar el poder de Portugal en las Indias Orientales, Hernán Cortés envió tres barcos rumbo a Asia, que zarparon de Zihuatanejo en 1527.[12] En el camino dos de ellos naufragaron, y el tercero llegó, pero no regresó por no haber encontrado la corriente del retorno. Después en 1541, López de Villalobos fue enviado por el virrey Antonio de Mendoza para encabezar una expedición hacia las Indias Orientales en busca de nuevas rutas comerciales. Su expedición partió de Puerto de Navidad en 1542 a bordo de cuatro carabelas.[13]
En 1543 la flota tocó la costa sur de la isla de Luzón (Filipinas), donde exploraron la costa e hicieron contacto con los indígenas del archipiélago. De allí partieron más al oriente hasta alcanzar la isla de Leyte y las nombraron islas Filipinas en honor al rey Felipe II. A causa del hambre y de un navío que se arruinó por un accidente de navegación, la expedición fue desastrosa y se tuvieron que ir a buscar refugio en las Molucas, dominio portugués, y después de algunas escaramuzas fueron tomados presos. Villalobos murió preso en 1544 en la isla de Amboina. El resto de la tripulación consiguió escapar y regresar a Nueva España, donde contaron las historias al virrey, y así se consideró parte de la Nueva España la Capitanía General de las Filipinas.[14]
El intento de colonización de Filipinas no terminó ahí. El virrey Luis de Velasco encargó a Miguel López de Legazpi hacerse a la mar en una nueva expedición. Zarpó de Puerto de Navidad, Nueva Galicia (actualmente Jalisco), el 21 de noviembre de 1564 y en el viaje conquistó Guaján, las Islas de Saavedra (Islas Marshall) y las Islas Marianas (escalando ahí), y tocó Samar el 27 de abril de 1565, también se expandió el dominio español a varios puntos de la isla de Formosa, las Molucas (fortaleza de Tidore) y el norte de Borneo (zona del actual Sabah). Hábilmente, López de Legazpi evitó hostilizar a los moradores de las islas, que se decía que enseñaban ni más por más las vergüenzas al aire, y no encontró resistencia para explorarlas. Por la escasez de productos, Legazpi se vio forzado a trasladarse de isla en isla y expandió los dominios allí. El movimiento fue fácil, ya que en las islas, al igual que en México, los clanes estaban rivalizados, y Legazpi estableció fácilmente lazos de amistad que le permitieron moverse de isla en isla, levantando al rato los primeros asentamientos españoles: la Villa del Santísimo Nombre de Jesús y Villa de San Miguel.[15]
La conquista de las Filipinas, nombradas así en honor al rey Felipe II, por Miguel López de Legazpi hizo posible que en 1565 visitara por primera vez tierras novohispanas el Galeón de Filipinas. Con el tiempo esta ruta sería el principal lazo que uniría las posesiones de España en América con sus baluartes en Asia. En ese año, gobernaba Felipe II, en Inglaterra regía Isabel I, se cumplían dieciocho años de la muerte del principal conquistador español, Hernán Cortés y el jesuita Hernando Menéndez de Avilés fundó las primeras misiones en San Agustín de la Florida. Uno de los principales sitios donde se almacenaban los bienes traídos de Oriente era Nueva Orleáns, en la costa del Golfo de México y que fue conquistada por Andrew Jackson en 1815, coincidiendo con la rebelión independentista en Nueva España. Las rutas fueron establecidas por más de dos siglos, sin embargo los caminos del Oriente al puerto de Acapulco, donde solían descargar las mercancías, estaban plagados de riesgos, enfermedades y ataques piratas de Australia. Los productos manejados eran seda, especias, y oro. La ruta era la forma de enlazar el comercio interno de las posesiones de ultramar de España, pero a la vez se transmitían ideas liberales a las colonias de América, pues en Filipinas había mayor libertad de expresión. El último galeón llegó a México en 1813, pocos días antes de la toma del puerto a manos de José María Morelos.[16]
[editar] Siglo XVII
Felipe IV de España, que gobernó el imperio durante su decadencia política, pero que vivió la máxima expresión artística de sus territorios administrados. En su tiempo obtuvo el reinado más poderoso del mundo. Fue sucedido en 1665 por su enfermizo hijo, Carlos II, quien sería el último miembro de la Casa de Austria en gobernar España.
Este siglo fue el de la mayor expansión novohispana, al contrario de lo sucedido en la metrópoli, que entró en decadencia. En 1598, Felipe II murió, dejando como heredero a su hijo Felipe III, quien entregó el gobierno a ministros como el duque de Lerma y el duque de Uceda, quienes no supieron manejar el gobierno y metieron al Imperio en guerras por defender la religión católica, como la Guerra de los Treinta Años, en la que España perdió sus posesiones en Holanda, mediante la Paz de Westfalia (1648). La política de Felipe III fue continuada por su hijo Felipe IV, que reinó de 1621 a 1665. Durante su reinado se dio el llamado Siglo de Oro español, con exponentes como Luis de Góngora y Lope de Vega en la literatura; y Diego Velázquez y Bartolomé Esteban Murillo en la pintura. Carlos II sucedió a su padre en 1665 y gobernó diez años bajo la regencia de su madre, Mariana de Austria, quien se rodeó de ministros extranjeros y casó a su hijo en dos ocasiones (con María Luisa de Orleans en 1679 y Mariana de Neoburgo en 1689) pero el monarca no consiguió descendencia. Al morir en 1700, el rey nombró como su sucesor a Felipe de Anjou, nieto del rey francés Luis XIV. Sin embargo, el emperador del Sacro Imperio Romano, Leopoldo I, se negó a aceptar dicho acuerdo y comenzó la Guerra de Sucesión Española, en la que triunfó el heredero francés, pero el conflicto mermó seriamente las finanzas novohispanas.[17]
Fuerte de Campeche, construido para evitar ataques de piratas. Sin embargo, en mayo de 1683 el pirata holandés Laurens de Graff saqueó durante varios días la ciudad.
Los virreyes de Nueva España vivieron su apogeo en esta época. En 1611, Luis de Velasco, otrora virrey del Perú, envió a una delegación a visitar tierras japonesas y establecer contactos comerciales con aquella nación, y así nació la Nao de China, que durante trescientos años desembarcaba en Acapulco las mercancías provenientes de territorios orientales. El marqués de Cerralvo, Rodrigo Pacheco Osorio, fue acusado de corrupción y de ineficacia en el gobierno, pues en su mandato el puerto de Veracruz fue saqueado por piratas holandeses perdiéndose en el acto gran parte de los caudales reales. Además, al salir del cargo llevó consigo más de trescientos mil pesos oro, y una perla con diamantes incrustados que regaló al rey. Otros virreyes que sufrieron el ataque de corsarios ingleses y holandeses fueron el virrey Armendáriz, quien organizó la armada de Barlovento para detener ataques de filibusteros ingleses a las costas novohispanas y el conde de Salvatierra, García Sarmiento de Sotomayor, quien ordenó proteger las costas de California y con ello librar de asaltos las naves procedentes de China. Hacia 1649 la cantidad de conventos en la capital había crecido a tal extremo, que los habitantes se vieron en la necesidad de mandar una carta al rey Felipe IV pidiendo ya no se instaurasen más centros en la capital pues guardaban desproporción con el número de habitantes, pero el rey se negó a responder. En mayo de ese mismo año, se efectuó el auto de fe más grande registrado por los anales de la Inquisición española, pues fueron ejecutados en una sola tarde más de ciento cincuenta hombres y mujeres acusados de herejía. El siglo XVII en Nueva España se caracterizó por una época de paz constante, que sólo se veía interrumpida cuando los indios se levantaban en armas; los más conocidos de estos caciques fueron Gaspar Yanga, jefe de la rebelión indígena de 1609 y Jacinto Canek, quien se levantó en armas en 1770 contra la Corona en Yucatán. Las incursiones de piratas en ciudades portuarias fueron muy frecuentes; en 1678 penetraron en Campeche y fueron detenidos en Alvarado, y el 15 de mayo de 1683, el corsario Lorencillo tomó Veracruz. La expansión experimentó pocos cambios durante este siglo, el más importante fue la fundación de la villa de Albuquerque en el norte. Tras conocerse el nacimiento del príncipe Felipe Próspero de Austria en 1657, el virrey envió una dotación de doscientos cincuenta mil pesos oro anuales durante un plazo de quince años, lo que terminó al morir el príncipe en 1661. Durante el gobierno del virrey Gaspar de la Cerda Sandoval, conde de Gálvez, la armada de Barlovento recorrió Tejas para sacar de su territorio a los franceses, idéntico a lo sucedido en Santo Domingo.[18]
[editar] Siglo XVIII
Escudo de Felipe V de España, primer rey proveniente de la Casa de Borbón francesa y nieto de Luis XIV de Francia.
El siglo comenzó con el advenimiento de la Casa de Borbón al trono español, llevando a Felipe V como primer rey de los Borbones españoles. La Guerra de Sucesión Española, derivada del nombramiento del duque de Anjou como heredero a la corona, estalló en España y Europa. En 1713 la Paz de Utrecht puso fin al conflicto, pero obligó a España a ceder Gibraltar a la corona británica. Felipe V abdicó en 1724 en favor de su hijo Luis I, quien murió en agosto del mismo año. El rey debió regresar al trono hasta su muerte en 1746, siendo sucedido por su hijo Fernando VI, quien murió sin descendencia en 1759 y como rey fue proclamado su hermano Carlos III. Este rey ejecutaría las reformas propias del Despotismo ilustrado, que gran efecto tuvieron en Nueva España.[19]
La piratería había caído en decadencia, y muchos de los hombres que trabajaron en aquella actividad pasaron a engrosar las filas de la marina británica, que hacia 1670 había consolidado su poder. Fernando VI preveía ataques a las costas españolas, por lo que en su mandato aumentó la flota. La educación aumentó sobremanera bajo el reinado de los Borbón, de clara influencia francesa. Desde el primer colegio, fundado por Pedro de Gante en 1534, el tema de la enseñanza pública se había estancado. Salvo por la fundación de la Real y Pontificia Universidad de San Ildefonso (1553) y el Colegio Real de Zacatecas (1616), los virreyes no se preocuparon por el tema educativo. Es hasta 1773, cuando se funda la Real Academia de Bellas Artes, y en 1783 el Colegio de Minería, donde estudió el químico Andrés Manuel del Río. La difusión cultural hizo posible que en 1693 se publicara el primer diario de la Nueva España, El mercurio volante, y a partir de 1728 se editó La Gaceta de México. En el territorio de los purépechas, Vasco de Quiroga comenzó la evangelización de los indígenas y fundó en 1540 el Colegio de San Nicolás Obispo, donde se formaron muchos sacerdotes y profesionistas durante los siglos de la colonia y más adelante, como Miguel Hidalgo. La astronomía también se desarrolló, en la figura de Carlos de Sigüenza y Góngora y José Antonio Alzate. Mientras tanto, el teatro de Nueva España fue parte importante del Siglo de Oro español, con exponentes como Sor Juana Inés de la Cruz y Juan Ruiz de Alarcón. Asimismo, en 1806 se representó por primera vez en América la obra El barbero de Sevilla. Así pues, durante el siglo XVIII, la economía creció con lentitud, pero las artes se desarrollaron en su máximo esplendor.[20]
[editar] El reinado de Carlos III
Artículo principal: Carlos III de España
Carlos III en traje de cazador, por Francisco de Goya. Este monarca fue representante del despotismo ilustrado y llevó a cabo serias reformas en su imperio, que afectaron a la Nueva España en el aspecto sociopolítico y económico.
Carlos de Borbón y Farnesio nació en 1716, como hijo de Felipe V y de Isabel de Farnesio. Subió al trono de España en 1759, tras morir sin descendencia su hermanastro Fernando VI. Durante su reinado aumentó la milicia, se dedicó a construir Madrid y firmó un Pacto de Familia con Luis XV de Francia, lo que motivó la participación de la corona española en la Guerra de los Siete Años. La derrota de la alianza hispanofrancesa en la mencionada guerra, obligó a España a ceder en el Tratado de París (1763) la Florida, los territorios del río Mississippi, derechos sobre Honduras y Terranova. En las colonias británicas de Norteamérica, el monarca envió a Jorge de Ulloa como visitador y embajador, más en realidad era un espía que apoyó la revuelta de independencia en 1776. Este mismo político sirvió en Nueva España como asesor del virrey Bernardo de Gálvez, quien en 1786 realizó la reforma de la administración pública. Esta modificación se convirtió, a la postre, en el legado de Carlos III en Nueva España, pues se determinó la creación de intendencias, dirigidas por españoles, y no por los antiguos caciques indígenas al servicio del virrey, práctica derivada de Cortés. El rey pretendía disminuir la influencia de los gobernantes mediante la descentralización del poder, y creó las intendencias efectivas a partir del 1 de diciembre de 1786. Otro hecho llevado a cabo por Carlos III fue la expulsión de la Compañía de Jesús de su imperio, el 25 de junio de 1767, como lo habían hecho ya Portugal (1759) y Francia (1764). La explicación brindada por el rey al Papa Clemente XIII fue que los jesuitas difundían las ideas de la ilustración y pretendían derrocar a los monarcas, además les atribuía responsabilidad en el Motín de Esquilache (1766). El Papa aceptó, y siete años más tarde Clemente XIV suprimió la Compañía de Jesús.[21]
[editar] Luchas de independencia
Sacerdote nacido en Valladolid hacia 1765, José María Morelos fue arriero y alumno de Hidalgo. Cura de Carácuaro al estallar la guerra, se unió a los insurgentes y fue convirtiéndose en el artífice militar de la causa. Su mayor triunfo fue el Sitio de Cuautla, donde venció a Calleja. En pleno declive, convocó al Congreso de Chilpancingo y promulgó la Constitución de Apatzingán. Capturado, fue enjuiciado y ejecutado el 22 de diciembre de 1815.
Desde 1798 se gestaron rebeliones en contra del dominio español, como la de ese año, conocida como la Rebelión de los machetes, que pretendía asesinar al virrey Miguel José de Azanza y proclamar la independencia. Sin embargo, poco antes de estallar la conjura fueron detenidos y ejecutados. Durante el gobierno de José de Iturrigaray (1803-1808) la inestabilidad aumentó, debido en parte a las confiscaciones masivas de propiedades de deudores a la Consolidación de los Vales Reales en 1804, decretada por Carlos IV y Manuel Godoy para financiar la guerra marítima contra la Corona británica, que finalmente derrotó a la armada española en la Batalla de Trafalgar (octubre de 1805). Hacia fines de 1807, Napoleón Bonaparte, emperador de Francia, atravesó España para invadir Portugal, pero en el tránsito por los dominios de Carlos IV decidió hacerse con el Imperio español, tomando Valencia y Barcelona. Por sugerencia de Godoy, la familia real se trasladó a Aranjuez para huir a América, pero en marzo de 1808, el pueblo se amotinó en contra de los reyes y de Godoy, y proclamó a Fernando de Borbón, príncipe de Asturias como rey de España. Napoleón aprovechó la situación para nombrar a José Bonaparte (conocido como Pepe Botellas), su hermano, como monarca español. A este hecho se le conoce como Abdicaciones de Bayona y dio inicio a la Guerra de la Independencia Española.[22]
En la Nueva España, los criollos del Ayuntamiento, encabezados por Francisco Primo de Verdad y Ramos y Juan Francisco Azcárate y Lezama, propusieron un sistema de gobierno popular en ausencia del rey, que fue unánimemente rechazado por el sector español de la Real Audiencia. Pocos días después, al negarse Iturrigaray a brindar reconocimiento a la Junta de Sevilla y a la Junta de Oviedo, los españoles decidieron derrocarle arguyendo que pretendía hacerse rey de la Nueva España. Pedro de Garibay fue nombrado en su reemplazo, pero en mayo de 1809 fue sustituido por el arzobispo de México, Francisco Xavier de Lizana y Beaumont, quien otorgó libertad a los implicados en la Conjura de Valladolid (diciembre de 1809), que pretendía independizar al reino. Sucesora de esta conspiración fue la Conspiración de Querétaro, encabezada por Miguel Hidalgo y formada por Miguel Domínguez, corregidor de Querétaro y su esposa Josefa Ortiz de Domínguez, los militares Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Abasolo. La conspiración fue descubierta e Hidalgo adelantó la insurrección para el 16 de septiembre, en la madrugada, cuando inició la Guerra de la Independencia de México, con el hecho conocido como Grito de Dolores.[23]
Bandera usada por el Ejército Trigarante de Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero entre 1820 y 1821. Su función era difundir los ideales del Plan de Iguala, localidad donde fue confeccionada por el sastre José Magdaleno Ocampo. El color rojo representa la unión, el verde la independencia y el blanco la religión católica, garantías del Plan de Iguala.
Hidalgo rápidamente consiguió reunir a más de 60.000 hombres y tomó pacíficamente San Miguel el Grande, Celaya y Salamanca. Al entrar en Guanajuato el 28 de septiembre se produjo la Toma de la Alhóndiga de Granaditas, y días más tarde el consecuente saqueo. Las tropas insurgentes marcharon a Vallladolid, a la que entraron pacíficamente el 17 de octubre y donde Hidalgo fue proclamado Generalísimo y Allende capitán general. En esa visita recibió las adhesiones de Ignacio López Rayón y José María Morelos. Tras entrar en Toluca el 5 de octubre, los insurgentes derrotaron a los realistas de Torcuato Trujillo el 30 de octubre en la Batalla del Monte de las Cruces, pero Hidalgo se resistió a tomar la Ciudad de México, lo que hubiera permitido ganar a los insurgentes la guerra pues capturarían la capital.[24] Se retiraron al Bajío, donde Félix María Calleja del Rey les derrotó en la Batalla de Aculco el 7 de noviembre. La desavenencia entre los insurgentes llevó a Allende, Abasolo y Aldama a retirarse a Guanajuato, donde Calleja les derrotó el 26 de noviembre. Hidalgo marchó a Valladolid y más tarde a Guadalajara, tomada el mismo día de la derrota de Aculco por José Antonio Torres, apodado El amo. En ambas ciudades se cometieron masacres de españoles. Luego de su derrota en Guanajuato, el bando militar de la insurgencia se unió a Hidalgo en Guadalajara, donde se estableció el primer gobierno de México. El 17 de enero de 1811, Calleja derrotó finalmente a los insurgentes en la Batalla del Puente de Calderón, quienes huyeron al norte del país con al intención de refugiarse en Estados Unidos de América. En Zacatecas Hidalgo fue despojado del mando militar en favor de Allende, y el 21 de marzo Ignacio Elizondo les tendió una trampa y les detuvo en las Norias de Acatita de Baján. Los insurgentes fueron sometidos a juicio en Chihuahua y ejecutados. Allende, Aldama y Jiménez el 26 de junio (a Abasolo se le conmutó por prisión perpetua en Cádiz, España) e Hidalgo fue fusilado el 30 de julio. Luego de su ejecución, se les decapitó y sus cabezas exhibidas en la Alhóndiga de Granaditas.[25] [26]
Entrada de las fuerzas trigarantes de Iturbide y Guerrero a la capital, el 27 de septiembre de 1821. Este hecho marca el fin de la guerra de independencia y del Virreinato de Nueva España, y el inicio de la vida independiente de México.
José María Morelos, comisionado por Hidalgo para levantar tropas en el sur del país, fue el siguiente líder de la insurgencia, título que disputó con Ignacio López Rayón. En el transcurso de 1811 obtuvo plazas como Chilpancingo, Tixtla, Chilapa y Tehuacán, pero fue derrotado en Acapulco. Entre el 9 de febrero y el 2 de mayo de 1812 fue sitiado en Cuautla por Calleja, pero le derrotó al romper el cerco, lo que ocasionó la baja de Calleja en el ejército realista. El 25 de noviembre de 1812 tomó Oaxaca y en 1813 capturó Acapulco y organizó el Congreso de Chilpancingo, donde se firmó el Acta Solemne de la Declaración de Independencia de la América Septentrional, en 1814 produjo la Constitución de Apatzingán. Tras una serie de derrotas (en Lomas de Santa María, Puruarán y en las Águilas) fue capturado en Temalaca el 5 de noviembre de 1815, y ejecutado en la capital el 22 de diciembre de ese año. En su ejército estuvieron Leonardo Bravo, Nicolás Bravo, Hermenegildo Galeana, Mariano Matamoros, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero. Los dos últimos fueron quienes continuaron la lucha tras la muerte de Morelos, y muchos insurgentes desertaron debido a la política de indulto llevada a cabo por Juan Ruiz de Apodaca, sustituto de Calleja en el virreinato. Agustín de Iturbide, vencedor de Morelos en las Lomas de Santa María, fue comisionado por Apodaca para detener a Guerrero y a Pedro Ascencio Alquisiras, quienes luchaban en el sur. Iturbide sabía que era imposible derrotar a Guerrero debido a su conocimiento del terreno, pero a la vez Guerrero estaba acorralado y no podía salir de las montañas. Ambos pactaron en el Plan de Iguala y unieron sus ejércitos en el Ejército Trigarante, que entró triunfal a la ciudad de México el 27 de septiembre de 1821, finalizando así la Guerra de Independencia y el dominio español.[27]
[editar] Organización política
Carlos I, quien puso en práctica las instituciones del Antiguo Régimen en Nueva España.
Nueva España fue el primer virreinato erigido, y por lo tanto, donde se puso en práctica el modelo español de gobernación. El virrey, cuyo término significa etimológicamente en lugar del rey, concentraba todo el poder público, como ya se ha dicho. Era nombrado y removido libremente por el rey, cuando el soberano quisiera podría destituir al virrey. En la Nueva España jugaba un papel de soberano, pero en realidad únicamente obedecía las órdenes del rey de España. Ejecutaba las leyes promulgadas en la metrópoli y se encargaba de vigilar los negocios del Estado. Del virrey dependía toda la estructura del gobierno, alcaldes mayores, corregidores, conserjes locales, ayuntamientos y jefes de pueblos de indios.[28]
El Real Consejo de Indias, fue instituido en 1519 y desde 1524 se el confirió autoridad suprema para discernir en los asuntos concernientes a las provincias del Nuevo Mundo. Su principal misión fue la de dejar el terreno listo para los virreinatos, creando leyes, institucionalizando a los pueblos de indias, regulando el comercio, organizando la administración pública, vigilando los puertos y negocios públicos de ultramar y ratificando nombramiento de funcionarios. Al entrar en vigor la ley de los virreinatos, el Consejo de Indias tomó en sus manos la defensa de los indígenas contra los abusos de los españoles, miembro destacado de esta etapa fue Bartolomé de las Casas. Otras instituciones de la Nueva España fueron los corregimientos, que impartían justicia y eran nombrados por la Audiencia. Estaban además dirigidos por los alcaldes mayores.[29]
Francisco de Sandoval y Rojas, primer Duque de Lerma y quien implantó el sistema burocrático en Nueva España.
Como una medida preventiva, el gobierno de España estableció un complicado sistema de burocratismo para hacer engorroso cualquier trámite que pusiera en peligro los intereses de la Corona, como evidenció el Duque de Lerma en una carta escrita al monarca Felipe III en 1608. Otra perspectiva tomada fue la de contrarrestar peticiones y exigencias de poder por parte de los antiguos conquistadores y de los caciques indígenas. La población de Nueva España debía acudir a las autoridades establecidas para llevar a cabo sus trámites. Generalmente, los encargados de los servicios públicos sólo manejaban el negocio por su propio interés particular, el trámite solía ser muy costoso y tardado, y en muchas de las ocasiones era archivado entre tantos casos que nunca llegaron a su resolución. La burocracia aumentó su poder al pedir al rey el aumento de personal, bajo la supuesta premisa de mejorar el servicio brindado. En la realidad, este sistema adquirió tal influencia sobre todos los aspectos de la sociedad novohispana, que el virrey Bernardo de Gálvez, planteó a Carlos III la necesidad de una reforma urgente del sistema, que llegaría en 1786 con la primera de las reformas borbónicas de aquel año.[30]
[editar] Etapas históricas
Códice que representa al conquistador Nuño Beltrán de Guzmán, fundador del reino de Nueva Galicia, y su capital fue Guadalajara, nombrada así en honor a su ciudad natal ubicada en Castilla. Acusado por Bartolomé de las Casas de crueldad a los indígenas, fue despojado por Felipe II de sus posesiones y recluido en un convento de Toledo, donde murió en 1555.
Cortés se hizo cargo del gobierno de la recién conquistada colonia con los títulos de capitán general de justicia mayor y Marqués del Valle de Oaxaca, que él mismo se otorgó al salir del ayuntamiento de la Villa Rica de la Veracruz. El conquistador ocupó la antigua residencia de los tlatoanis en Coyoacán, pero más tarde se trasladó a la Ciudad de México. Durante su gobierno consolidó la misión de las encomiendas entre los conquistadores, repartiendo además las mercedes de la tierra, los frutos y estableciendo los talleres de producción artesanal. Cristóbal de Olid salió en expedición a Honduras pero decidió aliarse con Velázquez contra Cortés, quien envió al capitán Francisco de las Casas a detenerle y ajusticiarle. Cortés no estaba enterado de la expedición de Casas, por lo que el gobernador de Nueva España salió en persona para detener a Olid, y llevo consigo a su preso Cuauhtémoc, que en el camino fue acusado de conspiración y ahorcado cerca de Tabasco.[31]
La ausencia de Cortés fue aprovechada por sus enemigos para informar al rey de España, Carlos I de sus malos manejos y acusaciones de corrupción. El rey envió al visitador Peralmíndez Chirino, quien instituyó el gobierno de los oficiales reales, pero permitió a Cortés conservar su título de marqués. Los oficiales reales fueron rápidamente tachados de conflictivos y el nuevo visitador, Gonzalo de Salazar, no dudó en destituirles.[32]
En 1527, el rey observó el desastre originado por los oficiales reales y nombró a la primera Audiencia, compuesta por un presidente (Nuño Beltrán de Guzmán) y cuatro oidores (Alonso de Parada, Francisco Maldonado, Juan Ortiz de Matienzo y Diego Delgadillo), quienes únicamente tenían facultades en el ámbito judicial, civil y criminal, pero a menudo intervenían en lo concerniente a la administración pública. Juan de Zumárraga, primer arzobispo de México, comunicó al rey las anomalías cometidas por los miembros de la primera audiencia, en especial por Beltrán de Guzmán, por lo que el rey estableció la segunda audiencia. Estaba integrada por el presidente Sebastián Ramírez de Fuenleal (obispo de Michoacán) y de oidores tenía a Juan Salmerón, Alonso Maldonado, Francisco Zeínos y Vasco de Quiroga. Los miembros de esta segunda audiencia lograron restablecer los derechos de los pueblos indígenas, reducir tributos, liberar esclavos y suprimir las encomiendas (restauradas años más tarde por Felipe II.[33]
[editar] Institución del virreinato
La corona española consideró conveniente la instauración del Consejo de Indias, órgano regulatorio que habría de regular las leyes y a las autoridades de la Nueva España y demás territorios conquistados, pero su actuación fue limitada debido a los poderes casi ilimitados de los virreyes. Entonces nació la Casa de Contratación de Sevilla, con las mismas funciones que el anterior organismo pero con potestad económica y financiera, su principal tarea fue regular el comercio de las posesiones españolas en el Nuevo Mundo, y vigilar la seguridad de los mercantes por las vías fluviales del Imperio español. Otra de sus labores fue evitar el contrabando, a tal punto que se castigaba el comercio con extranjeros siendo sentenciados a la pena capital. La Casa de Austria descuidó el cuidado de los mares y el comercio, convirtiéndose así el contrabando en una actividad atractiva para los súbditos, ya que el rey no permitía el comercio con otras potencias.[34] [35]
Carlos I consideró conveniente la insturación del virreinato, gobernado por un virrey que representase a la corona y que hiciera cumplir las leyes promulgadas. Antonio de Mendoza y Pacheco, fue el primer virrey enviado a la Nueva España en 1535, y quien debería reconciliar las diferencias entre españoles y nativos. Para esa fecha, no se conocían a ciencia cierta los límites del virreinato, por lo que Álvar Núñez Cabeza de Vaca, dirigió en 1537 una expedición de ocho años de duración para determinar el territorio de la colonia. Las conclusiones presentadas por los exploradores al rey fueron que al noreste se encontraba la Florida y llegaba hasta los límites de California y que el límite de la Nueva España eran las Hibueras. Carlos I promulgó el asunto de la extensión en una carta al virrey Luis de Velasco en 1555, pidiéndole asimismo la exploración de numerosos territorios despoblados. Felipe II dictó en 1572 las ordenanzas de funciones del virrey, que consistían en administrar la colonia, dictar órdenes militares, emitir juicios civiles y eclesiásticos, fundar pueblos y ciudades, realizar censos y datos poblacionales, vigilar el funcionamiento de las obras públicas y obtener ingresos, de los que la quinta parte era enviado a España.[36]
[editar] El rey de España
El rey era la suprema autoridad de España y sus colonias, cuyo gobierno fue de corte absoluta. El rey tenía la facultad legislativa exclusiva, que se traducían en reales cédulas, reales órdenes, podía declarar la guerra, firmar la paz, administrar justicia y acuñar monedas. En el transcurso de los tres siglos que existió el Virreinato de Nueva España, se sucedieron once monarcas agrupados en dos dinastías:
Felipe II de España
Casa de Austria
* Carlos I (1521 - 1556)
* Felipe II (1556 - 1598)
* Felipe III (1598 - 1621)
* Felipe IV (1621 - 1665)
* Carlos II (1665 - 1700)
Casa de Borbón
* Felipe V (1700 - 1724)
* Luis I (1724)
* Felipe V (1724 - 1746)
* Fernando VI (1746 - 1759)
* Carlos III (1759 - 1788)
* Carlos IV (1788 - 1808)
* Fernando VII (1808 - 1821)
[editar] El virrey
Desde la institución misma del estado virreinal, la figura del virrey adquirió peso e influencia debido a que concentraba en su persona todas las responsabilidades de la administración pública del virreinato, tanto judiciales como legislativas caían en el virrey, como representante personal del Rey de España. Entre 1535, fecha de la institución del virreinato, y 1821, al consumarse la independencia, hubo más de 62 virreyes, siendo los más conocidos:
* Antonio de Mendoza y Pacheco: Nativo de Castilla la Vieja, fue parte de la Guerra de las Comunidades de Castilla sirviendo al rey y por esa razón fue nombrado virrey. Fundó Valladolid, en honor a su ciudad natal, realizó el primer censo en 1539, trajo la imprenta a México en 1549 y fundó varios pueblos de indios.
* Luis de Velasco: Sucesor de Mendoza, al ser nombrado éste virrey del Perú en 1550. Puso en práctica nuevas leyes, fortaleció el poder del rey, creó nuevos hospitales y en 1553 inauguró los cursos de la Real y Pontificia Universidad de México.
* Martín Enríquez de Almanza:[37] Sucesor de Luis de Velasco. Fue virrey entre 1568 y 1580. Ante el acoso de los indios chichimecas en la ruta de la plata entre la ciudad de México y el recién descubierto mineral de Zacatecas, ordenó la construcción de siete fuertes de los cuales a la fecha se conserva el de Ojuelos de Jalisco. En su virreinato se estableció en la Nueva España la Santa Inquisición. Posteriormente fue Virrey de Perú.
* Antonio María de Bucareli y Ursúa: Parte del embellecimiento ilustrado llevado a cabo en Europa por Carlos III, hizo lo propio en Nueva España, y particularmente, con la Ciudad de México. Fundó paseos, alamedas, hospitales y un sanatorio para enfermos mentales. Saneó la ciudad mediante la construcción de un desagüe y fundó el Montepío. Murió siendo virrey en 1779.
* Vicente Güemes Pacheco: Segundo marqués de Revillagigedo, además fue el único virrey nacido en América (Cuba, 1740). Llegó a la Nueva España con mandato de reforzar el ejército ante una inminente invasión británica, que finalmente no ocurrió. Dio especial importancia a la educación y creó el primer registro de población en la Nueva España.
* Juan O'Donojú: Último virrey enviado por el gobierno español, en 1821. De ascendencia irlandesa, peleó en la Guerra de la Independencia Española como soldado de José de Palafox y Melcí en los Sitios de Zaragoza, ciudad de la que era originario. Fue llevado preso a Nantes, pero fue liberado en 1814, al fin de la guerra. Se proclamó liberal y en contra de Fernando VII, por lo que fue encerrado en Cádiz. Formó parte de la tropa de Rafael de Riego, quien al triunfar le nombró virrey de Nueva España. Conocido por su filantropía, pactó la independencia de la colonia con Agustín de Iturbide en los Tratados de Córdoba (24 de agosto de 1821). Al consumarse la guerra, fue nombrado parte del gobierno, pero falleció de tuberculosis, en la capital , el 8 de octubre de 1821.[38]
[editar] La Real Audiencia y las instituciones indianas
La Real Audiencia de México era la principal institución de justicia en el Imperio español, con la excepción de los territorios forales de la Corona de Aragón. Fue instituida por Enrique II de Castilla y Carlos I la crea en México hacia 1527, bajo la presidencia de Nuño Beltrán de Guzmán. Entre sus principales funciones estaban la de impartir justicia y hacerse cargo del poder en la vacancia del virreinato.[39]
Hernán Cortés decidió establecer el gobierno en la población de Coyoacán, al sur del lago de Texcoco, debido a que la ciudad de Tenochtitlán había quedado en malas condiciones. Desde allí gobernó con el título de Capitán General y Justicia Mayor. Desde Coyoacán partieron las expediciones de conquista con el propósito de someter a los pueblos indígenas de los diversos rumbos de lo que sería el Virreinato de Nueva España. En 1528 se confió el gobierno a la Primera Real Audiencia de México, presidida por Nuño de Guzmán. En 1535 se creó el Virreinato de Nueva España, siendo el primer virrey, Antonio de Mendoza y Pacheco.
Su estructura y poderes fueron establecidos por Carlos II, en la Recopilación de Leyes de Indias, en 1680.
En la Ciudad de Mexico Tenuxtitlan, Cabeça de las Provincias de Nueva España resida otra nuestra Real Audiencia y Chancilleria, con vn Virrey, Governador y Capitan General y Lugar-Teniente nuestro, que sea Presidente: ocho Oidores: quatro Alcaldes del Crimen: y dos Fiscales: vno de los Civil, y otro de lo Criminal: vn Alguazil mayor: vn Teniente de Gran Chanciller: y los demás Ministros y Oficiales necessarios, la qual tenga por distrito las Provincias, que propiamente se llaman de la Nueva España, con las de Yucatan, Cozumel y Tabasco: y por la Costa de la Mar del Norte y Seno Mexicano, hasta el Cabo de la Florida: y por la Mar del Sur, desde donde acaban los terminos de la Audiencia de Guatemala, hasta donde comiençan los de la Galicia, según les están señalados por las leyes de este titulo, partiendolos con ellas por el Levante y Poniente: con el Mar del Norte y Provincia de la Florida por el Septentrion: y con el Mar del Sur por el Mediodia.[40]
El Patronato regio consistió en el conjunto de privilegios y facultades especiales que los Papas concedieron a los Reyes de España y Portugal a cambio de que estos apoyaran la evangelización y el establecimiento de la Iglesia en América. Vino como consecuencia de las bulas papales Romanus Pontifex (1455) e Inter Caetera (1456), a beneficio de Portugal en sus rutas atlánticas, y de las llamadas Bulas Alejandrinas emitidas en 1493, inmediatamente después del Descubrimiento a petición de los Reyes Católicos, dada su influencia ante el Papa Borgia. Entre estos privilegios constaban el nombramiento de Obispo y demás dignidades eclesiásticas y la recaudación de los diezmos y otras contribuciones de los fieles. Asimismo, el patronato regio permitió que la Iglesia contara con numerosos misioneros, dispusiera de los recursos económicos y financieros necesarios y, sobre todo, facilitara su movilización y distribución. Sin embargo, tuvo también otras consecuencias menos favorables a la perspectiva papal, como el sometimiento de la Iglesia al poder real, el aislamiento de Roma y la relajación de la disciplina eclesiástica y religiosa al debilitarse la autoridad de los Obispos y superiores religiosos. En otro orden de cosas, en el momento de la independencia la casi totalidad del episcopado era español de origen peninsular y no criollo. Instituciones como la encomienda y debates como el de los justos títulos dejan clara cuál es la verdadera importancia de la justificación religiosa para el dominio colonial. El control de la Monarquía Hispánica y Portuguesa sobre América provocaba las envidias de otras monarquías europeas y no es ajena a movimientos como la Reforma o, en la Francia católica, el galicanismo o regalismo.[41]
[editar] Población y medio físico
[editar] Efectos de la conquista sobre la población
Pintura que representa un zambo, casta formada por indígena y mestizo. Esta etnia fue la más atacada por las enfermedades debido a su baja resistencia a ellas, principalmente a la viruela.
Con la migración de españoles al Nuevo Mundo llegaron a éste productos y animales domésticos como caballos, vacas, cerdos y aves de corral. Las especies vegetales traídas a Nueva España fueron diversas, como trigo, avena, caña de azúcar, plátano y naranjo. Sin embargo, desde el transcurso mismo de la Conquista ocurrió un brusco descenso en la población indígena de Nueva España, causado por el contacto con el mundo español, debido a las enfermedades traídas por los conquistadores, como viruela y tuberculosis, a las cuales los nativos no podían resistir por su falta de defensas. Otros factores que influyeron en la despoblación fueron la pérdida del equilibrio ecológico del mundo americano, la falta de producción de alimentos, distribución inequitativa de la riqueza, desplazamiento de la agricultura por minería y comercio, sistemas de repartimientos que afectaron la mano de obra, reducción de superficies cultivables, introducción de la ganadería y nuevas medidas que cambiaron el sistema de cultivar. Los religiosos radicados en el territorio del virreinato consideraban como un castigo divino la muerte de los indígenas a causa de las epidemias, atribuyéndolo muchas veces a la esclavitud, trabajos forzados y cautiverio restringido a que eran sometidos los nativos. Diego de Landa, fraile de Yucatán, escribió que los indígenas se negaban a reproducirse, por temor a que sus hijos sufriesen las mismas condiciones que ellos, llegando incluso a perpetrar infanticidios para evitarlo. Otros motivos adjudicados por los sacerdotes como causa, fueron los vicios, especialmente el del alcohol y aguardiente, ambos traídos a Nueva España por los españoles.[42]
[editar] Componentes del desarrollo en el mestizaje
Imagen de un mulato. Su nombre, deriva de la palabra mula, nacida de la cruza entre un caballo y un burro. Sin embargo, los mulatos ejercieron influencia en la mayor parte de los ámbitos de Nueva España y fueron parte importante del movimiento de independencia.
Al conquistar los españoles los territorios de la Nueva España, en la Península Ibérica se vio la oportunidad de emigrar a los nuevos dominios españoles para conseguir mejores condiciones de vida. Al llegar a las tierras que esperaban, la mezcla con indígenas dio pie al nacimiento de la raza mestiza, que con el tiempo se convertiría en la predominante de la Nueva España y de México. Tras producirse la peste que acabó con la mitad de la población indígena, los gobernantes de Nueva España se vieron obligados a importar esclavos desde las posesiones del Imperio español en África. Contrario a lo sucedido en Nueva España, las trece colonias de Norteamérica, no experimentaron un proceso de mestizaje, porque las creencias religiosas de los pobladores (mayoritaramiente comerciantes de religión protestante) les impedían establecer contacto físico o sexual con cualquier etnia distinta a ellos.[43]
La pirámide de las castas en la Nueva España estaba constituida principalmente por seis grupos de población, los mayores y más numerosos en el virreinato:
* Españoles peninsulares: Los dueños de la tierra y de los negocios en Nueva España, en su mayoría eran personas con negocios frustrados que venían a hacer fortuna a la colonia para paliar un poco su situación económica. La mezcla de estos grupos con otros dio origen al mestizaje.
* Criollos: Hijos de españoles peninsulares, pero radicados en el virreinato. No gozaban de privilegios como sus padres, pero participaban semiactivamente en la administración de los bienes y en trabajos públicos menores. Este grupo social lideró la caída de la Nueva España al alborear el siglo XIX.
* Mestizos: Producto de la mezcla entre españoles e indígenas, eran quienes trabajaban los productos de la tierra y el campo, la parte más numerosa de la población.
* Indígenas: Nativos de la Nueva España, perdieron sus territorios luego de la conquista, y se vieron obligados a trabajar sus tierras en calidad de esclavos, lo que perduraría hasta el Porfiriato.
* Negros: Traídos desde África para realizar trabajos forzados en las minas, se mezclaron de inmediato con los indígenas, clase social con la que tenían más relación, y así nacieron los zambos.
* Asiáticos: El grupo menos numeroso de la Nueva España, eran en su mayoría chinos y japoneses que realizaban negocios de forma esporádica en el territorio, pero muchos de ellos se asentaron en la Nueva España y así crearon una nueva casta: los cambujos (de asiático e indio).[44]
[editar] Introducción de esclavos africanos a Nueva España
El comercio triangular fue la base del tráfico de esclavos, sirvió económicamente los intereses de las colonias americanas y era base del sistema de producción de las plantaciones así como del crecimiento pre-industrial en Europa. Se trata del camino de los barcos entre los puertos de Inglaterra, Portugal, España y Francia, hacia el Caribe, una vez cargados por la costa oeste de África.
La primera carga de esclavos africanos llegó a las Antillas en 1501, procedente de Nigeria. En este país, los conquistadores seleccionaron a los esclavos con unas características especiales: todos debían ser varones robustos mayores de 18 años, y capaces de aguantar grandes viajes sin morir ni padecer enfermedades. Los esclavos negros fueron llevados a la Nueva España a partir de 1560, y su principal trabajo eran las minas, pero en algunas partes del país, como Chihuahua, se les usaba como campesinos de caña de azúcar, e incluso como pastores y guardias. El tráfico de esclavos se volvió un negocio redituable para los españoles, quien a su vez los compraban a los portugueses. Los indígenas causaban muchos problemas a sus amos españoles, como rebeldía y poca resistencia a las enfermedades. Durante su primer siglo de existencia, el tráfico de esclavos los obtenía de Cabo Verde, pero en el siglo XVII Congo y Angola lo desplazaron como principal productor de esclavos. Durante todo el virreinato, los negros sufrieron una condición de trabajo que rayaba en la esclavitud, y muchos murieron a causa de los malos tratos. El 6 de diciembre de 1810, en Guadalajara, Jalisco, Miguel Hidalgo y Costilla, líder del movimineto insurgente, decretó la libertad de los esclavos. Sería efectiva hasta 1821.[45]
[editar] Tamaño y distribución de la población
Los españoles ocuparon un papel preponderante en la sociedad de la Nueva España, pues eran los dueños de la tierra y administradores del gobierno. Retrato del rey Carlos II de España por Juan Carreño de Miranda, 1675.
La Nueva España en principio estaba configurada por los grupos indígenas únicamente, en la época de la conquista. Sin embargo, las epidemias y los trabajos forzados hicieron que los diez millones de indígenas descendieran a ocho millones en el siglo XVII, a siete en el siglo XVIII y a tres y medio en el siglo XIX. Parte importante de este descendimiento fueron los desplazamientos de los grupos indígenas. La mayoría de los presentes en el Bajío, se desplazaron a los reales mineros de Zacatecas y Aguascalientes, mientras que otros se asentaron en las afueras de ciudades como Querétaro, Guanajuato y Orizaba.[46]
La población blanca experimentó un acelerado crecimiento en la segunda mitad del siglo XVI en adelante, al producirse la gran migración a la Nueva España por parte de comerciantes venidos de la península. Muchas veces, los hijos de españoles también eran considerados como tal, pero en la práctica de la administración pública eran llamados criollos. Para 1570 había 63.000 españoles en todo el territorio de Nueva España, en 1759 la cifra aumentó a 600.000 y en 1800 a un millón de habitantes blancos. Los lugares de mayor concentración e importancia para este grupo fueron Ciudad de México, Guanajuato, Puebla, Guadalajara y Oaxaca. Otras plazas de importancia minera relevante fueron Durango y Zacatecas, donde se localizaban villas de producción agrícola y ganadera que fueron aprovechados por los españoles para su explotación. El Bajío adquirió enorme importancia económica en el siglo XVIII debido a las haciendas de españoles situadas en esa parte de la región, donde la presencia de españoles fue de gran importancia.[47]
Palacio construido por indígenas al servicio de Hernán Cortés en Cuernavaca, y que durante muchos años fue visto como un símbolo del dominio español sobre los indígenas nativos de la antigua Mesoamérica.
Los negros fueron importados a Nueva España para realizar trabajos de explotación de minas, en su máximo punto de esplendor llegaron a sumar 20.000, pero al fin del virreinato eran tan sólo 10.000, esto se debió principalmente a su mezcla con otros grupos étnicos. Estaban concentrados en las regiones de agricultura y reales de minas, como México y Puebla. Otro grupo minoritario eran los mestizos, que eran hijos de españoles e indígenas y solían ser discriminados por su origen, a menudo ocultado por ellos mismos. A principios del siglo XVII, este grupo comenzó a aumentar, y en 1805 ya eran más de millón y medio. Se concentraban en ciudades importantes, redes mineras y costas deshabitadas.[48]
[editar] Relaciones sociales y diversidad étnica
Los españoles tenían un lugar de privilegio social, podían obtener los trabajos de indígenas y negros sin tener que pagar por sus servicios. Los indígenas realizaban trabajos forzados para los españoles. Los negros vivían como esclavos de los peninsulares. Así se fue configurando el sistema de clases étnicas en Nueva España, por lo cual un grupo tenía privilegios o no dependiendo de su ascendencia étnica. El mestizaje trajo consigo la aparición de nuevos grupos étnicos a los que cada vez más se les dificultaba ingresar en el círculo de la sociedad colonial. En los procesos de formación de los grupos étnicos resultantes del mestizaje, influyeron algunas cuestiones autóctonas y propias de la región. Las comunidades nómadas resistieron por muchos años el embate conquistador de los españoles, y hacia 1605 las tropas peninsulares se dieron por vencidas y comenzaron el proceso de evangelización que culminó con la caída de las tribus en 1630.[49
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